¡Para recordar! Médicos cubanos le regresaron visión a militar que ejecutó al Che Guevara

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Mario Terán Salazar, quien falleció este 10 de marzo, pidió ayuda a través de la Misión Milagro y fue operado. Foto Internet.

VEA / Yonaski Moreno

Mario Terán Salazar, quien ejecutó a Ernesto «Che» Guevara -quien fuera uno de los comandantes de la Revolución Cubana- recuperó la vista tras ser operado por un grupo de médicos cubanos como parte de la Misión Milagro, un programa del gobierno de Cuba que ofrece tratamientos gratuitos para afecciones de la vista en América Latina.

Terán Salazar, quien falleció este jueves 10 de marzo, fue intervenido en 2006, pero la información trascendió en octubre de 2007 cuando el hijo de Terán escribió una carta a un periódico boliviano para expresar su agradecimiento a los médicos cubanos.

En aquel entonces se conmemoraba el 40° aniversario de la muerte del Che Guevara. Al respecto, el diario cubano Granma señaló: «Cuatro décadas después de que Mario Terán intentará destruir un sueño y una idea, Che Guevara regresa para ganar otra batalla (…) ahora un anciano puede apreciar de nuevo los colores del cielo y el bosque, disfrutar de las sonrisas de sus nietos y ver partidos de fútbol», cita El País.

En 2017 el entonces presidente de Bolivia, Evo Morales, recordó el procedimiento al que fue sometido el militar retirado, señalando que “Terán pidió ayuda a médicos cubanos en Santa Cruz y fue operado de cataratas, gratis. El Che derrotó a sus asesinos para siempre», refiere la web Hoy Bolivia.com.

El militar boliviano señalado de ser responsable del asesinato del argentino Ernesto «Che» Guevara, falleció este jueves 10 de marzo a las 7:15 de la mañana, hora de Bolivia. Tenía 80 años de edad.

El asesinato de Ernesto «Che» Guevara se ejecutó el 9 de octubre de 1967 en La Higuera, en el suroeste de Bolivia. Según una publicación de la época de la revista París Match, Terán relató que luego de la captura del guerrillero recibió la orden de abrir fuego contra él.

«Ese fue el peor momento de mi vida. En ese momento vi al «Che» grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentía que se me echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. Pensé que con un movimiento rápido el «Che» podría quitarme el arma. «¡Póngase sereno –me dijo– y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!». Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé», relató, al medio francés, el militar retirado.

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