Néstor Rivero Pérez

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El 14 de febrero de 1936 se realizó en el centro de Caracas la movilización política de mayor tamaño, en proporción al número de habitantes de la capital, conocida en la historia del país, según estudiosos de nuestro pasado republicano. Tenía como objetivo reclamar la democratización del país y la salida de los funcionarios identificados con las prácticas represivas del régimen de Juan Vicente Gómez, quien falleciera el 17 de diciembre anterior. Una congregación cívica, de elevado contenido político, y masiva, como aquella, tuvo antecedentes: en el siglo XIX dos grandes muchedumbres estremecieron la capital de la República: el 19 de abril de 1810, y el 9 de febrero de 1846, cuando la ciudad fue sacudida por la concentración en apoyo a Antonio Leocadio Guzmán, candidato liberal quien enfrentaba al Partido Conservador.

Días previos

Tras la muerte de Gómez, su ministro de Guerra y Marina, Eleazar López Contreras, queda encargado de la presidencia. Claramente identificado con el viejo caudillo, López representa un tipo de militar más ilustrado que el resto de la camarilla andina. Autor de varios libros; se desempeñó como profesor de la Academia Militar y gozaba de relaciones en círculos sociales de la capital. López hace cambios en el tren gubernamental, y traslada gobernadores de una entidad a otra. Uno fue Félix Galavís, quien de Yaracuy es designado gobernador del Distrito Federal.

Plaza Bolívar

Para asegurar el orden público, ante las manifestaciones que se habían suscitado en ciudades del país a poco de la desaparición de Juan Vicente Gómez, el Presidente encargado había decretado, el 5 de enero de 1936, la suspensión de garantías constitucionales. El gobernador Galavís por su parte establece censura a diarios y radioemisoras, prohibiendo la reunión de más de tres personas. En rechazo la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV) y distintos núcleos de izquierda convocan al pueblo de Caracas a la Plaza Bolívar el 14 por la mañana. La alta asistencia sorprende a las autoridades, y el gobernador Galavís según algunos testigos ordenó ‘disparar contra la multitud’. Otras versiones endosan la orden a Eustoquio Gómez, hermano del dictador fallecido e intimidante figura de su régimen.

Por la tarde

El pueblo asalta la Gobernación de Caracas y en la querella muere Eustoquio Gómez, cayendo, a su vez, un grupo de manifestantes. Por la tarde la movilización se reorganiza, teniendo a la cabeza a Francisco Antonio Rísquez, rector de la UCV; Jóvito Villalba, presidente de la FEV; Miguel Acosta Saignes y Hernani Portocarrero, entre otros, y se dirige al Palacio de Miraflores. Como consecuencia de la sorprendente movilización popular, salen del gobierno funcionarios gomecistas identificados con la represión. Y el general López se compromete a dictar un conjunto de medidas modernizadoras conocidas como “Plan de Febrero”. Dichas reformas crearon por entonces una atmósfera de convivencia y tolerancia en el país, la que se disipó con los exilios y persecuciones contra la izquierda en 1937.

Sinópticos

Día de los Enamorados

Este día, cada año, se celebra en todo el mundo la efemérides del amor, en homenaje a San Valentín de Roma, y que encuentra su símbolo en la tradición pagana de Cupido. San Valentín, mártir católico, murió decapitado por órdenes de Claudio II. Y se estima que el primer “Día de San Valentín” se celebró el 14 de febrero de 415 dC.

Día Mundial de la Energía

Hoy se celebra el Día Mundial de la Energía, efemérides que busca formar conciencia colectiva sobre la importancia de hacer uso responsable de las fuentes energéticas, promoviendo el uso de fuentes renovables, y la necesidad reducir el uso de las energías basadas en combustibles fósiles como el carbón o el petróleo. Desde 1949, cada 14 de febrero se dedica a la energía, con el fin avanzar hacia el empleo de energías ecológicas y renovables, cuyo acceso universal, en la actualidad, no está al alcance masivo inmediato según la ONU.

1825

El Gran Mariscal

Este día el Congreso del Perú otorgó al General Antonio José de Sucre el título de Gran Mariscal de Ayacucho, lauro que la posteridad reivindica como expresión del genio militar del héroe cumanés, cuya espada y estrategia resultaron fundamentales, al lado del Libertador Simón Bolívar, para dar su independencia a Ecuador, Perú y Bolivia.

Antonio José de Sucre, al lado de los prematuramente desaparecidos Atanasio Girardot y José Antonio Anzoátegui constituyó una excepción en un escenario histórico configurado a partir del prestigio de las lanzas y el triunfo en los campos de batalla, respecto a la mayoría de próceres supervivientes a la emancipación.

Sucre comprendió temprano la visión del Libertador Simón Bolívar y su liderazgo sin pretender disputar posiciones inmerecidas. Desde 1821 Bolívar lo elevó a la segunda posición de mando en sus campañas militares del Sur y como negociador y estadista.

A Sucre dedica el Libertador la única biografía que escribiese sobre personaje alguno, publicada a mediados de 1825.

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