Vivamos una Semana Santa verdaderamente con Cristo
El autor es abogado y diputado a la Asamblea Nacional.
Doily Hernandez Marin
@doilyhernandezm
La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso del año. Comienza el domingo de Ramos y termina el Domingo de Resurrección. Podemos seguir a Jesús muy de cerca, el principal protagonista del Evangelio. Leer el relato de la Pasión de los Evangelios ayuda a acompañar a Cristo en su camino de pasión, muerte y gloriosa resurrección.
Jesús dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. A estas santas palabras de nuestro Señor en la Cruz como nos narra el Evangelio, nosotros los cristianos debemos tenerla siempre presente cada vez que hagamos algo que no está dentro de los Mandamientos de la Ley de Dios.
«Salir» al encuentro de los demás, hacernos nosotros cercanos, para llevar la luz y la alegría de nuestra fe, pero una fe verdadera, impregnada de Cristo; no de hipocresía y mentiras y repetir siempre: “Padre, perdona nuestros pecados” y llévanos siempre de tu mano para hacer el bien, trabajar en unidad, evitar el chisme que tanto destruye, y las descalificaciones que hacen un daño terrible.
El sucesor de Pedro, el papa Francisco, invitó a vivir esta Semana Santa “como nos enseña la tradición del Santo Pueblo Fiel de Dios, es decir, acompañando al Señor Jesús con fe y amor”. Llamó a los fieles a aprender “de nuestra Madre, la Virgen María: Ella siguió a su Hijo con la cercanía de su corazón, fue una sola alma con Él y, aun sin comprender, junto a Él se entregó plenamente a la voluntad de Dios Padre”. “Que la Virgen -fue su súplica- nos ayude a permanecer cerca de Jesús presente en las personas que sufren, descartadas, abandonadas”.
Mi invitación es a vivir una Semana Santa verdaderamente con Cristo, que practiquemos sus enseñanzas, que no nos burlemos de las Santas Escrituras y no profanemos el templo con actos que ofenden a Dios; acompañemos al Señor en su camino, participemos de las distintas procesiones sin populismo y demagogia; que Cristo viva en nuestro corazón y en nuestras acciones diarias y hagamos siempre el bien.
Que Cristo nos bendiga y nos ayude siempre. Así sea.
