Néstor Rivero Pérez

[email protected]

El 25 de abril de 1945 culminó la insurrección armada de los guerrilleros partisanos del norte de Italia, quienes en combinación con el ejército de los países aliados, habían iniciado seis días antes, la ofensiva final contra el régimen nazi-fascista de Benito Mussolini.

 

Italia en la guerra

Si bien el Duce entre 1935 y 1936 había ordenado operaciones militares en Abisinia (África), pospuso su participación en la Segunda Guerra Mundial, hasta que en 1940, al año siguiente del estallido de la contienda, viese que Adolfo Hitler había sometido a Francia y preparaba en secreto la Operación Barbarroja contra la URSS. Sin embargo, ya para 1943, con la toma de Sicilia por los aliados, empezaría una nueva etapa de las hostilidades, que escalarían el 11 de junio del año siguiente, cuando los incesantes bombardeos aliados sobre las principales urbes industriales del norte de Italia, Milán, Turín y Génova -que se prolongarán exactamente hasta el 25 de abril de 1945-, determinen la liberación de dichas regiones por los partisanos.

 

Milán en abril

Milán, capital de la Lombardía, constituía junto con Turín y Génova “el triángulo industrial del norte italiano” (https://www.cronicasdemilan.com), lo cual la convertía en “objetivo militar” dentro de la estrategia aliada. De este modo, en Milán se emplazaban fábricas de vehículos, establecimientos textiles, manufacturas de piezas para transporte ferroviario y otros de importancia bélica. Así, el 11 de junio de 1944, luego de su desembarco al sur de Italia, los aliados sostuvieron un intenso bombardeo sobre Milán, en procura de debilitar los suministros industriales y militares a las fuerzas del fascismo, con el Duce a la cabeza y sus auxiliares nazis, quienes por entonces controlaban el norte de Italia.

 

El 19 de abril

Los distintos movimientos que resistían tanto a las tropas alemanas que se aposentaron en Italia en apoyo a Benito Mussolini y su recién creada “República Social Italiana”, de filiación fascista, se habían agrupado en el Consejo de Liberación Nacional de la Alta (Norte de) Italia (CLNAI). Y en correspondencia con los ejércitos aliados del sur de Italia, organizaron una insurrección general, con su expresión armada, a cargo de las unidades partisanas que resistían tanto en las montañas como en áreas urbanas, con ataques a fuerzas nazifascistas en perímetros urbanos; y también se contempló un conjunto de acciones huelgarias. Dicho impulso insurreccional se sostuvo hasta el 25, cuando los cuerpos fascistas escaparon, o se rindieron a los comandos partisanos. Igualmente ese 25 las últimas fuerzas alemanas operativas, se retiraron a su país por la frontera norte.

 

Calle por calle

Así, centros industriales como Milán, Turín, Génova y Bolonia, se vieron liberadas antes de que arribasen los ejércitos aliados. “En muchos casos hubo combates calle por calle: los restos de la República Social Italiana disparaban refugiados en edificios” (Wikipedia). Benito Mussolini, tras ser identificado por grupos de partisanos cuando trataba de huir por las montañas, fue capturado, y luego ajusticiado el 28 de abril de 1945. Ya para el día siguiente, 29, entregaron sus armas las últimas unidades alemanas que habían ocupado el suelo italiano.

 

De la montaña a la ciudad

En párrafo por demás elocuente respecto al carácter de la lucha partisana, en la cual participaron trescientas mil personas y de las cuales un diez por ciento lo integraron mujeres, el jurista y maestro Piero Calamandrei, en un discurso suyo ante un auditorio juvenil de 1955, expondría el significado constitucional de una Italia que desde finales de la Segunda Guerra Mundial vive en democracia: “Si queréis ir en peregrinación al lugar donde nació vuestra Constitución, id a las montañas donde cayeron los partisanos, a las cárceles donde fueron presos, a los campos donde les ahorcaron. Allá donde ha muerto un italiano para recuperar la libertad y la dignidad, id, oh, jóvenes, con el pensamiento, porque allí nació nuestra Constitución” (Ibídem).

  

Sinóptico

1937

Nazis ensayaron en Guernica armas de destrucción masiva

Este día, en el marco de la Guerra Civil Española, unidades de la aviación de la Alemania nazi y la Italia fascista, enviadas por Adolfo Hitler y Benito Mussolini, respectivamente, en apoyo a las fuerzas de Francisco Franco, procedieron al bombardeo de la población civil de Guernica, ubicada en la región de Viscaya (España). El horrendo hecho fue inmortalizado por Pablo Picasso en su tela Guernica. La brutalidad del ataque y la destrucción de vidas y bienes producida por las bombas alemanas e italianas contra la tranquila villa, mostró al mundo en toda su crudeza el poder de muerte de los artefactos aéreos contra una población civil. El día del bombardeo, correspondía a la actividad de mercado en la villa, aunque con restricciones “debido… a que la feria fue prohibida antes del mediodía por el alcalde, ante la cercanía del frente y temor del avance enemigo” (https://books.google.co.ve).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!