Su compromiso y honestidad viven por encima de la tragedia: Joven ingeniero tapiado fue ejemplo en su trabajo y comunidad

VEA / Carlos Batatin

Uno de sus mayores sueños fue convertirse en profesor titular en  la Universidad  Central de Venezuela. Allí obtuvo su título de ingeniero civil y, en representación de los estudiantes, le correspondió pronunciar  el discurso en el acto de graduación llevado a cabo en el Aula Magna.

Su nombre: José Fernando Ortiz Sáenz, joven talentoso de 24 años de edad, nacido en uno de los sectores más populares al oeste de Caracas. Muy querido y apreciado por todos aquellas personas que tuvieron la oportunidad de conocerlo, porque permanentemente mostraba su mejor sonrisa y nunca se negó a ofrecer su ayuda a quien la solicitara. Penosas circunstancias de trabajo lo alejaron del mundo terrenal el 27 de junio, hace un mes. Junto a él, falleció Reinaldo Sucre. Otros dos (2) trabajadores fueron rescatados con signos vitales. Los cuatro (4) prestaban servicios profesionales a la gobernación del estado Miranda.

Su tía madrina, María Mollaja, relata que era hijo único de la señora Migdalia, y que había perdido a su padre hace unos siete (7) años. «Desde muy pequeño le gustó estudiar mucho. Su mundo era aprender y leer libros. Era un estudiante ejemplar y sus calificaciones siempre fueron sobresalientes”.

«Él era humilde y la sencillez la mostraba a flor de piel. Vivía en el bloque 1, piso 7, cerquita del sector La Silsa, entre las parroquias Sucre y 23 de Enero. Buen Estudiante y compañero. Con mucha frecuencia iba a Boleíta a visitarme, lleno de cariño y alegría», narró la acongojada mujer.

Diario VEA asistió a los servicios funerarios y conoció a través de uno de sus compañeros de estudio, que obtuvo mención honorífica Summa Cum Laude, distinción que la Universidad Central de Venezuela otorga a los graduandos que hayan obtenido un promedio ponderado de 19 puntos durante la carrera.

«En las aulas de clases se mantenía alegre y transmitía su buen humor. Fue un estudiante con muchas ganas de vivir, aprender y enseñar. Extraordinariamente muy solidario y compartía sus conocimientos a quien los requería”, relató uno de los asistentes.

Uno de sus compañeros de trabajo agrega que en su cargo de ingeniero en la Corporación de Servicios del estado Miranda, siempre estuvo al lado del trabajador o del obrero. “Él, a la hora de realizar cualquier obra, daba el ejemplo y lo asumía como una responsabilidad personal”.

Para conocer más detalles sobre la vida del joven ingeniero, un equipo reporteril de Diario VEA se trasladó a La Silsa. Allí conversamos con Cheo, quien comentó que «era un chamo serio, estudioso y respetuoso. Su ausencia física nos ha dolido bastante».

Casualmente argumentó que su suegra vive justamente al frente del apartamento de la señora Migdalia, y agregó que conocía a José. «Siempre estaba alegre y transmitía su alegría a todo aquel que saludaba. Él era amigo de los amigos y a los que no conocía también los trataba igual».

En cuanto al día de su fallecimiento, afirmó Cheo, «llegaron dos (2) de sus compañeros de trabajo a darle la mala noticia a su mamá. Trataron de calmarla».

Para entrar al bloque 1, gentilmente nos abrió la reja una dama de unos 35 años de edad. Conversamos con ella y le preguntamos que si conocía a José Ortiz. Respondió: ¡Claro que lo conozco!, todos aquí lamentamos su muerte!

«Él era una persona muy educada. Centrado en sus estudios y trabajo. Ojalá otros jóvenes tomaran su ejemplo», afirmó.

José Fernando Ortiz Sáenz perdió la vida al momento de realizar una inspección de vialidad en la carretera vieja Charallave-Caracas, Km 28, Cortada de Maturín.

De acuerdo con las declaraciones del viceministro para la Gestión de Riesgos y Protección Civil, M/J Carlos Pérez Ampueda, a través de su red social en Twitter @cperezampueda, en el lugar se rescataron a cuatro (4) personas: «Dos con signos vitales, Rafael Torres Bernabé y Argenis Pérez Reina, ambos referidos a un centro asistencial, y el ingeniero José Ortiz y Reinaldo José Sucre, quienes fallecieron en el lugar».

Durante el funeral relató uno de los presentes, que «a él, como ingeniero, no le correspondía estar metido dentro de la zanja donde ocurrió la tragedia».