Presidente rindió honores a Earle Herrera con Orden Libertadores de Venezuela

“Se nos fue bien temprano dejando una obra inmensa en la crónica, en la poesía y en el ensayo», dijo el Mandatario nacional. Foto Prensa Presidencial

VEA / Prensa Presidencial

“Hoy venimos a darle un abrazo, un reconocimiento a nuestro amigo Earle Herrera, siempre con su sonrisa, con su comentario inteligente y buen humor”, enfatizó el presidente de la República, Nicolás Maduro, luego de conferir la Orden Libertadores y Libertadoras de Venezuela, Post Mortem, en su Primera Clase, a familiares de quien destacara en vida como un revolucionario a carta cabal y excepcional escritor, cronista y cuentista.

La distinción que honra los servicios distinguidos a la Patria, así como el mérito sobresaliente le fue entregada al hijo del también profesor universitario, Simón Ernesto Herrera, en homenaje al hombre humilde e irreverente que “fue un justo y poderoso heredero de Aquiles Nazoa”.

“Se nos fue bien temprano dejando una obra inmensa en la crónica, en la poesía y en el ensayo. Un hombre dado a la crítica, combatiente de la corrupción y los corruptos, de la indolencia y lo mal hecho”, subrayó el jefe de Estado, quien encabezó la guardia de honor en la capilla ardiente instalada en el Palacio Federal Legislativo, ubicado en Caracas.

Desde el salón Elíptico, donde reposa el lienzo Batalla de Carabobo del pintor venezolano Martín Tovar y Tovar, señaló que las cualidades de Earle Herrera es necesario rescatar “la combinación perfecta del amor con el humor”, que no solo lo convirtió en “el mejor cronista que ha tenido la Revolución Bolivariana”, sino en el representante de una izquierda ética, creadora, unitaria y constructiva.

“Fue un hombre que resumió en sí mismo un esfuerzo vital, creativo que dejó huella en cada uno de nosotros”, puntualizó, al tiempo que manifestó su satisfacción por “haberlo conocido y querido profundamente, haber aprendido y de haberlo reconocido a tiempo”.

El Dignatario recalcó que “estos años fueron de admiración, buena amistad” y, si bien, aún tenía mucho que dar, cumplió su misión y “dejó su legado, su recuerdo”.

“Nosotros demos todo lo que hay que dar para llenar los vacíos que nos van dejando nuestros compañeros que partieron prematuramente. ¿Tristeza? Sí, pero también alegría porque hay que darle gracias a Dios por haber conocido a un hombre como Earle Herrera”, afirmó.

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