Tortura clínica: Suministran fármacos inadecuados a venezolana enferma retenida en EEUU (Ver video)

0

Yoderling Acosta Peña ha sufrido cuatro parálisis estando recluida en un centro de prisión en suelo yanqui. Fotoscaptura, cortesía de Yodelis Peña / Carlos Batatin

En deterioro salud de venezolana retenida en EEUU. Pide deportación ¡Ya! (Ver video)

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

Maltrato físico y psicológico, es lo que ha padecido Yoderling Acosta Peña, desde que el 2 de febrero de 2025 fue detenida por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), y trasladada a un centro para inmigrantes en Texas. Producto de los episodios terribles que ha vivido, la joven ha sufrido cuatro (4) parálisis que le dejaron parte del cuerpo inmovilizado. Así lo relata a Diario VEA, Yodelis Peña, madre de la venezolana.

«Soy una de las detenidas de las ocho mujeres que fueron a El Salvador; cuando llegué a este centro yo llegué caminando sin ninguna enfermedad ni nada por el estilo. Estando aquí me han dado ya cuatro parálisis, de las cuales en una me sacaron al hospital. La tercera parálisis me dio más fuerte, se me durmió la mitad del cuerpo, y no puedo mover mi pie izquierdo. Tengo que usar muleta para poder moverme en el centro», narra una angustiada Yoderling Acosta Peña, en una conversación que sostuvo con su hermano, quien migró junto con ella a la nación del norte, y a quien le pidió que difundiera esta comunicación para que se conozca su delicado estado de salud.

En el material audiovisual compartido por la madre de la joven con Diario VEA, se escucha a la muchacha oriunda de Charallave, estado Miranda, relatar que «hace dos semanas, el juez me dio la deportación».

Mostró unas medicinas que le recetaron y de las cuales se toma cuatro (4) al día, «son de 800 miligramos, me está dando mucha taquicardia», y en vez de mejorar su salud, «me ponen peor», específica.

«Pido que me ayuden; les digo de corazón que me ayude el Presidente de Venezuela, o alguien, para ver si me pueden sacar lo más rápido posible de aquí, porque ya que no me encuentro bien de salud, eso es lo único que pido», exclama sollozando la joven de 21 años.

De inmediato manifiesta que observen lo hinchado que tiene un lado del rostro, y comenta, «mira mi cara como está, tengo el nervio número 7 inflamado con el cerebro, eso me conecta el cerebro y me dijeron que sí no hacía las terapias me podía quedar así«.

«No puedo caminar bien, estoy usando muletas. Estoy haciendo este llamado y este video para que me ayuden a salir de aquí», agrega entre lágrimas, al tiempo que denuncia que las autoridades gringas no le dan respuestas sobre cuándo la sacarán de esa prisión.

Nunca reveló gravedad de la enfermedad

En conversación telefónica con este medio, Yodelis Peña contó que cuando a su hija la regresaron a suelo yanqui desde El Salvador, donde pretendieron recluirla en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), donde se encuentran secuestrados 252 venezolanos, y que además es una prisión solo para hombres, fue que empezó a presentar las parálisis.

«Cuando me llamaba me decía: ‘estoy enferma'»; pero ella nunca le describió lo delicado del padecimiento, confiesa.

Conversó con su hija el 27 de mayo de este año; ese día le dijo que tenía «Corte», un proceso judicial donde se decidiría sobre su estatus legal en la nación del norte. En esa oportunidad le comentó: «Mamá, me siento mal’. No me había dicho de la parálisis ni nada», añade.

Al día siguiente la llamó y le dijo: «Mamá, gracias a Dios me aprobaron la deportación»; eso fue un miércoles 28 de mayo. Ella me dice: ‘El jueves que viene yo tengo que estar en Venezuela, porque así me dijo el juez. El juez me dijo: Usted tiene que estar en su país’…«. Es decir, el 5 de junio debía estar ya en suelo venezolano. «Mira la fecha que vamos y nada que llega. Nunca la trajeron. Yo no he hablado más con ella» desde ese día.

Hace cuatro días, es decir, el 7 de junio, fue cuando la madre supo el verdadero estado de salud de la joven, cuando vio el video donde solicita una vez más que la deporten y que la ayuden a salir de ese terrible centro donde se encuentra recluida. «Ella le pidió a mi hijo que lo publicara, eso fue hace cuatro días», indica.

«Lo único que sé de la enfermedad de mi hija, es lo que sale en el video», dice con tono de angustia. Más adelante manifiesta: «Desde que vi ese video tenía tres días que no dormía. Desesperada porque no sé qué hacer».

Desde que su hija se encuentra privada de libertad, a Yodelis Peña no le provoca comer. «Yo no sé cómo está; si comió, y en las condiciones en que está ahora, donde ni siquiera puede caminar».

Yodelis Peña comenta que su hija se comunicó con su hermano, quien también migró junto con ella a EEUU y quién se encuentra en libertad; pero aterrorizado por la persecución contra los migrantes que lleva a cabo al estilo nazi, el régimen de Donald Trump

A él, la joven le dijo con desespero: «Han salido aviones de aquí y a mí no me toman en cuenta para nada. No entiendo por qué», narró la madre.

Aislada en la prisión

Después que Yoderling le pidió a su hermano que difundiera el video, no ha conversado más con ella, puntualiza la madre.

«Mi hijo la última vez habló con una amiga de ella, y le dijo que a Yoderling la aislaron de donde están todas las detenidas», agrega.

Tanto la madre como el hermano temen que la situación médica de la joven se haya agravado, y por eso no han vuelto a tener comunicación con ella.

Detenida en Chicago por tener tatuajes

Yoderling migró de Venezuela hace casi dos años, cuenta la madre. Se fue con su hermano y la esposa de él. Ella se fue a Chicago y la pareja se quedó en Dallas. Como otros miles de venezolanos, hicieron la travesía por el Darién, una peligrosa selva que conecta Panamá y Colombia. Buscaban «un mejor futuro», uno que nunca llegó.

Estando en la tierra de Hollywood, la empresa de cine mundial usada por los gringos para vender su «falso sueño americano», Yoderling trabajó en Chicago en una fábrica donde elaboran envases plásticos para champú y agua mineral.

La muchacha fue detenida el 2 de febrero de 2025 en Chicago, cuando regresaban de comprar una batería para el carro con su pareja, un joven venezolano de nombre Maikol, oriundo de La Guaira, a quien conoció en territorio estadounidense, y quien actualmente se encuentra secuestrado en El Salvador, narra.

«Ellos fueron a comprar una batería, cuando venían de regreso los pararon. Le pidieron la licencia al esposo y él no tenía. Ella sí tenía sus papeles; entonces le dicen al esposo: ‘Usted está detenido y usted también’. Ella le dijo al oficial, ‘pero te estoy dando los papeles'». Ante ello, el policía le respondió: «Te tenemos que verificar los tatuajes», cuenta la madre.

Explica que su hija tiene al menos 15 tatuajes. Agrega que cuando la detuvieron pasó tres (3) días sin saber nada de Yoderling, «hasta que se comunicó con mi hijo, que también está allá en los Estados Unidos».

En Chicago la pareja duró al menos 15 días detenida, hasta que fueron trasladados a un centro de detención en Texas.

El 14 de marzo Yoderling llamó a su madre, le dijo que sería deportada para Venezuela, que la esperara. «Mañana me van a llevar para Venezuela, a mí y a Maikol». Como otras cientos de mamá y familiares que atraviesan el secuestro de sus hijos e hijas, Yodelis Peña se quedó esperando.

Malos tratos y humillaciones

Agrega que cuando conversaba con la joven, ella siempre le contaba que en la prisión gringa «las tratan malísimo».

Describió que su hija en una de las conversaciones, le comentó que llegó una policía y botó un agua, y luego agarró a «Yoderling por los pelos y le dijo muévete a limpiar esa agua. Mi hija le respondió, pero yo no boté eso, a lo que la oficial le dijo: Muévete, yo te estoy mandando (…)».

Añade que cuando su hija fue trasladada ilegalmente a El Salvador, allá fue golpeada. En el viaje a la nación centroamericana le comentaban «que en esa prisión es donde ellas tienen que estar».

Estando en prisión, la braga que le colocaron a la joven es de color rojo; esas son las que obligan a usar a las personas que consideran de «alta peligrosidad». El régimen de Donald Trump señala a Yoderling de pertenecer supuestamente al Tren de Aragua, una banda criminal erradicada completamente en Venezuela.

«Mi hija no pertenece a ninguna banda criminal», indica la madre, al tiempo que reafirma: «Mi hija aquí nunca tuvo problemas con la justicia».

Harán todo lo posible

El martes 10 de junio, la señora Peña expuso ante el defensor del Pueblo, Alfredo Ruiz Ángulo, la difícil situación de salud que vive su hija. A este medio relató que el funcionario se comprometió a que harían todo lo posible, «que moverían cielo y tierra para que a ella la traigan».

Ayúdame Maduro, ayúdame Diosdado

La madre, quien reside en Ciudad Miranda, donde formó a sus siete (7) hijos, pide al gobierno nacional, especialmente al jefe de Estado, Nicolás Maduro, al vicepresidente sectorial de Política, Seguridad Ciudadana y Paz, capitán Diosdado Cabello, y al fiscal general Tarek William Saab, que la ayuden a rescatar a su hija.

«Ayúdenme a traer a mi hija. A Diosdado Cabello se lo voy a agradecer mucho. Ellos no saben el dolor que estoy sintiendo ahorita por mi hija. Yo no quiero que mi hija se me muera por allá, porque demasiado fuerte es, cuatro parálisis», expresa.

También solicita que ayuden a que su hijo regrese. Él tiene la esposa embarazada de gemelos.

«Él ahora trabaja con un gringo allá, viernes y sábado, el gringo lo busca a la puerta de la casa, dura dos o tres días, son personas que arreglan casa, y el gringo lo vuelve a llevar para la casa», comenta. Explica que este mecanismo es debido a la persecución que existe en esa nación contra los migrantes.

El joven vivía en Dallas, pero se fue a Chicago cuando la hermana quedó detenida.

«En Dallas lo persiguió migración», indicó, y reiteró que él se quiere venir.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *