Alberto Vargas

@albertovargas30

Si fuera verdadera la afirmación de los ideólogos del capitalismo que dice que sin capital no somos nada o que estaríamos en la edad de piedra, entonces no se podría entender el surgimiento y desarrollo de tantas civilizaciones anteriores al capitalismo salvaje, que dieron grandes logros e inventos que han contribuido al desarrollo de la humanidad.

Si fuese verdad tal afirmación capitalista tampoco se podría entender con qué capital construyeron nuestros ancestros, Tiwanaku o Machu Picchu, un recordatorio histórico de la enorme capacidad arquitectónica, productiva, que contribuyó al desarrollo de pueblos y formas completas de vida.

Todo se hizo sin ningún céntimo de capital, se construyó con trabajo humano y con la naturaleza productora de los materiales y también del alimento con el que esos trabajadores ancestrales se alimentaron mientras producían esas notorias construcciones milenarias. Si hay trabajo humano y naturaleza viva, hay no solo producción, economía y vida humana, también hay, de la misma manera, otras forma de desarrollo, pero de la vida y no del capital.

El capital crea riqueza capitalista pero no riqueza humana, porque el neoliberalismo para poder producir más capital necesita someter, negar, explotar, dominar, al trabajador y a la trabajadora. De tal manera que para poder materializar esa barbarie necesita producir y expandir pobreza, es decir, miseria en la clase trabajadora, con el propósito de que esté dispuesta a vender como mercancía el trabajo explotador. Los empobrece y al final el trabajador y la trabajadora terminan creyendo que sin dinero no son nadie. Como no tienen nada, salvo su fuerza de trabajo, su propia corporalidad para poder vivir, necesitan venderse a sí mismos, vendiendo la fuerza de trabajo para conseguir dinero con el que reproducir su empobrecida vida.

El burgués y el capitalista afirman, tozudamente, que sin capital (dinero) el capitalismo (relaciones de producción) y el mercado capitalista (relaciones de consumo) no solo no habría desarrollo humano, sino que no habría vida humana, o que sin esto estaríamos literalmente condenados a la extinción, o que la humanidad sin el capitalismos estaría anclada en la prehistoria. Esta es la criminal disyuntiva del capitalismo que debemos transformar. Los umbrales del capitalismo salvaje son nefastos e irreversibles.

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