Banda delictiva mexicana libera a periodista luego de revisar sus teléfonos

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Fue mantenido en cautiverio por 15 días, fue vendado de los ojos, “esposado de las manos, casi siempre acostado en la batea de una camioneta, sólo con permiso para pararse a comer y para ir al baño. Foto Internet.

VEA / Carlos Batatin

Tras permanecer 15 días en cautiverio, desde el pasado  27 de diciembre hasta el 11 de enero, el periodista mexicano Jesús Pintor Alegre, en ocasiones pensaba que lo iban a matar. «Mis dos teléfonos me los quitaron y yo creo que descubrieron que no había absolutamente nada de lo que me estaban acusando”.

El relato del comunicador social fue reseñado en el portal www.actualidad.rt.com, mediante el cual argumentó que al momento de ser liberado, «me dijeron que estaba en proceso de ser perdonado, me pusieron las esposas por atrás, luego arrancó la camioneta y no recuerdo cuánto tiempo viajamos». Cuando paró yo dije: «Hasta aquí me quedé, pensé que me iban a matar».

De acuerdo con una nota publicada en el diario El Universal, Pintor Alegre fue secuestrado alrededor de la 10:20 am, en el zócalo de Ciudad Altamirano, en la Tierra Caliente, y puesto en libertad junto a Fernando Moreno Villegas, químico biólogo parasitólogo de profesión, en el puente del río Cuirio, en el municipio de Coyuca de Catalán, en Tierra Caliente, mientras que un tercer secuestrado, el abogado Alan García Aguilar, se encuentra desaparecido.

Permaneció 15 días vendado de los ojos, “esposado de las manos, casi siempre acostado en la batea de una camioneta, solo con permiso para pararse a comer y para ir al baño, sometido a los golpes, a los maltratos y al frío del lugar donde estuvo. Sus captores están presuntamente relacionados con bandas criminales con políticos”.

«Sí me trataron con alguna violencia y sí, en algún momento, recibí algunos golpes. Tampoco era una situación de tortura, tengo que decirlo», narró el periodista.

Al proseguir con su historia  admitió que le daban de comer dos veces al día, “pero era siempre mantenerme en la batea del vehículo, no levantarme de ahí, prácticamente me mantenían al sol ante las inclemencias de la temperatura. Por la noche hacía bastante frío y, obviamente sin cobija y sin nada, pues esta era parte del castigo, y siempre esposado además de tener los ojos cubiertos».

Según con su testimonio solo le permitían levantarse de la camioneta para ir al baño. «Y era cuando ellos querían, inclusive si me estaba a punto de reventar la vejiga, era lo de menos. Ellos decidían en qué momento lo hacían, y esos eran los momentos en los que podía estirar las piernas», mientras que a la hora de la comida lo enderezaban un poco, prácticamente en ángulo de 45 grados, y al rato otra vez a acostarse.

Pintor Alegre estuvo residenciado por muchos años en la capital del estado de Guerrero, Chilpancingo, trabajó como reportero de La Jornada en esa localidad, y no tiene intensión de abandonar su profesión  pese haber pasado por esa dolorosa experiencia.

Las autoridades aún desconocen los autores de tal hecho. Sin embargo, de acuerdo con un informe de la organización Reporteros Sin Fronteras, hasta el pasado mes de diciembre, 27 periodistas también habían sido reportados como desaparecidos y en el año 2022 fueron asesinados 11 periodistas.

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