Los reyes de la trampa

Pedro Estacio

@Urgentess

Cuando hace más de un siglo Simón Bolívar alertaba a los latinoamericanos que EE.UU. parecía destinado por la providencia a sembrar de desgracias al mundo en nombre de la libertad, los preclaros hijos que habitaban desde México hasta Argentina debieron ser tan visionarios como el caraqueño y sospechar con mucho ojo avizor de los subempleados de la corona inglesa.

Entiendo, quizá por ello, que fueron más los irlandeses que anduvieron por estos lados de la América y lo hicieron más como empleados de guerra que otra cosa. Hay que estar realmente claros de que en el pasado ese tipo de contratación existía, y de hecho en la guerra naval de la independencia liderada por Bolívar contra los españoles hubo contrataciones de tal naturaleza. Hoy, con más franqueza, los llaman mercenarios, como los que andan por Siria, Libia y Ucrania.

Los europeos nunca han estado libres de sospechas en el negocio de la piratería y otros delitos. Es bueno saber que, como escribió el dominicano Libio Amaury Matos en Lemba, el esclavo rebelde del Caribe, los árabes ya andaban en el siglo VII con sus negocios y aventuras marítimas en el continente africano, pero los portugueses, en 1441, fueron los que le metieron el ojo al negocio desde otro punto de vista, una especie de piratería en tierra, porque saqueaban las aldeas y se llevaban a la población joven negra y la vendían.

Entendamos que la piratería es lo que hacían los portugueses, pero en el mar, es decir, el ataque a otra nave para saquearla.

El asunto es que en ese fatídico negocio del saqueo de los pueblos, puertos y regiones, en cada batalla todo era una acción ilícita que ha perdurado hasta ahora, y que se ha manejado extrañamente. Hasta un Papa, en 1455, le dio permiso a los portugueses para que esclavizaran a los no creyentes.

Veamos:

En 1574 una reina inglesa decreta el fin de la servidumbre, pero resulta que Inglaterra se convierte en el gran comerciante de esclavos, según registra el profesor, USB, Luis Duno Gottberg en su trabajo La humanidad como mercancía: Introducción a la esclavitud en América y el Caribe. 

En estas líneas lo que trato de recordar es que los europeos y los anglosajones, y sus descendientes, siempre han estado metidos en la piratería en el mar o fuera del mismo, en los negocios turbios, oscuros, y nunca les ha importado las leyes, sino el hecho de venderse como fuerzas guerreras con la capacidad suficiente de avasallar a quienes les parezca y sin rendirle cuentas a nadie.

Y eso es lo que han hecho con Venezuela, nación libre, independiente y soberana, que ha sido despojada, robada, esquilmada por EE.UU., Inglaterra, Portugal, y otras instancias, ilegalidad e inmoralidad de conocimiento público internacional y que pese a ello continúan mostrando al mundo fauces cuyos dientes terminarán por caerse muy sangrantes y adoloridos.

Los bancos centrales del mundo entero están alarmados por el insólito, ilegal e inmoral despojo de los ingleses y ya muestran su preocupación por tal hecho, que hace evidente cualquier otra mala conducta por parte de países que dicen ser desarrollados, pero que en el fondo son los reyes de la trampa mundial.

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