Néstor Rivero Pérez

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El 4 de agosto de 1526, a sus 50 años de edad, falleció Juan Sebastián Elcano. Este marino, desempeñándose como segundo de Fernando de Magallanes en el primer viaje de circunnavegación alrededor del mundo que en 1519 patrocinase el monarca Carlos V, comandaba el “Victoria”,  único navío en retornar a Europa luego del penoso trayecto.

Mares desconocidos

Hombre curtido en travesías marinas, Elcano honraba una tradición familiar de varias generaciones en conexión con el mar. Y al igual que Cristóbal Colón en su periplo hacia el Atlántico y Vasco de Gama en el Índico, Elcano y su jefe Hernando de Magallanes, poseían información respecto a distancias y territorios por donde habrían de transitar en su trayecto, aunque con significativas imprecisiones. Así zarparon con cinco naves abastecidas con el criterio de que en pocos meses estarían de regreso y desconociendo la extensión del océano Pacífico.

El estrecho

No obstante, el extravío de Magallanes y Elcano tuvo a su favor el descubrimiento del paso entre el Atlántico y el Pacífico en el extremo sur de Suramérica y que hoy se conoce como “Estrecho de Magallanes”. Y la contracara de dicha consagración de los exploradores fue la inmediata permanencia por tres meses en el mar sin ubicar tierra. Antonio Pigaletta, cronista del viaje, escribió: “La galleta que comíamos ya no era pan sino un polvo lleno de gusanos que habían devorado toda su sustancia. Además, tenía un olor fétido insoportable porque estaba impregnada de orina de rata”. Numerosos marineros padecieron escorbuto.

Culturas encontradas

En las Molucas, igual que en las islas del Caribe, los europeos encontraron dos grupos aborígenes, uno de taínos, que les recibió con mansedumbre, y otro que como los caribes, los veía como invasores. En todo caso la empresa capitaneada por Magallanes-Elcano era de índole comercial. Y de otra parte, los aborígenes de las Molucas (Filipinas) y otras regiones de la franja indo-pacífica, desarrollaban su propia dinámica civilizatoria y comercial a la que Europa buscaba someter. Y en la confrontación de los originarios a las órdenes del cacique Lapulapu, Magallanes fue abatido, quedando al mando Elcano, quien cargó la nao Victoria con lotes de las especias para trasladarlas a Europa.

 

Retorno

Luego de tres años de haber zarpado de Sevilla hacia el occidente, sólo una nave -la Victoria, al mando de Elcano- retornó a dicho puerto español, tras cubrir las aguas del Pacífico y el Índico y retomar al Atlántico desde el oriente, luego de doblar el Cabo de Buena Esperanza.

Único navío

De 239 miembros de la tripulación que partieron en 1519, apenas 18 regresaron, capitaneados por Elcano. Este, ante el deterioro de la nave se vio obligado a remolcarla a través del río Guadalquivir, para culminar la travesía en el mismo puerto, Sevilla, de donde habían salido tres años antes. Para 1522, los cartógrafos y exploradores al servicio de la Corona española y la de Portugal, tenían ya de las rutas, territorios a conquistar y materia prima del continente americano -así como de África y parte del Asia hasta India-, una visión bastante exacta. Empero del Lejano Oriente y sus accesos, la primera información
fidedigna fue la ofrecida por Elcano y los suyos.

Inanición
El emperador premió la proeza de Elcano acordando a su favor 550 ducados de oro, una pequeña fortuna que no logró cobrar, y un escudo de uso personal. Cuatro años después de su retorno, Elcano emprende una segunda travesía a las Islas de las Especias en el Pacífico, de la cual será de nuevo su segundo jefe. Durante una travesía con muchas tormentas y desnutrición, contraerá escorbuto, falleciendo el 4 de agosto de 1526.

Sinóptico

1874

José Antonio Maitín

Este día falleció en Choroní (Aragua), José Antonio Maitín, vate cuyo depurado tono elegíaco impulsó el romanticismo en las letras durante el siglo XIX venezolano. En su obra se observa, como expone el crítico Lubio Cardozo, tres fuentes: José Zorrilla, la del francés Alfhonse de Lamartine y el inglés Lord Byron.  En acuciosa investigación Cardozo asienta: “el corpus de la poesía de Maitín lleva inquietudes ideológicas… motivos y fábulas no presentes en las preocupaciones literarias de Zorrilla”. Este último era el prototipo del literato romántico, quien igual que José de Espronceda llevó una vida donde se cruzaba el poema y la aventura. Ecos del sentimentalismo zorrillista, así como musicalidad, cadencia, pulcro lirismo y olor de paisaje campestre, dan su tono al Canto Fúnebre de Maitín: “¡Cuán sola y olvidada, / Cuán triste está la huerta / hace poco por ella cultivada! / Su lánguida corola / Tiene la flor apenas entreabierta, / Y al ver los talles secos e inclinados, / esta vegetación tibia, incierta / al ver tanto abandono / Las hierbas devorando los sembrados / Sin humedad la tierra, sin abono, / Dijérase que siente / Esta familia huérfana su suerte, / que lleva un negro luto / Sobre su frente pálida prendido / Que espera ya la muerte, / O que llorando está lo que ha perdido”.

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