IPC: Espectáculo mediático sobre petroglifos en el Orinoco invisibiliza estudios de la arqueología venezolana

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Los grabados rupestres son un bien de interés cultural protegido por la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Venezolano. Foto Sputnik.

VEA / Yonaski Moreno

A inicios del mes de junio, el diario El País publicó un trabajo en el que anunciaba el hallazgo de los petroglifos más grandes del mundo en la cuenca del río Orinoco. La respuesta de Venezuela no se hizo esperar y con contundencia aclaró: «estos petroglifos han sido estudiados por la arqueología venezolana al menos desde el siglo XIX».

La información que en esa oportunidad compartió el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, fue profundizada por la presidenta del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), Dinora Cruz, quien, en entrevista con Sputnik, aseguró que la «la espectacularización» que el diario El País le dio al artículo científico de los investigadores británicos y colombianos, invisibiliza las décadas de estudios de la arqueología en Venezuela.

De acuerdo a Cruz, citada en una publicación de latamnews.lat, ese espectáculo mediático también deja por fuera el hecho de que esos grabados rupestres aparecen reseñados en el Primer Catálogo del Censo del Patrimonio Cultural del Municipio Atures, estado Amazonas, y es un bien de interés cultural protegido por la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Venezolano.

La experta destacó que el mérito del estudio realizado por investigadores británicos y colombianos reside en el uso de drones, cámaras de alta resolución y programas computacionales para la reconstrucción en 4D de las marcas de dichos petroglifos, lo que abre el campo a futuras investigaciones arqueológicas con el uso de nuevas tecnologías.

Investigado desde el siglo XIX

La presidenta del IPC resaltó que desde el año 1936 se vienen haciendo estudios de esos petroglifos, de manera sistemática por investigadores venezolanos. Aseguró que anterior a esos años, «los cronistas habían reportado su presencia, y por supuesto, los pueblos indígenas que habitan ahí, pues tienen miles de años viéndolos».

Reiteró: «No es un descubrimiento, ni tampoco estamos perdidos como para que nos descubran».

Asimismo, la antropóloga hizo un recorrido por la extensa bibliografía que demuestra el conocimiento de la comunidad científica venezolana sobre los grabados rupestres ubicados en el área de los Raudales de Atures.

Como muestra, citó un párrafo del cronista Jean Chaffanjon escrito en 1886: «El cerro Pintado, a 12 kilómetros de Atures, muestra la antigua civilización indígena bajo un aspecto grandioso», y más adelante señala «al cabo de una hora y media de caminata, el guía nos enseña el Pintado, una inmensa peña que se levanta verticalmente 250 metros por encima de las sabanas; la gigantesca y fantástica inscripción se encuentra hacia la mitad. Arriba del todo, un lagarto o caimán de gran tamaño; debajo, una serpiente que mide 120 metros de largo; más abajo a la derecha, una escolopendra gigantesca; a la izquierda, un hombre, un pájaro y algunas figuras extrañas», reseñó Sputnik.

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