¡No se queje si lo multan por ensuciar Caracas! La ordenanza de convivencia le pasará factura (I)

VEA / Yonaski Moreno

Una señora camina con paso presuroso por la ciudad de Caracas. El calor hace gotear su rostro y el cansancio y la fatiga comienzan a evidenciarse en su respiración. A mitad de la avenida encuentra un vendedor de helados. Compra uno y lo come de inmediato, mientras sigue su camino. Un par de cuadras más adelante aquel empaque plástico que envolvía el helado ha quedado en el piso.

Para la mujer aquel acto no parece inadecuado, es sólo un envoltorio que no hará la diferencia. Con el tiempo ese empaque plástico se unirá a otros papeles, latas y envoltorios que no sólo mostrarán una ciudad sucia y con aspecto descuidado, sino que además causarán obstrucción en el sistema de alcantarillado propiciando inundaciones y otras afectaciones.

Este tipo de actos contrarios a la limpieza de los espacios públicos aparecen tipificados en la Ordenanza de Convivencia Ciudadana, Civismo y Justicia de Paz Comunal, aprobada por el Concejo Municipal Bolivariano Libertador, Caracas. Quienes incurran en ellos serán sancionados “con una multa equivalente al pago en bolívares de treinta (30) veces el tipo de cambio oficial de la moneda de mayor valor fijado por el Banco Central de Venezuela, o la realización de uno (1) de los trabajos comunitarios establecidos en la presente ordenanza”, refiere el Capítulo III de la norma, titulado De las infracciones a la convivencia ciudadana, al civismo y a la paz comunal, en su Artículo 29.

Este apartado resalta que se consideran conductas contrarias a la limpieza de los espacios públicos, no usar los recipientes o demás elementos dispuestos para depositar residuos; arrojar residuos sólidos y escombros en sitios de uso público o no permitidos; esparcir en espacios públicos o comunes el contenido de las bolsas y recipientes para los desechos sólidos, y desechar bolsa con desechos sólidos y desperdicios fuera de sus contenedores.

También es objeto de sanción la disposición indebida de animales muertos dentro de los residuos domésticos, incumpliendo las normas sanitarias correspondientes; así como transportar escombros en medios de transporte no aptos, y arrojar en las redes de alcantarillado, acueducto y de aguas de lluvia, cualquier objeto, sustancia, residuo, escombros, lodo, combustibles y lubricantes, que alteren u obstruyan su normal funcionamiento.