Néstor Rivero Pérez

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El 12 de agosto de 490 aC en el marco de las Guerras Médicas, que enfrentaron a los persas con los griegos, tuvo lugar la Batalla de Maratón, en la cual triunfaron los atenienses contra el ejército aqueménida del emperador Darío I. El triunfo de los griegos permitió el sostenimiento del modelo de democracia ejercido en la Ciudad-Estado, mediante la cual se practicaba la consulta y deliberación de los ciudadanos.

Trigo y madera y rutas

Detrás de la penetración aqueménida en las costas del Peloponeso estaba la aspiración de controlar el suministro griego de trigo y madera. El primero era, junto con el ganado bovino el principal alimento de la población mediterránea y del Cercano Oriente. Y la madera constituía la materia prima fundamental para fabricar los navíos mediante los cuales se dominaba las rutas y contactos con islas y puertos de tierra firme. También se proponía la expansión aqueménida de estas postrimerías del siglo V aC, someter a su política impositiva el flujo de las caravanas que transportaban mercaderías de China, India, Afganistán, y otras comunidades del Asia Central, hacia el Mediterráneo oriental. Dicho cometido, que no pudo ver culminado Darío, tendría su continuidad en su sucesor Jerjes. Igualmente quiso Darío en 490 aC, escarmentar a los atenienses y espartanos por haber dado su apoyo a la revuelta jonia ocurrida poco antes contra la dominación aqueménida.

Milcíades

Organizadas en unidades que representaban cada una de las diez tribus que se nucleaban en torno a la ciudad-estado ateniense, cada agrupamiento lo formaban mil hombres, dirigidos por un “strategoi”. Así en Maratón los griegos reunieron diez mil efectivos al mando del ateniense Milcíades, a quien se estimaba como el más apto para comandar a los griegos visto que conocía el modo de pelear de los persas, a quienes tiempo atrás había acompañado en una campaña contra los escitas. La fuerza aqueménida contaba con 25 mil hombres, quienes se vieron trasladados por vía marítima a Maratón, en 600 trirremes, según Herodoto.

La jornada

Habiendo, ambos ejércitos, instalado sus tiendas en Maratón, uno frente al otro, cuatro días antes, ninguno tomó la iniciativa hasta el 12 de agosto. Los atenienses aguardaban por unidades de hoplitas, combatientes de infantería que infundían respeto a todo enemigo. Sin embargo, Esparta incumplió sus compromisos al respecto. Y ello colocó a las fuerzas de Milcíades, que acampaban entre unas colinas y el mar, al norte de un pequeño pantano, en la disyuntiva de abandonar su fortificada posición, o precipitar las acciones ante el retardo espartano. Los persas, por su parte, habían desembarcado sus pertrechos y caballos en una zona pantanosa próxima a la sabana de Maratón, donde se contaba con abundante forraje para los animales y agua, viéndose a su vez apremiados a iniciar operaciones. Al tanto de la debilidad numérica de los atenienses, concibieron la idea de entretener en Maratón el ejército de Milcíades, mientras que un numeroso grupo de trirremes debía trasladar gran parte de las tropas persas a Atenas para tomarla. En todo caso, dicho cometido no se logró, resolviendo los persas, tras la derrota recibida en Maratón, regresarse a su país.

Filípides

Su nombre se inmortalizó cuando, según cuenta Herodoto, luego de recorrer a toda carrera los 42 kilómetros que separan Maratón de Atenas, llegó a esta ciudad para avisar del desembarco persa y pedir que se enviase el refuerzo de hoplitas a Maratón. Otra versión informa que el trayecto de Filípides fue el que separa Atenas de Esparta, de 242 kilómetros, llegando a esta última capital a requerir la ayuda pautada, alegando los espartanos, según el mismo Herodoto, un motivo de peso para eludir lo acordado: conmovidos, según narra Herodoto, expusieron que se encontraban en el noveno día del mes, el cual en la ciudad se veneraba como fecha religiosa. En todo caso el hecho ha inspirado leyendas, novelas, y, a partir del siglo veinte, escenas de varias películas.

Sinóptico

1898

EEUU sobre Cuba

Este día, a más de tres meses de haber concluido en suelo cubano, la guerra hispano-estadounidense, el gobierno de Washington DC inició su toma de control directo de Cuba, así como sobre Puerto Rico y las Filipinas, antiguas colonias de España. Si bien EEUU mantuvo respecto a Cuba las formalidades como nación independiente, impuso su tutela sobre la isla, la que solo culminará con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959. Los grupos de poder dentro de EEUU, instigados por una rabiosa campaña intervencionista de la novel potencia en la guerra de Independencia que, desde 1895 protagonizaban los mabises cubanos contra la metrópoli, España, extrajeron el mayor provecho expansionista, al lograr que en la Constitución de la nueva República de Cuba se insertase la Enmienda Platt, que consagraba el derecho de EEUU de intervenir la isla militarmente cuando considerase sus intereses en peligro. Incluso hoy EEUU se reserva la posesión de Guantánamo como base militar.

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