Los 80 años del nacimiento del boxeador más grande de todos los tiempos Cassius Clay o Muhammad Ali

VEA / Irving Guanipa Ojeda

Cassius Marcellus Clay, o como finalmente impuso que se le llamara por su incorporación al islamismo, Muhammad Alí, es considerado uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos, para muchos “el Más Grande”, hizo historia dentro y fuera de los cuadriláteros por su gran legado como hombre de paz, justicia y libertad.

Y es que Cassius Clay cuando estaba en sus mejores momentos como boxeador fue llamado a cumplir con el ejército de Estados Unidos para ser enviado de inmediato a Vietnam donde el poder imperial trataba de someter por las armas a un pacífico pueblo que se negaba a sucumbir ante el poderío estadounidense con el gran Ho Chi Minh a la cabeza de un ejército de hombres dispuestos a morir por su patria. Fue la primera gran derrota del poder militar del imperio estadounidense.

Al negarse a cumplir con algo que consideraba inhumano, como era la guerra de Vietnam, Cassius Clay fue condenado a tres años de cárcel por su decisión de no cumplir con el servicio militar «porque no puedo ir a matar gente que no me ha hecho nada y que lo único que han hecho es luchar por su país y la libertad”.

Esa ejemplarizante actuación para el mundo lo hizo ganarse el respeto de seguidores y no seguidores de la disciplina con la que había llegado a cubrirse de gloria al ganar la medalla de oro en unos juegos olímpicos y posteriormente a ganar épicas peleas sobre el ring que lo impulsaron a coronarse campeón mundial indiscutido de los pesos pesados.

Hizo historia como el mejor de todos los tiempos en los pesos pesados con peleas verdaderamente trascendentales contra Sonny Liston, Floy Patterson, Joe Frazier, Ken Norton, George Foreman, entre muchos otros careos.

Hoy estaría cumpliendo 80 años de edad, pero el Parkison lo llevó a encarar su más cruda batalla, de la que no pudo salir airoso, pero lo sembró para la historia, dejando un legado de calidad boxística y humana que lo convirtieron en “el Más Grande”.

Muhammad Ali es, sin duda, una de mis personas favoritas. Fue un ser humano extraordinario que hizo cosas que otros no se habrían atrevido a hacer, por eso trascendió las fronteras del cuadrilátero y se convirtió en un líder mundial.

Para mí, su más importante legado fue defender sus ideales por encima de todo. No tuvo reparo en abandonar el boxeo en su mejor momento y oponerse a una guerra que consideraba injusta, afrontando las consecuencias ya conocidas. Así se convirtió en un sinónimo de libertad, porque su lucha era justa y necesaria.

En el ring era un artista, como él decía “floto como una mariposa y pico como una abeja”, era un hombre con una gran velocidad para ser un peso pesado y una fuerza feroz. Fue un atleta de una carrera extraordinaria, un gran campeón que venció a los mejores, pero como en la vida misma tuvo duras caídas y de todas supo levantarse. Lo hizo ante Norton o Frazier, por citar dos ejemplos. También sorprendió al mundo al enfrentar a Sonny Liston la primera vez como Cassius Clay y le segunda como Muhammad Ali, dejando en la primera una de las mejores fotos del deporte.

Como saben tuvo una vida y una carrera muy ricas. Por eso hoy todos celebramos la vida de Muhammad Ali, quien estaría cumpliendo 80 años, y para honrar su memoria quiero dejar esta reflexión que dio en un programa de televisión hace ya varios años:

“Dios me está mirando, Dios no me felicitará por haber ganado un combate contra Joe Frazier, a él no le importa eso. Dios quiere saber cómo nos tratamos los unos a los otros, cómo nos ayudamos. Entonces voy a utilizar mi nombre y mi popularidad para ayudar a los demás”.

Sigamos su ejemplo y vivamos como él, siempre buscando lo mejor para ayudar a nuestro entorno. ¡Feliz cumpleaños, Ali!