Claudia Sheinbaum, presidenta de México, parte de los desafíos que deberá afrontar

0

La autora es periodista y analista política. Ganadora del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2022.

Yoselina Guevara López

@lopez_yoselina

Este domingo 2 de junio, por primera vez México eligió a una mujer como presidenta, la científica Claudia Sheinbaum, con cerca de 35,5 millones de votos; un paso histórico para un Estado caracterizado por el machismo, una gran desigualdad de género y grandes porcentajes de violencia contra las mujeres. Pero después de esta contundente victoria, Sheinbaum deberá afrontar una serie de desafíos estando al mando del gobierno mexicano. 

Reducción de la violencia

Bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el actual presidente de los Estados Unidos Mexicanos, la violencia generada por el narcotráfico ha continuado su curso, aunque las cifras oficiales señalan una disminución. La política de seguridad de AMLO se ha basado en la reducción de las actividades de represión policial, como detenciones, registros y redadas, favoreciendo en cambio el desarrollo de las zonas económicamente más deprimidas del país, donde la delincuencia ha ganado terreno. Aunado a ello también los planes sociales han sido encaminados a solventar las desigualdades económicas. No obstante, lamentablemente la política denominada “Abrazos, no balazos”,  no ha logrado los efectos esperados. La reducción de la actividad policial en las calles ha abierto espacio a los narcotraficantes, que han aumentado el nivel de violencia.

Claudia Sheinbaum ha prometido reducir la violencia, basándose en sus éxitos en este campo como alcaldesa de Ciudad de México, pero hasta ahora todos sus predecesores, de derecha y de izquierda, lo han intentado, adoptando diferentes tácticas y estrategias, y han fracasado.

Desde junio de 2023 comenzó, casi como una epidemia, la muerte de candidatos en estas “elecciones sangrientas”, como las han llamado muchos analistas. Los asesinatos afectaron también a aspirantes que no estaban inscritos en las listas de sus partidos ni en las del Instituto Nacional Electoral, pero que habían sido propuestos para un cargo o simplemente habían declarado su aspiración a participar en las elecciones como candidatos; una mayoría de aspirantes afectados pertenecen al partido Morena.

Pero las raíces de la violencia en México, no provienen del ámbito de la política, es decir enfrentamientos entre diferentes ideologías, partidos, etc; tienen que ver con una razón a nivel social  a través de la cual se vuelve un instrumento de movilidad. Es un país donde la falta de oportunidades y  la desigualdad conducen muy fácilmente a la delincuencia.

Por diversas razones culturales, en México ha habido una especie de devaluación del valor de la vida; por cualquier pequeña e inútil razón, incluso por poco dinero y para dirimir disputas, se llega a asesinar, una práctica que arriba a la eliminación por motivos fútiles de los adversarios políticos. A esto se suma, por un lado, el deseo de los grupos del crimen organizado de ejercer el control político en los territorios que dominan y, por otro, algunos políticos tratan de ganar sus posiciones, espacios de poder,  apoyándose en el crimen.

Claudia Sheinbaum también tendrá el reto de mantener los programas sociales, que contribuyen efectivamente a la reducción de la pobreza e inciden en la disminución de la violencia y la delincuencia, pero para ello deberá  enfrentar un déficit fiscal que subió al 5,9 %, con un crecimiento económico promedio que en los últimos seis años fue de apenas 0,8 %.

Relaciones con los Estados Unidos

Aunque parezca descabellado, el factor de violencia y la asimilación de millones de inmigrantes mexicanos ha permitido a los Estados Unidos mantener su población más cruenta y joven que la de sus antagonistas, sobre todo la República Popular China. La desesperación y la violencia de quienes desde México, cruzan la frontera hacia el país de las barras y estrellas facilita la metabolización de la guerra, como señaló hace algunos años un historiador norteamericano, Arthur Schlesinger, “toda gran potencia, sea cual sea su ideología, necesita una casta guerrera”.

Pero si bien los inmigrantes nutren los espacios donde el imperialismo norteamericano tiene la necesidad de carne de cañón, con el advenimiento del posible ganador en los próximos comicios presidenciales, Donald Trump, surge  un fenómeno interesante y es la reacción identitaria, el redescubrimiento del nativismo, y el nacionalismo dentro de una perspectiva trumpiana. Todo ello conlleva al rechazo de los extranjeros y a la defensa de las cuotas de poder de los supuestos blancos auténticos; en efecto, ya el candidato republicano está amenazando con deportaciones masivas de migrantes que cruzan por la frontera binacional de casi 3.200 km.

Por otra parte en 2026 los Estados Unidos Mexicanos, Estados Unidos y Canadá, deberán renegociar su tratado comercial T-MEC; a través del cual en el año 2023  México reemplazó a China como el mayor socio comercial de Washington, enviando más de 475.000 millones de dólares en bienes a través de la frontera.  El T-MEC de 2020 reemplazó al tratado de Libre Comercio de América del Norte o TLCAN.

            Claudia Sheinbaum tendrá que enfrentarse con el  vencedor de la Casa Blanca en cuanto a relaciones comerciales, problemas migratorios, en diferentes ámbitos, y decimos enfrentarse, valga la redundancia, porque hasta ahora la convivencia entre ambos países no ha sido fácil. La presidencia de AMLO ha caracterizado su política exterior con bastante frontalidad frente a Washington, y con una mayor apertura, integración y búsqueda de unidad con Latinoamérica y el Caribe. Sheinbaum podría tener un enfoque más diplomático con un cambio de estilo, pero si el ganador es Trump, en el caso de los Estados Unidos, todo va a depender de la agresividad, los niveles de desprecio por los latinos y si el machismo trumpiano prevalece.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!