Néstor Rivero Pérez

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El 28 de noviembre de 1911, el general Emiliano Zapata, quien el año anterior se había adherido al programa constitucionalista de Francisco Madero en contra del dictador Porfirio Díaz, proclamó el “Plan de Ayala”, mediante el cual se exigía la restitución de la propiedad de la tierra a sus originarios propietarios, los campesinos, sector social en su mayoría integrante de las etnias indígenas y cuya titularidad les había sido arrebatada por terratenientes y “caciques” regionales. El plan constituía una ruptura con el constitucionalismo formal del nuevo presidente Francisco Madero, a quien Zapata y sus seguidores señalaban haber traicionado la causa de los despojados de la tierra.

Hecho tras hecho

Los acontecimientos se sucedían con una precipitación propia de tiempos revolucionarios. A poco más de un año del Plan de Ayala, Madero, un civilista que en 1913 fue depuesto y apresado como resultado de sus propias debilidades políticas, terminó asesinado por sicarios que respondían a Victoriano Huerta, quien asume el gobierno. Zapata declaró la guerra a Huerta por considerar que su política era contraria al campesinado.

Zapata

Habiéndose incorporado a la Revolución Mexicana en sus primeros tiempos bajo la inspiración del mismo Madero, muy pronto Zapata adquirió notoriedad por las movilizaciones y conducción de fuerzas que pedían reformas sociales y políticas en México, formando una sólida base de operaciones en el sur de aquella nación. La decisión de Zapata -inicialmente repeliendo el perjurio de Madero respecto al Plan de San Luis de Potosí, acordado en 1910 como programa de lucha contra el porfiriato-, bien pronto se tiñó con el color del pueblo jornalero, que constituía una gruesa masa de la población azteca, cuyos anhelos respecto a la tierra se habían visto burlados con las Leyes de la Reforma del tiempo de Benito Juárez, y cuyas condiciones de aplicación en este punto fueron redactadas por el ministro Sebastián Lerdo de Tejada.

Plan de Ayala

Tres ingredientes sustantivos dan su carácter agrarista al Plan de Ayala, el primero contenido en el artículo 6, la constancia de que los pueblos o ciudadanos -refiriéndose al peonaje rural- que tengan sus títulos, entrarán en posesión de “los terrenos, montes y aguas que hayan usurpado los hacendados, científicos o caciques, a la sombra de la tiranía y de la justicia venal”. Igualmente el artículo 7, donde se indica que visto que la mayoría de los mexicanos “no son dueños más que del terreno que pisan”, se procede en consecuencia a establecer la figura “a fin de que los pueblos y ciudadanos de México obtengan ejidos, colonias, fundos legales para pueblos, o campos de sembradura o de labor, y se mejore en todo y para todo la falta de prosperidad y bienestar de los mexicanos”. El artículo 8 dispone la nacionalización de los bienes de quienes se opongan al plan. Como se sabe, Zapata luchó al frente de su ejército agrario hasta 1919 y alcanzó al lado del Centauro del Norte, Pancho Villa, el momento de mayor espectacularidad revolucionaria en 1914, con el arribo de ambos al Palacio Presidencial de Ciudad de México. Sin embargo, carentes de un plan estratégico, cada uno retornó a su región, Villa en el Norte y Zapata hacia el sur, viendo cada uno cómo pocos años después sus fuerzas perdían el ímpetu inicial. Zapata caerá en una emboscada en 1919 y Villa terminó asesinado en 1923, sin que ver la concreción de las reivindicaciones de Ayala.

Sinóptico

1820

Nació Federico Engels

Este revolucionario y escritor alemán vino al mundo en Barmen (Alemania). En 1884 empieza a trabajar junto a Karl Marx, con quien desarrollará las bases del pensamiento comunista (Manifiesto Comunista). Tras el fallecimiento de Marx en 1884, editó los volúmenes 2 y 3 de El Capital, prosiguiendo la obra de aquél respecto a la organización de la Primera Internacional. En 1848 participó (Engels) en la revolución alemana de ese año, que le llevó al exilio en Manchester (Inglaterra), donde pasó a gestionar una fábrica textil de su familia, actividad y recursos derivados que servirían para el sustento de la difícil y arriesgada biografía política y editorial junto a Marx. Sus estudios de Economía Política le llevaron a la convicción materialista sobre la construcción de la historia, así como la determinante influencia de la cuestión económica y el control del poder en un escenario definido por la lucha de clases. Engels recogía aquí su experiencia y observaciones sobre el paisaje industrial inglés (La situación de la clase obrera en Inglaterra, 1844). Sin embargo, a partir de su encuentro con Marx y de la ya continuada colaboración durante el resto de su vida, su contribución tuvo un carácter muchas veces complementario en aspectos en los que Engels mostraba mayor interés, como la Matemática y la Física, la Antropología y la Lingüística, etc. Falleció once años después que Marx, en 1895” [https://www.infoamerica.org].

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