Néstor Rivero Pérez

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El 7 de septiembre de 2018 la prensa publicó información suministrada por el Ministerio de Cultura de Perú, acerca del retorno a la nación de los incas de la “Máscara de Sicán”, joya arqueológica elaborada entre los siglos X y XII dC, que había sido sustraída ilícitamente y luego confiscada por autoridades de Alemania, país adonde había sido trasladada al margen de las leyes.

El Hombre de Sicán

Durante siglos, en las numerosas tumbas del área del hallazgo se han cometido actos de profanación, vandalismo y de despojo de gran cantidad de objetos de oro y plata depositados en las mismas. Y en cuanto al sepulcro de cuyos restos forma parte esta Máscara de Oro a la cual se dio el nombre de “Hombre de Sicán”, su datación se ha estimado que fue construida entre los siglos X y XII dC, por algún opulento personaje quien hizo confeccionar el costoso aditamento, con la finalidad de adornar sus reliquias póstumas. “El Hombre de Sicán” fue descubierto por el arqueólogo japonés Izumi Shimada, quien al lado del difunto ostentosamente adornado, encontró los restos de “dos mujeres y un niño” [Wikipedia]. Dichos trabajos se iniciaron en 1978, determinando que en 2004 se inaugurase el Museo Nacional de Sicán. “Fue el profesor Izumi Shimada quien propuso llamar a esta cultura Sicán, que en mochica era indistintamente Sicán, Signán o Shinán” [https://www.sintergetica.org].

Hombre de Sipán

Y sin embargo, nueve siglos antes mediante técnicas de datación aplicadas en 1987 sobre yacimientos arqueológicos distintos a los de Sicán, empero también localizada en el área de Lambayeque, por los investigadores Walter Alva, Luis Chero Zurita y Susana Meneses, se identificó al “Señor de Sipán”. Se trata de un “antiguo gobernante mochica del siglo III, una cultura que dominó entre los siglos II al VII aC en el Valle Medio del río Lambayeque, al norte de Perú». Los mochicas, también conocidos como “cultura moche” se establecieron, antes que imperasen los incas, en la franja norte-costera de Perú, que hoy integra la Provincia de Trujillo, destacándose en la fabricación del adobe y la cerámica. “El término Sipán se refiere al nombre de una comunidad moderna y un sitio arqueológico. Su fama se debe al descubrimiento en el lugar de un grupo de tumbas reales moches, fechadas entre los siglos III – IV dC” [https://www.sintergetica.org]. Por su parte, la cultura Sicán, si bien tuvo su asiento en torno al mismo río Lambayeque, alcanzó su mayor prestancia “entre los siglos IX – XIV” [Ibídem].

Trámite

Y luego de las gestiones del caso, Alemania devolvió el significativo aditamento de oro. “Cuando la pieza arqueológica fue decomisada, se inició un proceso judicial ante el Tribunal Regional de Munich, que el 15 de diciembre del 2016 emitió sentencia ordenando la liberación de la Máscara de Sicán, confiscada por la Fiscalía del Munich y autorizando su entrega a Perú” [http://www.historiayarqueologia.com]. Esta pieza arqueológica desapareció de Lambayeque, zona al norte de Perú en cuyos linderos se ubican valiosas muestras del pasado prehispánico de dicha nación. La “Máscara de Sicán”, como se conoce al áureo y costoso antifaz, según investigaciones debía llegar a manos de redes del comercio ilegal de obras de arte que mantienen un asiento en Turquía, siendo interceptada a su paso por Baviera, dándose comienzo a un proceso judicial, que culminaría con su reposición a Perú en 2018.

Cultura de Sicán

“Las culturas anteriores al Imperio Incaico que habitaron el norte de Perú no son pocas. Entre ellas, además de la Cultura Moche o Mochica, destacan: Cultura Sipán, 1500 aC –y- Cultura Sicán, 750 dC (…) Por los años 700 dC se inicia la llamada “Cultura Sicán” al norte del departamento de Lambayeque. La misión científica japonesa que en 1982 visitó el lugar, asegura que con la cultura Sicán se inaugura la dinastía de los reyes lambayecanos que alcanzó su mayor esplendor en la llamada Fase Sicán-Medio. En sus cercanías existió una gran ciudad llamada Apurlec” [https://www.sintergetica.org].

Sinóptico

1791

José Laurencio Silva

Este día vino al mundo en Tinaco (Cojedes) José Laurencio Silva, cuya lanza y espada darían lustre al ideal de patria en Venezuela, Nueva Granada, Ecuador y Perú. Silva se sumó en 1813 a la Campaña Admirable bajo conducción del Libertador Simón Bolívar. Al caer la II República, y víctima de delación fue apresado cerca del Tinaco, evadiéndose luego de la cárcel, para marchar al campamento de José Antonio Páez en el Yagual. En 1818 se le ve con Bolívar en Calabozo. Sobre el cuerpo de Silva se contaron 54 marcas de heridas producidas en los combates de la independencia. El Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre llegó a decir “Envidio las heridas de Silva”. En la misma planicie de Ayacucho el entonces coronel Silva recibirá de manos del general en Jefe Antonio José de Sucre el ascenso a general de Brigada. Este prócer falleció en 1873.

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