Néstor Rivero Pérez

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El 17 de julio de 1824, hace 200, el Libertador Simón Bolívar encontrándose en la localidad de Huariaca -al paso de una de las cadenas montañosas de Perú en su trayecto hacia Junín-,  y abocado de lleno a la conducción del Ejército Unido Libertador, escribió a Pedro Molina, expresando regocijo por el nombramiento de este último como uno de los realizadores de “la deseada Federación Americana”, proyecto todavía incierto, dado que las fuerzas españolas mantenían bajo su control una elevada porción del territorio inca.

Con rumbo a Junín

En estos días el héroe caraqueño, empeñado en asegurar el exitoso ascenso de la cordillera por parte de las tropas independientes, había establecido su cuartel general en Huariaca, situada a 2.900 metros de altitud sobre el nivel del mar. Marchaba Bolívar con destino a la última gran batalla que habría de dirigir personalmente, en Junín, el 6 de agosto de 1824. Cuatro días antes de la épica jornada, y al hacer la revista de sus fuerzas para acometer al español José de Canterac, en Junín, se verá al Libertador hacer la revista de sus fuerzas y ofrecer a sus efectivos, una de las más celebradas proclamas de su vida pública, diciendo entre otras cosas “Soldados: Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres, la de salvar un mundo entero de la esclavitud”.

Pedro Molina Mazariegos

Este médico y publicista guatemalteco, había sido designado por las Provincias Unidas de Centroamérica, como Plenipotenciario, para tratar los asuntos concernientes a la integración de las nuevas Repúblicas surgidas de la contienda contra la Corona española. Una vez culminada la Guerra de Independencia en el Perú y ya constituida Bolivia como nuevo Estado en el altiplano, el Libertador aprecia al menos por unos meses, la concreción de su proyecto anfictiónico, cuando en 1826 se den cita en el Istmo de Panamá, plenipotenciarios de México, -la Gran- Colombia, Perú y las Provincias Unidas de Centroamérica, congregadas  como unidad político-administrativa por decisión de los constituyentes centroamericanos de 1823, estableciendo su capital federal en Ciudad de Guatemala. Y precisamente Centroamérica ha de nombrar como sus representantes ante el Congreso Anfictiónico de Panamá a reunirse en junio de 1826 en el Istmo de Panamá, a Antonio Larrazábal y Pedro Molina Mazariego. Este último había impulsado con el grupo Los Cacos, la separación definitiva de las provincias del Istmo, de la monarquía española. Para 1824 Simón Bolívar, genio avisado de la marcha de los sucesos en las distintas latitudes del hemisferio americano, seguramente había obtenido referencias de Molina por vía de Bernardo de Monteagudo o Miguel de Santamaría, dos proyectistas de la unidad hispanoamericana -uno rioplatense y el otro oriundo de México-, respecto a la valía del médico centroamericano.

Sublime inquietud

Y merece el adjetivo de lo sublime, el hecho de que en medio de los obstáculos y desavenencias que dominaron la primera fase de las operaciones de Simón Bolívar en Perú, y al tanto que atendía hasta detalles como la fabricación de herraduras y las botas de sus tropas, no perdía la oportunidad de promover entre sus contemporáneos las ideas de anfictionía continental. Para ello, como se sabe, contaba con un plantel de colaboradores excepcionales como Monteagudo, Pedro Gual y Santamaría, entre otros suramericanos notables.

“La dicha del Nuevo Mundo”

“Por el señor Monteagudo sabía que Ud había sido nombrado para llevar a efecto la deseada Federación Americana y que los talentos y virtudes de V S lo hacen muy capaz de ello. Por mi parte me felicito de que un alma tan elevada y un corazón tan puro, sean empleados en la obra más grande para la dicha del Nuevo Mundo. La patria de Ud entrará inmaculada a componer una parte del gran pacto que debe fijar los destinos de nuestras infantes naciones (…) el tiempo podrá concederme amplio campo para extender mis servicios a Guatemala hasta los límites de mis desos” [Simón Bolívar, Carta a Pedro Molina, Plenipotenciario de las Provincias Unidas de Centroamérica, Huariaca, 17 de julio de 1824 / Fuente: Obras Completas de Simón Bolívar en 3 Tomos. Compilador: Vicente Lecuna, Ccs, 1980 (Tomo 2, págs. 21-22)].

Sinóptico

1724 Adam Smith

Este día nació en Kirckaldy (Inglaterra), Adam Smith, cuyo libro Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, lo convirtió en padre de la economía clásica. Y la edición de dicha obra ocurrió en tiempos en que la sociedad inglesa iniciaba, con la máquina del vapor aplicada a la industria textil,  su revolución industrial. Adam Smith identificaba “la riqueza de la nación con el producto nacional bruto, en lugar de con la Tesorería del rey o del Estado. Smith veía este producto nacional como el trabajo aplicado a la tierra y al capital” (www.filosofia.net).

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