Néstor Rivero Pérez
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El 13 de noviembre de 1950, hace 71 años, fue asesinado a balazos el comandante Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta Militar que gobernaba desde 1948, constituyendo este hecho el primer magnicidio verificado en la historia de Venezuela.

Esa mañana
Esa mañana del 13 Delgado Chalbaud se despide de su esposa, doña Lucía, quien “había regresado de misa…el presidente pidió a su chofer la prensa del día (…) antes de la partida, un funcionario de apellido Aponte, quien escoltaba con su moto al Cadillac había llegado a la residencia sin ver…nada que pudiera parecer sospechoso. Sin embargo, los conjurados…en 5 vehículos” (https://cronicasdeltanato) lo esperaron en el Puente de Chapellín, que era su ruta habitual hacia el Palacio de Miraflores, iniciándose así el breve y trágico secuestro.

Mano ejecutora
Del expediente sobre el caso y de propia confesión ofrecida en el libro Por qué yo maté a Delgado Chalbaud, según relato a Oscar Yanes dado a cuarenta años de los sucesos, uno de los integrantes del grupo que actuó a las órdenes de Rafael Simón Urbina, Pedro Díaz, este habla de que tras llegar a su destino en la urbanización Las Mercedes de Caracas, Delgado forcejeó con sus captores intentando liberarse y en el forcejeo agarrándole la pistola a Díaz, este accionó el arma, quitándole la vida al mandatario.

Cadena de sucesos
Rafael Simón Urbina, en el marco de conversaciones con factores de poder -y entre quienes estaba Carlos Pulido Barreto, hombre de confianza de Marcos Pérez Jiménez y empresarios adversos a Delgado-, había tomado días antes la dramática decisión de secuestrar al presidente de la Junta. Esa mañana del 13 de noviembre, ya dentro del vehículo que trasladaba a la víctima, el propio Urbina resultaría herido en un tobillo por un extraño disparo accidental. Malherido llega a la Quinta Maritza de Las Mercedes. En horas de la noche será ajusticiado en medio de un traslado por funcionarios de la Seguridad Nacional.

¿Resultado accidental?
Al parecer los autores del secuestro no pretendían liquidar físicamente al comandante Delgado Chalbaud, sino obligarle a renunciar y marchar al exterior. Ambiciones y odios familiares heredados de tiempos del gomecismo, así como intereses del capital hidrocarburífero extranjero, terminan configurando un cuadro de circunstancias que inculpan a mentores más allá del grupo de Urbina.

Entorno
Y a la vez compromete gravemente a personajes de la vida pública, como el abogado petrolero Antonio Aranguren y miembros del entorno de Pérez Jiménez, así como empresarios criollos enemistados con Delgado. Durante su gestión este había enviado una comisión de expertos a países del Medio Oriente para dar a conocer la moderna legislación petrolera venezolana; algo que debió extrañar a los magnates mundiales de la energía.

¿Petróleo?
Una hipótesis que ha tenido seguidores ha sugerido que detrás del magnicidio pudo estar el capital petrolífero norteamericano, puesto que en 1949 y en el marco de la Guerra Fría “Delgado Chalbaud envió a Teherán una misión de técnicos petroleros nuestros a entrevistarse con el líder iraní Mosaddeq con el fin de consolidar un pacto de países productores. La visión estratégica era abrir el compás para que empresas de origen francés participaran en las actividades extractivas de hidrocarburos y establecer una política de precios justos del crudo” (https://mazo4f.com). En tiempos en que el imperialismo petrolero quería perpetuar la tranquilidad en su control sobre países suministradores de la energía donde operaban sus taladros, envase y transporte de hidrocarburos hacia las plantas refinadoras, iniciativas como la del comandante Delgado Chalbaud podían resultar por lo demás “incómodas”. En todo caso dicha visita a Irán fue antecedente de los encuentros para la fundación de la OPEP en 1960.

Sinópticos

1929
Atentado contra Álvaro Obregón
Este día en Ciudad de México el general y expresidente azteca Álvaro Obregón, en momentos en que se trasladaba en un vehículo por el Bosque de Chapultepec, fue objeto de un atentado dinamitero. El hecho, en el marco de la así llamada “Guerra de los Cristeros”, fue perpetrado por miembros de la Liga Nacional de Defensa de la Libertad Religiosa, para quienes Obregón, impulsor de Plutarco Elías Calles como su sucesor, era uno de los responsables de la política anticlerical y laicización que venía estableciendo los gobiernos surgidos de la Revolución Mexicana. Así, tras la reglamentación del artículo 130 de la Constitución mexicana, referido a la intervención de los poderes públicos nacionales en materia religiosa, se encresparían los ánimos hasta llegar a la “Guerra Cristera”, formando parte el atentado, un capítulo de mayor extremización entre los sectores en pugna. Álvaro Obregón, quien había perdido un brazo en la batalla de Celaya de 1915, sería elegido presidente de México entre 1920 y 1924. En 1929, a poco de ganar por segunda vez fue muerto a balazos por un fanático cristero en un restaurant de Ciudad de México.

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