Juan Manuel Cagigal

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En esta campaña electoral, ya en proceso aun cuando no oficial, las fuerzas de la esperanza están en la calle, la esperanza está en la calle. Pero también están, tratando de reagruparse, las fuerzas del odio, las mismas que promovieron el golpe de Estado de abril 2002, las mismas que promovieron y ejecutaron la invasión de paramilitares desde Colombia, las mismas que ejecutaron el gran sabotaje de la central hidroeléctrica de Guri, las mismas que promovieron la violencia en las calles de Venezuela y que quemaron vivas a personas porque no compartían los puntos de vista de los promotores de la violencia; las mismas que promovieron la invasión de Venezuela desde Colombia; en fin, las mismas fuerzas que han promovido medidas de agresión económica y financiera contra Venezuela; todas conducidas, orientadas, financiadas, por Estados Unidos. Son las fuerzas del odio, las fuerzas proimperialistas, las que plantean la destrucción de la patria.

Del otro lado están las fuerzas de la paz, las fuerzas del diálogo, las fuerzas de la construcción, las fuerzas de la esperanza. Son las fuerzas patrióticas.

Agrupar todas las fuerzas partidarias de la esperanza, disminuir y cerrar el paso a las fuerzas del odio, es una tarea que tenemos, para vencer el 28 de julio. Debemos accionar con inteligencia y sabiduría, no basta con tener la razón, es necesario conquistar el corazón y esa es tarea nuestra, para fortalecer nuestra victoria. Vamos a ganar porque tenemos los votos, pero debemos crecer más y por lo tanto debemos atraer a miles de nuestros compatriotas, debemos convencer.

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