VEA / Carlos Batatin

De acuerdo con los más recientes reportes periodísticos en cuanto al incendio registrado al  oeste de Maui, en Hawái, se han confirmado al menos 96 fallecimientos, mientras que todavía se desconoce el número exacto de personas desparecidas.

Las cifras fueron actualizadas por el Departamento de Policía de Maui, mientras que otras autoridades aseguran  que resultaron afectadas 2 mil 700 estructuras, cuyo valor  sería superior a 5 mil 600 millones de dólares.

Al referirse al mencionado siniestro, el gobernador de Hawái, Josh Green, argumentó a través www. cnnespanol.cnn.com, que “este es el desastre natural más grande que jamás hayamos experimentado y será el que tomará una cantidad increíble de tiempo recuperarse”.

Detalla la citada página digital, que la  devastación ha sido impresionante tras la propagación de varios incendios simultáneos, que de forma sorpresiva se iniciaron el martes pasado, “saltando repentinamente sobre las casas y envolviéndolas, forzando escapes angustiosos y desplazando a miles de personas”.

Ese día se ordenó a los habitantes  de las zonas cercanas, a abandonar sus viviendas y varias horas después  los fuertes vientos reavivaron el fuego.  “Se enviaron avisos por mensajería telefónica y a través de las emisoras de radio y televisión, pero los servicios de móvil y el suministro eléctrico habían quedado cortados por las llamas, y muchas personas no llegaron a verlo, reseñó www. elpais.com.

El jefe de bomberos de Lahaina, Bradford Ventura, confirmó en sus declaraciones  que era prácticamente imposible enviar instrucciones de evacuación a tiempo. “Lo que hemos vivido ha sido un fuego que avanzó a tanta velocidad sobre el vecindario inicial, que sus residentes  tomaron la iniciativa de evacuar por sí mismos con muy poco aviso”. Acotó que  48 horas después del inicio de las llamas  la ciudad quedó reducida a cenizas.

En opinión de los expertos locales “la fuerte sequía que ha afectado a las islas en los últimos meses, así como los fuertes vientos procedentes del huracán Dora, han provocado que las llamas se extendieran a una velocidad mucho mayor dificultando además las labores de extinción”.

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