Batalla de Carabobo, masonería y masones

0

En esta oportunidad, conversamos con el historiador e Ingeniero, Álvaro Espinoza Cardozo, sobre la relación de la Masonería con la fecha fijada para librar el combate hace 200 años.

VEA / Wendy La Rosa V (Especial)

De primera mano, entrevistamos a un miembro activo de una Logia en Caracas, el historiador e ingeniero, Álvaro Espinoza Cardozo, quien nos habló y reveló detalles sobre la Masonería y si es cierta o no, su relación con la Batalla de Carabobo.

-¿Qué es la masonería?

-Es un sistema de filosofía práctica que promueve la civilización, ejerce la beneficencia y tiende a purificar el corazón de los hombres, a mejorar sus costumbres y a mantener el honor en los sentimientos y la cultura en los modales.  La fraternidad masónica es la base fundamental de la existencia y del progreso de la Institución, porque sin fraternidad no puede haber un desarrollo efectivo, ni una perspectiva de grandeza. En las discusiones doctrinarias e ideológicas de nuestro tiempo, la masonería no ocupa un lugar de primera línea. No obstante, por razones históricas merece ser estudiada, como un rico pensamiento político y de obvios fundamentos religiosos y simbólicos, que tuvo en su momento un enorme impacto en la sociedad mundial, especialmente en el largo proceso de secularización del pensamiento libertario. Sin el principio de la fraternidad, no hubiera podido sobrevivir a la oscuridad del medioevo, ni a la hoguera de la Inquisición. Esa unión basada en la camaradería y la inteligente tolerancia, permitió ganar muchas batallas, que hicieron posible la supervivencia y el progreso de la Orden. Heredera de inagotables acusaciones, así como de hostigamientos y de beneplácitos seguidores, la masonería se pierde en unos comienzos tan confusos como remotos en el tiempo. Pese a las enormes contradicciones que todavía mantienen viva su leyenda y su realidad, lo cierto es que todavía hoy sigue fascinando tanto a investigadores, ya sea desde una base plenamente historiográfica, como a aficionados o a profanos que buscan un acercamiento a su ya dilatada realidad.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es Batalla-de-Carabobo-masoneria-y-masones2.png

-¿Es cierto que la masonería influyó para fijar la fecha de la Batalla de Carabobo?

-Dejaré a su imaginación el complemento de la respuesta a esta pregunta. El 24 de junio se celebra el Solsticio de Verano, y es el día del santo patrón de la Masonería  San Juan Bautista. Además, el 24 de junio de 1717 se fundó la Gran Logia Unida de Inglaterra, base de la Francmasonería o masonería moderna. Luego, el 24 de junio es un día de mucha importancia para la Orden. (…) Es muy posible que esa fecha haya sido acordada por ambos jefes para hacer una única batalla cuyo vencedor tomaría el control de territorio venezolano, y evitar más derramamiento de sangre.

-¿Qué importancia tuvo la masonería en la lucha de Independencia de Venezuela y por qué?

-Hablar de la masonería en sí, es hablar de un proyecto ideológico que se expandió al continente americano a finales de 1700, gracias al precursor y padre de la masonería de Latinoamérica, Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez, autor intelectual e inspirador de la fundación de la benemérita logia «Lautaro» que funcionaba en Cádiz, España en 1780, donde se iniciaron, Simón Bolívar, José de San Martín, Bernardo O´Higgins, José Manuel Carrera, Juan Martínez de Rosas, Gregorio Argomedo, Juan Antonio Rojas, José María Zapiola,  Carlos María de Alvear, Bernardo Monteagudo,  Mariano Moreno y muchos de los más notables próceres de la independencia suramericana. Miranda residía en Londres, ya que su cabeza fue puesta a precio por la Corona de España. Sugirió para la histórica logia, el nombre de «Lautaro» en homenaje al caudillo araucano que venció al conquistador Valdivia en Tucapel, en 1554. Solamente un masón como Miranda, habría podido inspirar la fundación de esa logia, clave para el proceso de la independencia suramericana, por todo lo antes dicho. Es preciso recordar que hay una serie de documentos que prueban, que las raíces históricas de la masonería venezolana datan de 1793, cuando Simón Rodríguez, José María España y Manuel Gual, solían reunirse para leer los libros de Rousseau y para discutir algunos capítulos de la «Enciclopedia». En 1794, la casa de José María España, en La Guaira, era una especie de «Logia Secreta», donde se reunían venezolanos de ideas avanzadas, para informarse sobre los progresos de la Revolución Francesa y sobre la necesidad de sacudir de alguna forma al país del yugo de la monarquía española. La actividad secreta de estos patriotas, los ya nombrados y Narciso del Valle, Juan Morenos y Juan Manuel del Pino, comenzó a dar sus frutos. Las ideas de «Libertad, Igualdad y fraternidad», que difundían, produjeron inquietud en los mestizos, indios y negros, preocupando al Capitán General, Brigadier Pedro Carbonell, quien por decreto prohibió que se pronunciara en público esa famosa «trilogía francesa», convertida más tarde en divisa de la masonería universal. En abril de 1797, llegó a La Guaira, un grupo de prisioneros políticos españoles, autores de la célebre conspiración de «Los Cerrillos de San Blas», dirigida por Juan Bautista Mariano Picornell y Gomilla, ilustre pedagogo reformista, nacido en Palma de Mayorca en 1759. Junto a él y cargado de grillos, José Lax, Manuel Cortés Campomanes, Bernardo Garaza, Juan Manzanares, Juan Pons Izquierdo, Joaquín Villalba y Sebastián Andrés, todos ellos masones y enemigos declarados de la monarquía española, pertenecientes a las logias regulares «Libertad» y «España», que trabajaban en el templo masónico de la calle Ballesteros, en Madrid. Influidos por las ideas de la Revolución Francesa, secretamente organizaron en Madrid una vasta conspiración para establecer la República. Fueron descubiertos por la policía y por orden del Rey fueron encarcelados y embarcados rumbo a la prisión de Cartagena de Indias. Desembarcaron en La Guaira, por una tormenta  y temporalmente quedaron encerrados en el Castillo de San Carlos. Desde estas lóbregas mazmorras, estos masones españoles hicieron contacto con Gual, España, Rodríguez y otros. Gracias a las excelentes relaciones de Manuel Gual con el Jefe de la Guardia del Castillo de San Carlos  y algunas monedas de oro, le permitieron permanecer en la cárcel largas horas conversando con los masones españoles. Al parecer  Gual y España fueron iniciados formalmente en la masonería, por los ocho maestros masones encarcelados. La siembra ideológica y las prédicas de Picornell especialmente, encendieron el espíritu revolucionario de Gual, España y Rodríguez que deseaban implantar el régimen republicano e independiente en Venezuela. Aunque intenten negarlo,  las logias masónicas tuvieron destacado papel en la lucha por la Independencia, como lo prueba el sacrificio de Gual y España en 1799. Ya en plena guerra por la emancipación, en 1815, en Carúpano, una logia masónica dejó páginas de increíble heroísmo, pagando con la vida de sus miembros activos, el deseo de forjar una patria libre y soberana. Esta logia «Patria» fue fundada en Carúpano, el 2 de diciembre de 1814 y bárbaramente destruida en 1815 por el Brigadier Morales. El nombre de esa logia, perdura en la historia, como sinónimo de amor por la libertad y de voluntad de sacrificio por una Venezuela Independiente. El 2 de diciembre de 1823, cuando el general José Antonio Páez, masón Grado 33º proclamó solemnemente que «ya asegurada la paz y libertad de Venezuela», funcionaban en el país 18 logias.

La escena política del siglo XIX estuvo dominada por la masonería

El pronunciamiento del 19 de abril de 1810, fue obra fundamentalmente de la masonería. Los principales protagonistas: el Pbro. José Cortés Madariaga y Juan Germán Roscio, eran masones activos. El gran pivote de esa acción libertaria, la Sociedad Patriótica, era un cenáculo de masones. Los creadores del «Gloria al Bravo Pueblo», Juan José Landaeta y Vicente Salas, eran también masones, señala Cardozo.

Precisa que en la firma del Acta de Independencia, el 5 de julio de 1811, fueron los masones quienes presionaron sobre los timoratos y conservadores, para que no se retardara la histórica decisión.

-Según la historia, ¿cuáles héroes de la Independencia venezolana fueron masones?

-Aparte de los ya nombrados a lo largo de estas líneas, fueron masones José Félix Blanco, Andrés Bello, Carlos Soublette, Rafael Urdaneta, Santiago Mariño, Juan Bautista Arismendi, Diego Bautista Urbaneja, Antonio Ricaurte, José Félix Ribas, Antonio José de Sucre, Daniel Florencio O´Leary, Gregorio Mac Gregor, José María Vargas, Santos Michelena, Antonio Leocadio Guzmán, José Laurencio Silva, Francisco Aranda, José Austria, José Tadeo Monagas, José Gregorio Monagas (firmó el decreto de Libertad de los esclavizados), Juan Manuel Cajigal, Juan Vicente González, Juan Crisóstomo Falcón, Juan Bautista Dalla Costa, Laureano Villanueva, Antonio Guzmán Blanco, Lisandro Alvarado, Francisco Javier Ustáriz, Francisco de Paula Santander, Antonio Muñoz Tébar, Coto Paul, Francisco Isnardi, Pedro Nolasco Guerra, José Cordero, Francisco Peñalver, José María Pelgrón, José Martí, Domingo Faustino Sarmiento, Benito Juárez, Luís López Méndez, Antonio Narió, Francisco Antonio Zea, José María Vergara y Lozano, Carlos Montúfar, Vicente Rocafuerte, Juan Pío de Montúfar, Pablo de Olavide, José de Pozo y Sucre, Bernardo Monteagudo, Manuel Piar, José Francisco Bermúdez, Francisco Linares Alcántara, Raimundo Andueza Palacios, Ignacio Andrade, Julián Castro, Manuel Felipe Tovar, León Colina, y otros más que se nos escapan. Es justo decir que muchos de los legionarios y soldados europeos que vinieron a Venezuela a luchar por su libertad eran masones, especialmente «La Legión Británica», único ejército que puede desfilar en Venezuela con bayoneta calada, según decreto expreso de El Libertador. En el paroxismo de la Batalla de Carabobo cuando la caballería del batallón de los «Bravos de Apure» debe irrumpir de sorpresa en la sabana sobre el flanco izquierdo del enemigo,  por órdenes de El Libertador, entrando  a través del estrecho «Paso de la Mona», pese a su ardimiento, pierde terreno, retrocede acosado y se rompen en varios trozos que lidian sin concierto, cargados por el fuego de los batallones realistas de Burgos, Basbastro y Hostalrich. Acude a su auxilio «La Legión Británica»  que apenas surge del atajo se interpone  entre los batallones españoles y el  maltrecho  Batallón de «Apure». El intrépido regimiento, a tambor batiente y con banderas desplegadas, entra en batalla con la severidad de continente y el flemático carácter de su raza; erguido, reposado, correcto en su actitud y movimientos, marcha arma al hombro al compás de sus pífanos y parches, bajo un fuego espantoso, sin cejar un palmo ni disparar ni un tiro, hasta no formar su línea de batalla y clavar Asdhown, su abanderado, el glorioso estandarte tricolor frente a los batallones enemigos. Toda la furia de los realistas se ceba en la Legión Británica que viene a ser el nudo de la batalla, el blanco de todos los disparos. La artillería la abraza y ametralla. La Torre, con sus batallones, la fusila; ella no  cede. Farriar, su jefe desciende del caballo, hace arrojar al suelo los morrales del todo el regimiento  y manda a aquellos bravos hincar rodilla en tierra. El movimiento se ejecuta con admirable precisión; desde entonces la legión inglesa deja de ser un cuerpo como todos los otros, echa raíces en la tierra, y se convierte en un muro de granito. Las balas aniquilan a los heroicos soldados; trozos enteros de su línea de batalla caen por tierra. No obstante, el regimiento inglés como un volcán en erupción vomita a torrentes bocanadas de fuego. Farriar, su heroico Coronel, rinde la vida a la cabeza de la línea, pronunciando la única palabra que ha repetido durante media hora: ¡Firmes!…el Comandante Devy, su segundo, lo reemplaza en el mando, donde no dura largo tiempo. Un capitán ocupa el primer puesto, tras éste otro que muere también al ocuparlo, y otros más a quienes toca la misma infausta suerte. Al amparo de la «Legión Británica», Páez consigue reorganizar el «Apure», lo lleva de nuevo a la pelea y restablece con menos desventaja aquel recio combate. Junto con dos compañías de tiradores del fogoso coronel Heras que aparece por la pica, se une a los ingleses y el «Apure», y Páez ordena  entonces cargar a la bayoneta. Cuando los ingleses reciben la orden, Minchin, el más joven de sus capitanes lo manda; los otros ya no existen; y el resto de la oficialidad ha sido herida. La legión se levanta y acomete; y en el sitio donde han combatido a pie firme, diez y siete oficiales quedan muertos, así como la mitad de los soldados de aquel glorioso cuerpo, que yace destrozado sobre la roja arena. Con un frente de cuatrocientos hombres y sin más fondo que dos hileras de soldados, «Apure», «Tiradores» y «La Legión Británica» avanzan simultáneamente, con las bayonetas asestadas sobre los regimientos españoles, carga brillante, a cuyo empuje ceden los realistas, pierden sus posiciones, y sin dejar de hacer un vivo fuego sobre nuestra línea en movimiento, repliegan buscando apoyo en el grueso de su caballería.

-¿Cuáles son los orígenes de la Masonería en Venezuela?

-Las reformas surgidas en los países de Europa con los principios sociales por la libertad, igualdad y fraternidad, se trasladaron a sus colonias en el nuevo continente. Las logias masónicas europeas  en sus constantes reuniones discutían estos temas con muchos de los protagonistas de las ideas de avanzada que se dieron a conocer en el continente americano con la instalación de la logia de Boston en 1773 de la mano de Benjamín Franklin. En España se fundó la logia Lautaro, de la que ya hemos hablado, y en la cual se formaron españoles quienes compartían las ideas liberales que se desplazaban por el continente europeo y hacia las colonias que mantenía la corona española en América. Los principios que inspira, el desarrollo de la Masonería en Venezuela llegan a través de varios de sus miembros y por diversas vías. Los historiadores de la Masonería en el país mencionan seis fechas en las que podría haber ingresado el pensamiento masónico cristalizado en la formación de las primeras logias:

  1. A) 1797: Con masones deportados de España por conspiradores, llegados a la cárcel de La Guaira y quienes establecieron contacto con venezolanos que posteriormente se iniciaron en la Masonería.
  2. B) 1798: A través de Francisco de Miranda en Londres cuando se estableció la Gran Reunión Americana en su propia casa.
  3. C) 1811: En Cumaná, cuando se funda la Logia Perfecta Armonía No. 74 bajo la guía de la Gran Logia de Maryland.
  4. D) 1814: En Carúpano, con el capitán bostoniano Charles Mac Tucker quien fundó la Logia Patria bajo la guía de la Logia de Vermont de Estados Unidos de América.
  5. E) 1818: Angostura con el capitán James Ambrose fundador de la Logia Concordia,
  6. F) 1824: En Caracas con el joyero e intelectual francés Joseph Cerneau.

La Revolución Francesa, la Independencia de Los Estados Unidos de América, las guerras napoleónicas, la guerra de Francia e Inglaterra que influyeron en la pérdida de poder de la corona española y también en la toma de conciencia política de las colonias en América del Sur. Uno de los principales y destacados ideólogos de la Independencia de Venezuela fue Francisco de Miranda, su pensamiento político al igual que sus conceptos acerca de la ética, se expresaron en una doctrina masónica laica y tolerante, crítica y de unión, sin dogmas religiosos ni políticos. Miranda estaba convencido de la Masonería como una escuela para aprender a amar la libertad y creó una logia con objetivos políticos, basada en la solidaridad y el secreto de lo tratado. Esto la separaba de la filosofía sustentada por la Masonería Universal, la misma que se consideraba depositaria de la sabiduría hermética. Los masones mirandinos realizaban una ceremonia de iniciación parecida a la Masonería tradicional, así como instrucción adicional y juramentos políticos. Algunos historiadores establecen la fecha de 1783 como el año de iniciación de Miranda en la Masonería en una logia de  la ciudad de Filadelfia. En el año 1785 recibió en Londres el grado de Compañero y el de Maestro en París en 1797. Sus visitas a los talleres en diversos países como Noruega, Suecia, Bélgica, se pueden constatar en los 63 volúmenes de su obra  Colombeia que recoge sus ideas y acciones de 40 años de lucha por la independencia. Por ejemplo, las visitas a la casa de Miranda en Londres y el hogar del Barón Alejandro de Humboldt en París, los cuales eran centros de reunión de científicos, políticos, artistas y masones. El sabio alemán al igual que Aimé Bonpland, pertenecieron a la Masonería.

Para finalizar, comentó el Historiador e Ingeniero, Álvaro Espinoza Cardozo, que su colega Castellón en 1996, afirmó que fue Humboldt quien en 1799 regaló a Bolívar un libro titulado Los Altos Grados de la Masonería, editado en 1774, lo que pudo haber sido el primer acercamiento de Bolívar a la Masonería.

“Bolívar y Humboldt se reencuentran en 1804 y comenta Eduardo Röhl en el estudio biográfico del sabio para la obra Viajes a las regiones equinocciales del nuevo continente que: El caraqueño deseaba vivamente conocer la opinión de Humboldt relativa a sus titánicas ideas liberales, simpatizaba con la idea de dar libertad a estos países, pero el sabio viajero no consideraba a Bolívar, que para la época sólo contaba ventiún años, capaz de realizar sus ardorosos proyectos; no obstante, Humboldt se expresó así: «Creo que la fruta está ya madura, más no veo al hombre que sea capaz de resolver tal problema».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!