Eugenia Russian

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La conmemoración de los 106 años del nacimiento de Oscar Arnulfo Romero, el 15/8/1917, quien fue canonizado por su pueblo como San Romero de América, resulta una ocasión especial para las comunidades de buena voluntad de Nuestra América para vitalizar su compromiso con la justicia y así consolidar la paz. Se abre una esperanza transformadora que se hace presente con el espíritu de San Romero, de quien desde su beatificación su pueblo canta: Profeta de pecho herido/ pleno de la luz cegante/ Pastor que fuiste Cordero/ sacrificio y celebrante. Profeta iluminador en este tiempo de resistencia.

Las comunidades populares asumen el testimonio de vida de San Romero, como un aliento que ilumina la esperanza transformadora en el seguimiento de Jesús Liberador, en unidad en la diversidad, para afrontar unidos el reto común constructor de paz con solidaridad, verdad, justicia y responsabilidad con la Casa Común.

Por otra parte, las Comunidades Eclesiales de Base conmemoran la transfiguración del obispo Pedro Casaldáliga, quién fuera consagrado obispo en 1971 en São Félix do Araguaia, Mato Grosso, Brasil. Allí desarrolló su misión poética, profética y de pastor sembrador de vida y esperanza, transformadora en medio de comunidades ancestrales de la Amazonía.

Casaldáliga afirma: El Espíritu Liberador hace de las suyas en la Patria Grande. Viviendo una espiritualidad de profundidad personal, ubicada en la realidad, en la historia, en el Continente, en los pobres, en la política hecha de praxis, sin dicotomías ni reduccionismos, sabiamente crítica y autocrítica, anclada en lo esencial y universal cristiano. La espiritualidad de la liberación, contra la idolatría del mercado; seguiremos cantando, revolucionariamente, las palabras mayores, las causas mayores de la liberación y de la vida.

 

 

 

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