Madre solicita reforzar área pediátrica de Caracas en las madrugadas

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El llamado lo formula Diana Escobar, tras recorrer varios centros de salud sin lograr la atención necesaria para su hijo de 7 años de edad.. Foto Internet

VEA / Carlos A Batatin

El martes 14 de mayo, a las 2:20 de la madrugada, Diana Escobar, de 39 años de edad, transitó una de las fases más angustiantes que ha vivido como madre. Uno de sus menores hijos presentó un fuerte dolor en la pierna derecha, a la altura de la zona pélvica. “A esa hora mi hijo tenía fiebre alta, vómito y diarrea”, dijo en la Sala de Redacción de Diario Vea, este viernes 17 de mayo.

Vive en el barrio Isaías Medina Angarita, parroquia Sucre. Desde allí se trasladó, en motocicleta junto con su esposo e hijo a buscar asistencia médica.

“Llegamos a la Clínica Popular de Catia, en la avenida Sucre. Allí nos atendió una pediatra y nos dijo que por el cuadro médico que presentaba podría tratarse de una apendicitis, y agregó que la evaluación final debería hacerla un cirujano pediatra. Me dio una referencia para llevarlo al hospital Pediátrico Elías Toro», también en Catia.

Señaló que al llegar «…nos dicen que no hay cirujano pediatra y que de haberlo no se podía hacer nada por el hecho de que los dos quirófanos estaban en mantenimiento o rehabilitación. Nos remitieron al Hospital José Gregorio Hernández, conocido como Los Magallanes».

Un frío candado

Relata que su reloj indicaba que eran las 3:30 am cuando llegaron al citado centro de salud: “El portero me indica que pase directamente a la sala de Pediatría. Llego y mi mayor sorpresa fue ver la puerta cerrada con un candado. Veo a una señora de limpieza y le pregunto por qué estaba cerrada el área y me responde que comienzan a atender de nuevo a las 8:30 am”.

“Hablo con ella y le explico que se trata de una emergencia y que no puedo esperar hasta esa hora. Me recomienda que suba hasta el piso 6 donde están los pediatras y lo hago por las escaleras, cargando a mi hijo, porque los ascensores están dañados. Allí tampoco había nadie», aseveró.

Desde ese nivel bajó al piso 4 donde está ubicada cirugía de adultos. “Aquí hablé con una enfermera, quien me indicó que subiera de nuevo a la zona de los pediatras. No localizamos a ningún especialista. Hasta el área donde debían estar las enfermeras estaba cerrada”.

Tras su insistencia optó por regresar a emergencia pediátrica en la planta baja. “Al llegar vi a un enfermero y le explico mi caso. Y él me reitera que tenía que esperar hasta las 8:30 am porque a esa hora comienzan las consultas y que además los doctores estaban descansando. Le repetí que se trataba de una emergencia  y no de una consulta ordinaria», insistió.

Diana Escobar, se llenó de paciencia y decidió esperar hasta las 6:00 am. “Ya estaba desesperándome y me dije que tenía que hacer algo y no quedarme solo esperando en una silla. En el transcurso de esas tres horas no vi ningún médico pasar por ahí”.

Por fin una luz

Cuenta que sintió algo de esperanza, que duró poco, tras localizar a un  cirujano que  examinó al menor. “Resulta que se trataba de un médico de cirugía general, a quien luego de suplicarle en varias ocasiones revisó a mi hijo. Me dijo que no podía hacer una evaluación porque él era de cirugía para adultos y no pediatra, porque de hacerlo se podría meter en problemas. Solo me dijo que consideraba que no era un cuadro de apendicitis pero que debería esperar hasta las 8:30 am”.

Ante su desesperación conversó con su esposo y le sugirió trasladarse hasta el Hospital Jesús Yerena, conocido como Hospital de Lídice. “Tampoco nos atendieron por no haber cirujanos de pediatría. Una vez recibida la mala noticia nos fuimos al Hospital Periférico de Catia donde ocurrió lo mismo. No obstante, una señora se me acercó y me aconsejó que me trasladara hasta el Hospital Pérez Carreño”.

¿Qué ocurrió en este ¡sexto! centro de salud?

Al llegar nos percatamos de que estaba abarrotado de pacientes. Aguardamos hasta que nos atendieran a eso de las 9:00 am. Gracias  a Dios los pediatras determinaron que no era apendicitis. Me indicaron que se trataba de una inflamación del  hipocondrio derecho que le afectaba el intestino lo cual le generaba un intenso dolor.

-Ante la mala experiencia vivida ¿cuál es su reflexión?

-Entiendo que somos humanos y los médicos también tienen derecho a descansar. Lo que no comprendo es el hecho de que ninguno quede de guardia o que no exista el servicio de cirugía pediátrica en algunos de los hospitales que recorrí. Mi hijo tuvo la suerte de salir airoso ante ese situación gracias a Dios no era tan grave.

Sobre este tema, en febrero del año pasado, desde el estado Carabobo, el jefe de Estado, Nicolás Maduro, instruyó  garantizar el diagnóstico, atención médica (hospitalización) y tratamientos a todo quien así lo requiriera.

En esa oportunidad se refirió a que existen avances significativos en la construcción de un sistema de salud con capacidad científica y tecnológica, que sea gratuito y de atención al pueblo en todas sus fases. “En esa lucha estamos nosotros todos los días y tenemos que garantizarlo”.

El 20 de mayo de 2022, el alcalde del municipio Sucre, estado Miranda, José «Pepe» Vicente Rangel Ávalos ante el jefe de Estado, Nicolás Maduro, le indicó que hay una preocupación muy grande con el servicio de la salud, el funcionamiento de los hospitales públicos.

Relató que a personas humildes que requieren ser intervenidas quirúrgicamente en estos centros les exigen kits de operaciones. Denunció “les piden un kit de operación, que es una grosería. Le piden al pueblo, imagínese, los guantes, el tapaboca, el gorro, las batas, el forro de los zapatos, y qué decirle, le piden el macrogotero, el litro de alcohol, todos los antibióticos, el bisturí».

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