Abuela de secuestrado: Su mamá no quería que se fuera a EEUU y por eso lo siguió hasta allá

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Nircis Margarita Matey manifiesta que desde el secuestro de su nieto, Robert Miguel Bustamante, la familia atraviesa por una total angustia. Fotos Franklin Domínguez

Abuela de secuestrado Su mamá no quería que se fuera a EEUU y por eso lo siguió hasta allá

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

Robert Miguel Bustamante ya tenía varios años en Ecuador junto con su madre y hermano cuando decidió que quería irse a Estados Unidos, EEUU para «salir adelante» y ayudar a su familia. La mamá, quien fue la primera en irse a la nación latinoamericana, hace unos 10 años, no quería que su muchacho partiera hacia suelo gringo, «sentía una espinita». La abuela del joven, Nircis Margarita Matey, aconsejó que lo dejara ir para que tuviese su libertad. Hoy llora por el secuestro del nieto, quien se encuentra recluido de manera ilegal en el Centro de Confinamiento del Terrorismo, Cecot.

La historia la contó a Diario VEA, Nircis Margarita, quien relató que su hija se fue a Ecuador hace 10 años y ella se quedó al cuidado de Robert Miguel y su hermano, en ese momento, eran menores de edad. «Lo había criado y estaban conmigo», dice la oriunda de El Guapo, municipio Páez, estado Miranda. Luego, su hija, mandó a buscar a los muchachos.

«Le pregunté a ellos: ¿se quieren ir? Sí, mamá-abuela, nos queremos ir con mi mamá para ayudarla. Ella me mandó el pasaje y ellos se fueron. Uno de 19 y el otro 18», señala desde la plaza Andrés Eloy Blanco, también conocida como plaza Lina Ron (ubicada adyacente a la sede de la Vicepresidencia de la República) donde el 29 de mayo acudió junto con un grupo de padres y familiares para ser atendidos por funcionarios de la instancia.

Agregó que después de unos años en Ecuador a Robert se le metió la idea de irse a suelo gringo. «Me voy, abuela, para Estados Unidos, para ayudarte, ayudar a mi hermano y a mi mamá», recuerda que le dijo su nieto.

Dice que su hija no quería que Robert se fuera. «Hablé con ella, déjalo que se vaya para que se libere pues, trabaje, y nos ayude. ‘Ah, bueno, mamá, pero tengo una espina’, me decía ella. Hasta que mi esposo habló con ella (…) Y lo dejo ir».

Como miles de venezolanos Robert Miguel se fue «por los caminos verdes», es decir, el Darién, esa selva que bastante publicitaron sectores de la derecha incentivando la migración de los connacionales.

«Pasó bastante trabajo mi nieto; sucito, empantanado. Cuando llegó a Estados Unidos, me dijo: ‘abuela, llegué'», transcurría el 2022.

En suelo yanqui empezó a trabajar haciendo de todo un poco, siempre trabajos honestos. Y como le prometió a su abuela, la ayudaba económicamente. «Gracias a él hice el techo de mi casa. Me puso wifi».

Agrega que la mamá de Robert decidió irse a Estados Unidos, «siguiéndolo a él; también se fue por el Darién».

En octubre comenzó el calvario

La desgracia para la familia llegaría el 7 de octubre de 2024 cuando Robert Miguel Bustamante fue detenido por migración. «Yo cumplo el 9 de octubre y a mi nieto lo detienen el día 7», comenta sin olvidar la amarga fecha.

Nircis Margarita no dice con exactitud en cuál centro de detención para migrantes estuvo su nieto, solo sabe que estuvo detenido por seis (6) meses y asistiendo a «corte».

«Abuela, mamá, me voy a presentar en la Corte«, comentaba por teléfono tanto a su mamá como a la abuela. Señala que de inmediato le preguntaban, «¿qué te dijeron? y él le respondía: «Nada abuela. Después otra cita más (…) ¿Qué te dijeron? Nada. Cada vez que tenía cita el muchacho iba para la cita y nada. Hasta que cumplió los seis meses» detenido, y luego llegó la peor noticia, el traslado de manera ilegal del joven al Cecot.

Recuerda que un día de la segunda semana de marzo Robert Miguel llamó a su mamá y le dijo que lo iban a deportar a Venezuela.

La madre del joven, que aún sigue en suelo imperial, automáticamente llamó a Nircis Margarita y le señaló: «Mamá, Robert llega como lunes o martes», es decir, 17 o 18 de marzo de 2025.

«Me canso de esperar  y nada que llega el muchacho. Me voy para el trabajo y mi hija me llama y me dice, ‘no deportaron a Robert para Venezuela. Se lo llevaron a otro país, para otra cárcel’. Entonces, llora ella allá y yo aquí. Yo, «hija, cómo puede ser». Cuando la madre y la abuela se enteraron de lo sucedido el joven, de 26 años, ya tenía cinco (5) días recluido en el Cecot junto con otros cientos de venezolanos.

«Todavía no hemos sabido nada de él. Mi nieto nunca había estado preso», agrega, muy afectada la abuela.

«No sabemos cómo lo está pasando él, qué le pasa por su cabeza», comenta.

Una familia destrozada

Nircis cuenta que desde que Robert Miguel se encuentra secuestrado la familia está sufriendo. Dice que la madre del joven continúa en suelo yanqui, porque desde allá puede ayudar económicamente.

«No te me esfuerces hija, te vas a enfermar, cuidado. Porque si te enfermas me enfermo yo», le dice constantemente Nircis a ella, a quien le recuerda que ambas deben estar fuertes para recibir al joven cuando lo liberen.

Añade, «la mamá de Robert está en Estados Unidos y se encuentra destrozada». Indica que en medio del dolor siempre le dice que esté tranquila, porque tanto su hijo como los demás jóvenes serán liberados.

«Tengo nostalgia. Me acuerdo del muchacho y quiero que lo saquen rápido de ahí. Ya no sé qué hacer», manifiesta angustiada.

«Esta situación la estoy llevando poco a poco porque antes estaba que no podía. Sufro de migrañas, con mi tratamiento poco a poco me emparejo. En estos días tuve dolores de cabeza fuertes, y dije, nada, se me va a reventar la cabeza, y mi hija me dijo, ‘mamá, calmante’, mi esposo me ayuda, y allí voy (…)», confiesa más adelante al recordar el episodio.

Argumenta que ella seguirá dando la lucha en Venezuela para lograr la liberación de su nieto.

«Robert Miguel, no pienses lo malo«

Si su nieto pudiese escucharla o leerla Nircis le transmite que no pierda la fe en la dura circunstancia que atraviesa.

«Robert Miguel, ten bastante esperanza, vas a salir de ahí, no pienses nada malo sino todo bueno, todo positivo. Estamos luchando. Yo aquí y tú mamá por allá», exclama.

«Trump, Bukele, devuelvan a los secuestrados«

A los presidentes de los regímenes de Estados Unidos y El Salvador, Donald Trump y Nayib Bukele, les pide que liberen a su nieto y a los cientos de venezolanos que mantienen secuestrados en el Cecot.

«A Bukele y Donald Trump les digo que por favor se pongan la mano en el corazón ¿Acaso no tienen hijos, nietos?», manifiesta (…) Hay un Dios que para arriba y para abajo ve, acuérdense (…)».

Nircis recordó que producto del daño causado por Bukele y Trump, al secuestrar a los venezolanos, el 18 de mayo falleció Marlene Josefina Ramírez, abuela de Jonathan Ramírez, uno de los 252 jóvenes recluido ilegalmente en el Cecot.

«Tuvimos una abuela que se murió por esa misma situación, le dio un infarto de la tristeza, del dolor», expresa; recuerda que a veces los familiares no comen ni duermen pensando en sus seres queridos. «Es un dolor demasiado grande».

Indica que los familiares de los secuestrados «ya no lloramos, ya no tenemos lágrimas; por favor mándennos a nuestros hijos para Venezuela. Mándelos, no los hagan sufrir a ellos ni a nosotros ¿hasta cuándo?

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