¡Música con humanidad y respeto! Así presenta su álbum la merideña Ash Andrea

VEA / Yonaski Moreno

Toda su vida gira alrededor de la música, asegura. Sentada, removiendo una y otra vez el azúcar de su café, se emociona hasta las lágrimas cuando habla de Desde mi silla, su primera producción musical, a la que le gusta referirse como «mi bebé». Mientras la cantautora merideña Ash Andrea habla de su proyecto, apenas prueba su bebida. Recuerda y relata los acontecimientos con gran entusiasmo y vigorosidad. Repite cada vez que puede que está muy agradecida con cada persona que hizo posible que el sueño de publicar su álbum se convirtiera en realidad.

Desde mi silla está compuesto por nueve (9) canciones, ocho (8) de las cuales fueron escritas por Ash Andrea. La novena canción le fue entregada hace muchos años por Mario Mendoza y Armando Nones, titulada Tonada para un hombre libre. La cantautora describe el disco como «folk», porque tiene muchas fusiones «de ritmos venezolanos, latinoamericanos, pero también tocando lo moderno». Tipo; Usted; Fugaz; Claridad; Sin querer; Lejos de mí; Nuestro, y Besos y frutas, completan el álbum.

Para la artista, lo más importante ha sido crear un contenido humano, real y respetuoso que conecte con el público. «Lo que más me gusta es el contenido de las letras, que mucho más allá de la música seamos muy concientes de lo que estamos haciendo como artistas y de que lo que digamos sea apropiado y creo que esa es una de las cosas que más ha llamado la atención de la gente, lo que decimos en nuestras canciones», resaltó.

Apoyo mundial

Es un esfuerzo de años, precisó. «El proceso de grabación se hizo en distintos países, con amigos y amigos de nuestros amigos, que grabaron alrededor del mundo. La grabación de las voces la hicimos en un estudio en Mérida y la postproducción la hizo Ggyyro Quevedo en Colombia», relató a Diario VEA.

La artista confesó que al principio pensó que realizar un disco era algo imposible de pagar, pero se llevó una gran sorpresa. «Lo bonito del disco es que todo el diseño gráfico, el diseño de vestuario, fotografía, los músicos, los arreglistas, la mayoría del equipo ha apoyado el trabajo sin ningún incentivo monetario, simplemente se enamoraron del proyecto y han querido ser parte».

Desde mi silla está disponible en todas las plataformas digitales de streaming, entre ellas, Youtube, Spotify, Deezer, señaló. Además, cuentan con algunos ejemplares en físico que pueden ser adquiridos a través de la cuenta en Instagram @ash.musica y el correo electrónico [email protected].

La cantante conversó con Diario VEA luego de deleitar al público en La Casona Cultural Aquiles Nazoa con una hora de concierto. No fue su primera vez tocando por estos lados del país; semanas antes fue invitada a La Guachafita Cultural. Sin embargo, la presencia entre el público de César Gómez, Iván Pérez Rossi y Ana Cecilia Loyo, entre otros rostros de la escena musical venezolana, le reportó indescriptible emoción. «Nos vamos con el corazón llenito de agradecimiento con el público caraqueño», señaló Ash Andrea.

Más allá de Mérida

Las presentaciones realizadas en La Casona Cultural Aquiles Nazoa este domingo 26 de mayo y semanas antes en La Guachafita Cultural, constituyen los primeros pasos de la artista y el equipo que la acompaña para mostrar su trabajo fuera de las fronteras merideñas.

«Nuestro plan principal es que el disco no se nos quede encasillado en Mérida; por eso estas dos (2) visitas fugaces que hemos hecho a Caracas son importantes porque nos muestran que hay posibilidades de seguir mostrando mi trabajo aquí, estamos dando pasos pequeños pero importantes. Nos encantaría venir una vez al mes a mostrar el proyecto».

La artista reveló que le encantaría que en otros estados del país se conozca su trabajo y se encuentra trabajando junto a su equipo para lograrlo. «Creo mucho en mi trabajo, en cómo hemos logrado conectar con la gente, y creo mucho en el disco, en las canciones y en mi equipo de trabajo», aseguró.

Añadió que con esto en mente, tienen planes de realizar un par de videoclips de canciones que ya están en el disco, con la intención de darles un pequeño relanzamiento y que tengan mayor alcance.

También tienen previsto colaborar con algunos artistas urbanos en Mérida, «porque nos gusta su contenido. Son muchachos que están empezando, pero que tienen cosas chéveres qué decir y creemos que nuestro proyecto puede mezclarse muy bien con el trabajo de ellos. Esto sería irnos a aguas desconocidas, pero sentimos que nuestro trabajo da para eso y que podemos abarcar también ese otro público», explicó.

Desde la cuna

La música ha sido una constante en la vida de Ash Andrea. Su madre también es una enamorada del canto, por lo que desde niña tuvo la influencia artística. «Estuve en escuelas de música del estado Mérida desde siempre y en agrupaciones corales; poco a poco me fui desenvolviendo más en el ámbito popular», rememoró.

A la tierna edad de 17 años tuvo su primera banda y a partir de ahí comenzó a participar en diversas agrupaciones con las que salía a tocar en locales nocturnos. También vivió un año en República Dominicana, donde también cantó en hoteles y locales. Su amor por las artes la llevó a trabajar para una compañía de entretenimiento en Asia.

«Ahí fue donde aprendí más, porque pude interactuar muchísimo con músicos de otros países, con gente que tenía muchísima más experiencia que yo; tuve que aprender muchísimo más repertorio, a cantar en otros idiomas y sí, el intercambio cultural con otra gente y con otros países me abrió otros mundos, que pude explorar para la composición y para los arreglos de los temas del disco», compartió.

A parte de su proyecto como cantautora, Ash Andrea se dedica a escribir canciones para una compañía en España y da clases de canto. También estudia Canto Popular, mención Jazz, en la Universidad de Los Andes y forma parte de una compañía de teatro merideña.