Hace 200 Simón Bolívar donó su equipaje para auxiliar a Fernando Peñalver

Néstor Rivero Pérez

El 24 de mayo de 1821, hace doscientos años, el Libertador Simón Bolívar, quien poco antes había entrado a Guanare, dispone la entrega de su equipaje y enseres personales en calidad de donación a don Fernando Peñalver, patriota e insigne amigo del héroe caraqueño y quien por entonces padecía extremas penurias en Angostura, adonde había llegado tres años antes.

De uno a otro Congreso

A la sazón Peñalver, escogido como sucesor de Juan Germán Roscio, se desempeñaba como presidente del Congreso de Angostura, corporación esta que se encontraba en la etapa final de sus sesiones, pues a raíz de la creación de la Gran Colombia, ese mismo mayo había iniciado sus sesiones el Congreso General de Cúcuta. Así, en el tránsito entre uno y otro Congreso, al tiempo que desplegaba sus alas la gran República suramericana que unía a Venezuela, Nueva Granada y Ecuador, Peñalver estaba, después del Libertador y al lado de Antonio Nariño, en la cúspide de la figuración política. Sin embargo, su situación económica dejaba mucho que desear por cuanto la módica dieta que debía recibir cada diputado mal llegaba o sus fondos se destinaban a urgencias propias de un Estado que nacía en medio de la terrible contienda contra España y que veía devastado el territorio por donde ambos ejércitos, patriotas y realistas medían sus armas.

Inicios de 1821

Desde enero de 1821, encontrándose en Bogotá el Libertador dispone medidas para la eventual reanudación de la Guerra de Independencia, empero ahora contemplando un escenario subcontinental, por cuanto ahora contemplaba el sur de Nueva Granada y Quito. Así, ese mismo enero designa a su lugarteniente Antonio José de Sucre, el más competente de sus noveles oficiales, como Jefe del Ejército del Sur y para que se dirija a Guayaquil por mar a confirmar la integración de dicha provincia, que se había proclamado independiente de España, como parte de la Gran Colombia. Partiendo de Bogotá a comienzos de febrero Bolívar se encamina a Cúcuta con rumbo a Venezuela, para asumir el mando en el escenario principal de la contienda contra las fuerzas realistas comandadas por Miguel de La Torre; y entre febrero y abril de aquel año organiza sus tropas de Trujillo, Achaguas y Barinas, previendo la estrategia de reconcentración de La Torre quien se repliega hacia los valles centrales de Venezuela. Así, a mediados de mayo ya el Libertador ocupa Guanare, donde establece su cuartel general, instruyendo la reunión de sus divisiones para dar batalla al enemigo entre San Carlos y Valencia.

El mes de mayo

Para mayo de 1821, de una parte el Ejército de Oriente al mando de José Fco Bermúdez, tras salir de Carúpano a finales de abril y buscar al enemigo, tomó Caracas el 14 de mayo de ese año, al tanto que en los mismos días por el occidente, y con sendas acometidas lideradas por el general Rafael Urdaneta -quien partiría de Maracaibo para tomar Coro-, así como Cruz Carrillo quien salió de Trujillo para, de consuno con José María Reyes Vargas (El Indio), avanzar hacia Carora y tomar Barquisimeto. Ambas operaciones laterales contribuyeron al desconcierto de los mandos españoles, quienes ponderaban el riesgo de perder la capital si Bermúdez obtenía refuerzos, o la pérdida de contacto con el estratégico Puerto Cabello si Urdaneta y Carrillo avanzaban hacia el centro.

Qué dice Bolívar

Tal es el cuadro bélico del cual se sustrae por unos momentos Bolívar para contestar a Fernando Peñalver, su eminente mentor, para ofrecerle los pocos bienes que podía ofrecerle en campaña “Ud se halla en extrema penuria…le envío a Ud la adjunta orden para mi criado, quien tiene mi equipaje, para que se lo entregue, lo venda y -Ud- se socorra…debe haber alguna plata labrada que de algún modo se pueda vender”. Así retribuía el héroe de las dificultades al prócer civil que tan bien supo aconsejarle en distintas circunstancias.

Sinóptico

1543

Murió Nicolás Copérnico

Uno de los personajes cuya obra intelectual y científica impactó del modo más determinante en la historia de la humanidad, el monje Nicolás Copérnico, murió en Frombork, Polonia. Las investigaciones de este matemático y astrónomo oriundo de Torún (Polonia), produjeron un vuelco irreversible en distintas áreas de la vida humana. Su obra principal Sobre las revoluciones de las esferas celestes, trastocó la concepción ptolemaica que imperaba desde la Antigüedad según la cual la Tierra era el centro estático del Universo. Copérnico estableció que la Tierra tiene varios movimientos, y uno de ellos, al igual que los otros planetas, se da alrededor del Sol.

Su libro, según su decisión, debía publicarse tras su muerte.

El impacto de su obra todavía se deja sentir: en la producción académica del último siglo libros como La estructura de las Revoluciones Científicas y La Revolución Copernicana, de Tomas Kuhn son de obligatoria lectura para quien hoy se adentre en las ciencias sociales, o exactas.