VEA / Ildegar Gil

El humorista venezolano, Perucho Conde (89), dejó de existir este sábado 4 de noviembre. Así lo confirmó, Fabricio Conde, hijo del artista. A través de su cuenta en la red digital X escribió: «Feliz viaje, viejito loco. Gracias por haber sido siempre el mejor papá que pudiste ser. Te amo. Luz y paz para tu alma».

Plataformas aseveran que estaba residenciado en el estado Aragua.

Pedro Alberto Martínez Conde, su nombre real, vivió la primera época de su vida en San Agustín del Norte, Caracas, reportan medios digitales. Como dato curioso, afirman algunas fuentes en Internet que su vida artística pública comenzó alrededor de los 30 años de edad.

Aunque fue un hombre de radio, es más recordado por su presencia en diversos espacios humorísticos de la televisión, como Radio Rochela, Cheverísimo, El programa sin nombre, y, entre otros, Chisparates.

En el año 2021, en respuesta a acusaciones de la ciudadana Grecia Rodríguez (hija del también actor Gustavo Rodríguez), declaró: «Niego en todas y cada una de sus partes el contenido de dicho testimonio y doy gracias a Dios por la tranquilidad mental y espiritual que me ha hecho saberme ajeno a dichos señalamientos».

La cotorra criolla, de su autoría y plena de crítica social y política, aún perdura en la memoria de incontables compatriotas, que a través de ellas lograron canalizar las dificultades económicas que padecían al inicio de la década de los años 80. La pieza es considerada la primera muestra del género Rap en Venezuela. A continuación, la letra de la pieza.

La cotorra criolla

Qué fú, qué fú
que yo no sea misiú

Me gusta la cotorra y aquí estoy pues
con mi cotorra criolla que no habla inglés
vivo en Caricuao y trabajo en El Marqués
llevo leña en esta vida al derecho y al revés
le debo al italiano, al portugués
al turco, al zapatero y a doña Inés
y en el apartamento de la UD3
me botan pa’la calle si no pago en este mes

Cómo la ves, cómo la ves!

Tengo que levantarme de madrugada
y meterme en esa cola requetecondenada
veo a toda la gente enfurruñada
con sueño todavía y mal desayunada
como mi jefe no come nada
si le llego tarde me descuenta una tajada
maldito viejo cara arrugada
con ojos de cangrejo y la panza hinchada

¡Y eso no es nada, y eso no es nada!

Los cuatro reales que uno se gana
me los pagan hoy y no llegan a mañana
me provoca tirarme por la ventana
cuando veo que todo sube como le da la gana
mi mujercita tanto que se afana
pa’ montar la olla o la palangana
saltando en los mercados igualito que una rana
buscando un kilo e’ carne
aunque sea de iguana

¡Te lo juro pana, te lo juro pana!

Dígame el precio que está el café
la leche, las caraotas y el papel tualé
tomate, papa y queso baratos se ven
solo en la cuñas de la TV
si son las frutas dígame Ud.
quedaron pa’ los ricos y familias de caché
esta gente que quiere yo no sé

Será que nos acostumbremos
por ahora a no comé

¡Sí como nié, si como nié!

Subieron las arepas
subieron los cigarros
subieron los pasajes
de autobuses y de carros
el cinturón
yo me lo amarro
y no he caído
porque me agarro
ya casi no me baño
porque el agua es puro barro
y subí de peso
con tanto sarro
no puedo ni afeitarme
no hay agua en el tarro
y el Inos no sabe
ni adónde queda el barrio

¡Pásame un jarro, pásame un jarro!

Aumentan los salarios pero sube la comía
subieron la tarifa en la barbería
y si la ropa mando pa’ la tintorería
me quedo sin almuerzo por lo menos siete días
tampoco pido nada en la pulpería
porque el muergano pulpero ya no me fía
no puedo con los precios de la zapatería
y las fulanas alpargatas son más caras todavía.

¡Qué agua tan fría, qué agua tan fría!

En cuanto a casa y a apartamentos
quisiera consolarme con uno de mis cuentos
pero, qué va, no puedo, mucho lo siento,
porque todos han subido hasta el firmamento,
lo mismo que comprado o arrendamiento
o lo que por ellos piden quita el aliento,
cuando hasta un rancho que se lo lleva el viento
cuesta un ojo de la cara más el diez por ciento,

¡Por el momento! ¡por el momento!

Si acaso me enfermo, destino fatal,
o la clínica me arruina o me mata el hospital,
cucharadas y pastillas cuestan tanto real que
hay más plata en la farmacia que en el banco nacional.
si por desgracia los doctores no pueden con mi mal
tengo que sacar más plata para el funeral,
porque la agencia más humilde, urna sin cristal,
por llevarme al cementerio me quita un dineral,
¡y me muero igual! ¡y me muero igual!

Cuanto cuesta un muchacho me han preguntado
de familia larga o planificado
pa’ tenerlo bien comido, vestido y educado
hay padres que hasta el alma la han empeñado
desde el primer tetero que el chiquito se ha tragado
hasta verlo salir de cualquier cosa graduado
son montones de billete que en eso se ha gastado
y el que no ha tenido plata pa’ burro se ha quedado

Chamo tarado, chamo tarado

A dónde llegará señor esta cuestión
que me atormenta sin exageración
yo le prendía una vela a San Espiridón
pero las velas han subido como un avión
yo quiero que se arregle mi mala situación
pero el que arregla esto creo que está de vacación
o se le está olvidando todo el montón
de castillos y promesas de antes de la votación

¡Qué vacilón, qué vacilón!

Ja ja ja… na tan seria!!!

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