Eugenia Russian

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En estos tiempos de confrontaciones, las comunidades ecuménicas de Venezuela y de muchas partes de América, tienen presente al padre Juan Vives Suriá, sembrado hace 20 años, en el cariño de su pueblo, el 26 de junio de 2004. El testimonio de vida de Vives enfrenta la cultura del máximo lucro, abriendo espacios hacia una cultura de la solidaridad.

Viene a la memoria su misión en momentos conflictivos como los de 2002 cuando el golpe de Estado. Vives afirmaba: “Son muchos, la mayoría, los que queremos una Patria digna, como la que soñaron nuestros libertadores, inspirados en el Jesús Liberador y en el pensamiento bolivariano. Lo que hay que salvar, ante todo, es el proceso de liberación de nuestro pueblo».

Juan Vives, con su misión y su capacidad de servicio, asume la conciencia emanada de la espiritualidad liberadora de las comunidades y movimientos sociales populares, entendiendo que Dios toca a la puerta en América Latina y el Caribe. Queda entonces en la decisión de los pueblos, abrirle la puerta y festejar, o dejar pasar de largo su camino de resistencia y construcción de la paz con justicia.

Fundalatin reconoce y valora a quienes hacen de su vida un signo de los tiempos de compromiso humano, y como proclamaba el padre Vives: El pueblo se ha dado una Constitución y leyes humanistas para la construcción de un camino inédito, de mucha participación popular, de respeto a los derechos humanos, a las culturas, a la Tierra, en un mundo multipolar, solidario, inspirado en el pensamiento integracionista de Bolívar y la visión macroecuménica del pueblo venezolano. Que la fuerza liberadora de Vives y el servicio como forma de vida del médico de los pobres a 105 años de su Pascua, nos siga guiando en nuestro diario caminar con la alegría del Evangelio.

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