¡Qué hazaña! Recorre a pie varios estados del país en honor al Libertador

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A sus 84 años de edad, el caminante atraviesa el denominado «Paso de los Andes» en tres meses y 20 días. Foto YM.

VEA / Yonaski Moreno

Con la bandera de Venezuela al hombro y su equipaje, cargado de energía, compromiso y mucha fe, Pablo de la Cruz Aldana recorre caminando el denominado Paso de Los Andes, así como la ruta de la Campaña Admirable, en tres (3) meses y 20 días para rendir honor al Libertador Simón Bolívar y llevar a jóvenes y adultos «el mensaje de amar y querer a nuestra patria».

Su travesía comienza en la «esquina caliente» de la Plaza Bolívar de Valencia, estado Carabobo, y culmina en la Plaza Bolívar de Caracas. En el interín pasa por Yaracuy, Lara, Portuguesa, Zulia, Mérida, Táchira, Trujillo, Barinas y Cojedes. El municipio colombiano de Cúcuta es otra de sus paradas.

«Siempre voy con esa fe inmensa, y la fe mueve montañas», aseguró el hombre cuya proeza lo ha dado a conocer como «El caminante». La travesía la inició hace ya 20 años, el 2 de abril de 2002 y solo se detuvo en 2020, debido a lo estricto de la cuarentena por el Covid-19. Todo comenzó con un libro que le regalaron –relató-, que habla sobre el Paso de Los Andes. «Yo me puse a estudiarlo muy bien y dije: ‘yo voy a hacer esta caminata en honor a nuestro Libertador’, y la empecé esa fecha, el 2 de abril de 2002».

Durante sus recorridos. Fotos Mercedes Ortuño

Añadió que, además, siempre va hasta Cúcuta, Colombia, «porque nuestro Libertador en su Campaña Admirable salió el 14 de mayo de 1813 a San José de Cúcuta para darnos la libertad a todos los venezolanos y las venezolanas».

El caminante hace su viaje a través de las montañas donde abundan caminos estrechos, pero henchido de orgullo «por hacerle honor al Genio de América». La primera vez que emprendió camino por el Paso de los Andes lo hizo acompañado por otras cinco (5) personas, de entre 17 y 29 años. Pablo, con 64 años, era el más longevo, y también el único que completó el trayecto.

Desde una casita en el campo

Antes de comenzar el recorrido, Pablo de la Cruz se prepara haciendo ejercicio en su hogar, en el municipio Bejuma, del estado Carabobo. Ahí también siembra junto con sus hijos, nietas y nietos. «Nosotros vivimos en el campo. Sembramos caraotas, yuca, lechosa, quinchoncho y ají dulce, que nosotros lo vendemos porque se da bien bueno».

Apoyo en cada esquina

El caminante señaló que recibe apoyo de las gobernaciones y alcaldías bolivarianas. «El apoyo que yo pido es sin fines de lucro. Yo no voy a que me den dinero, me conformo con que me den comida y me faciliten un lugar donde descansar, generalmente me mandan a los hoteles».

Los días más difíciles son los fines de semana, cuando las instituciones no abren sus puertas. Sin embargo, encuentra muestras de cariño y solidaridad en cada pueblo, donde las personas ya lo reconocen y nunca falta quien le diga «venga caminante, para que se coma algo». Inclusive hay familias que le abren las puertas de sus hogares y lo dejan pasar la noche.

Anhelo de ser Patrimonio Cultural

El caminante relató que algunas personas se acercaron a él con la finalidad de proponerle que se postulara al Récord Guinness, pero figurar en la lista de récords mundiales no se encuentra entre sus principales aspiraciones. Lo que sí sueña y anhela es ser reconocido como Patrimonio Cultural Viviente de la nación. «Eso siempre lo llevo en la mente», aseguró.

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