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Néstor Rivero Pérez

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El 23 de noviembre de 1917 el guerrillero antigomecista Emilio Arévalo Cedeño,  publicó en el diario El Tiempo de Bogotá (Colombia), una carta pública, mediante la cual denunciaba el atroz régimen carcelario impuesto en Venezuela por Juan Vicente Gómez. En dicha epístola, con extensión de dos cuartillas, Cedeño informa de la horrorosa práctica de someter a los presos políticos con grillos “de sesenta y ocho libras a los pies”.

Contexto de una epístola

En esta epístola pública del 23-11-1917, el tesonero luchador guariqueño -quien entre 1914 y 1933 encabezaría siete incursiones armadas, desde Trinidad o desde la propia Colombia hacia el interior de Venezuela-, denunció el carácter monstruoso del régimen gomecista, recordando Cedeño al destinatario inmediato de su misiva, el encargado de Negocios de Venezuela en Colombia, lo siguiente: “(…) el tirano… a quien Ud sirve, tiene en los castillos de San Carlos, Puerto Cabello, La Rotunda de Caracas, y demás cárceles, más de cinco mil presos políticos con grillos de sesenta y ocho libras a los pies”.

Diplomacia del Benemérito

En todo caso, dígase que en la mente del hijo de La Mulera, al tiempo que regían  nociones de una autoridad nacional indisputable y omnímoda centrada en su persona, de otra parte comprendía la necesidad de lustrar sus gabinetes y representaciones diplomáticas con apellidos de letrados reconocidos. De este modo se sabrá acompañar en distintos momentos con figuras como César Aníbal Dominici, médico y civilista eminente, el historiador José Gil Fortoul, César Zumeta, Pedro Manuel Arcaya y L. Vallenilla Lanz, entre otros, hombres que en su siglo alcanzaron gran comprensión del proceso histórico y cultural venezolano y que quizás por ello, frustrados en el aliento transformador de la lejana juventud, terminarían en su vejez dando apoyo a quien se mostraba como garante del orden y el evolucionismo “pacífico” del país.

Arévalo Cedeño

Para la fecha en que apareció en la prensa bogotana la Carta Pública firmada por el general Emilio Arévalo Cedeño, este último comenzaba a cimentar su nombre con los fulgores de la leyenda, por atreverse en el curso de dieciocho años, entre 1915 y 1933, a incursionar con las armas y grupos de voluntarios desde el exterior, hacia pueblos de los llanos o suroriente del país, desafiando la autoridad del general Gómez y en procura de captar nuevas voluntades, a objeto de provocar un levantamiento que diese al traste con la autocracia del jeque que expedía sus nombramientos e instrucciones desde su feudo de Las Delicias, en Maracay. Cuatro años después de publicada su Carta, Cedeño aventura su pequeña tropa hacia San Fernando de Atabapo, en el Amazonas venezolano, apresando, enjuiciando y haciendo fusilar a Tomás Funes, quien junto a Eustoquio Gómez y Vincencio Pérez Soto, encarnaron de acuerdo al ensayista José Sant Roz, los puntales militares del régimen gomecista.

Efervescencia conspirativa

Empresas quijotescas las de Arévalo Cedeño, que sin embargo nutrieron el espíritu de rebeldía de los grupos de exiliados en el Caribe, México, Colombia y Europa; y quienes desde 1914, cuando se desnudó en términos tajantes la faz dictatorial del Benemérito, comenzaron a tejer proyectos armados para dar al traste con el sucesor de Cipriano Castro. Se organizaron así Juntas de Liberación Nacional, Movimientos Regeneradores de la Dignidad, la Unión Patriótica Venezolana y Sociedad “La Joven Venezuela”, entre otros nucleamientos que publicaban manifiestos en el exterior, y en algunos casos lograban hacerlos circular de forma subrepticia dentro del territorio venezolano.

Cárcel y monopolios

“El tirano de Venezuela… tiene en los castillos San Carlos [Zulia], Puerto Cabello, La Rotunda de Caracas y demás cárceles, más de cinco mil presos políticos con grillos de sesenta y ocho libras a los pies, encontrándose entre ellos lo más notable de nuestros intelectuales, médicos, sacerdotes, abogados, ingenieros y generales. Gómez tiene desterrados más de cien mil venezolanos (…) Ha expropiado… tiene monopolizadas la navegación fluvial y costanera, la fábrica de papel, de mantequilla, carnes congeladas y todo lo que se produce en Venezuela” [Emilio Arévalo Cedeño, Carta Pública del 17-11-1917 / Fuente: Colección Pensamiento político venezolano del siglo XX. Liberales y nacionalistas, Cs, 1983 (Vol 3, págs 361-362)].

Sinóptico

1816

Campaña de Guayana

Este día el general Manuel Carlos Piar anunció al prócer y coronel Pedro Antonio Zaraza, que había cruzado el río Orinoco, desde la orilla norte perteneciente a la entonces Provincia de Barcelona, para adentrarse en la Provincia de Guayana. Dicho paso daría acceso a los patriotas, a la estratégica región desde la cual el Libertador Simón Bolívar habría de restablecer al año siguiente, 1817, la República en su tercer período.

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