Néstor Rivero Pérez

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El 4 de septiembre de 1854 falleció en La Victoria (Aragua) el general Santiago Mariño, figura estelar de la Guerra de Independencia de Venezuela y protagonista principal de la liberación del oriente del país en 1813.

 

¿Un “Anti-Bolívar”?

El historiador Caracciolo Parra-Pérez, perfiló en varios libros la actuación del brioso y noble prócer margariteño. A Mariño se le ha tenido como la contrafigura del Libertador Simón Bolívar entre 1813 y 1819. Con mayor propiedad el insigne académico le asigna como contraparte al Centauro: “Solo los servicios de José Antonio Páez pueden equipararse a los de Mariño” (Mariño y la Independencia de Venezuela, ANH, Cs, 2014, pág 125).

Guarida de paladines”

La original metáfora, con autoría del Dr. Parra Pérez, sirve para delimitar el significado del islote de Chacachacare en la historia de Venezuela. En efecto, tras  caer la I República en julio de 1812, un importante grupo de patriotas hicieron maletas rumbo a Trinidad, tomando como centro de conspiración la hacienda “Saba”, de doña Concepción Mariño. Con la jefatura de su hermano Santiago, es organizada la célebre Expedición Libertadora de Chacachacare, cuyos 45 integrantes serían catalogados luego -por las autoridades españolas de Tierra Firme y las inglesas de Trinidad–, como “forajidos”.

 

Con Bolívar

En varias oportunidades Santiago Mariño socorrió y salvó al Libertador. Una fue en 1814 cuando Bolívar, con varios centenares de soldados, se vio cercado en San Mateo por más de 4 mil hombres al mando de José Tomás Boves. Mariño desde Cumaná se dirigió al Centro, haciendo que Boves levantara el sitio, midiéndose ambos en Bocachica, con triunfo republicano. Otra sucedió en 1817, cuando cercado el Libertador en la Casa Fuerte de Barcelona, pidió ayuda a Mariño, quien envió a J. F. Bermúdez. El Padre de la Patria tituló a Bermúdez “El Libertador del Libertador”.

Rivalidades
Sin embargo, en oportunidades Mariño, convencido federalista, se separó de Bolívar, centralista; siendo difícil para el oriental admitir la suprema jefatura del Libertador. Así entre 1813 y 1814, ambos acuerdan mantener el “Estado de Venezuela” y el “Estado de Oriente”. Ello incidió en las trágicas derrotas de Aragua de Barcelona y de Urica, que dieron al traste con la II República.

 

Amante de la gloria

Mariño acompañó a Bolívar en sus exilios de 1814 a Cartagena y de 1816 a Haití. En una oportunidad el Libertador le escribió: “Tenga Ud presente a la posteridad, que debe juzgarnos sin cábala (…) Ud tiene la pasión por la gloria, procure Ud conservarla como la ha adquirido… y el mayor esplendor de este adorno le viene más de la moderación que del poder”. Ciertamente la gloria era un rasgo distintivo de Mariño, incapaz de tramar felonías. Consciente del juicio de la posteridad, el héroe se excusa ante partidarios de Cariaco, de apartarse de su puesto de combate, sosteniendo: “El enemigo puede atacar y un instante de ausencia mía bastaría para perderlo todo. Entonces sí me expondría a ser visto por la posteridad con execración”.

 

¿Ir a Cuba?

Tras la Batalla de Carabobo de 1821, Mariño quien nunca perdió su ánimo de militar pidió dirigir la expedición de que por entonces se hablaba, de independizar Cuba. La empresa acariciada por el Libertador entre 1823 y 1827, jamás pudo concretarse ante las crecientes dificultades internas de la Gran Colombia y hostilidad de EE. UU. En mayo de 1830 Mariño impedirá al Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, su ingreso a Venezuela. En 1846 quiso mediar entre liberales y conservadores para evitar la guerra civil.

 

Hacendado innovador

En otra de sus obras, Mariño y las Guerras Civiles, Parra-Pérez cuenta que luego de 1821 y como resultado de la Ley de Haberes Militares y Negociaciones de Bienes Propios, el prócer oriental adquirió inmuebles en Caracas, La Guaira y Aragua, obteniendo la hacienda Tapatapa, de Maracay. Allí ensayó, en 1831, con maquinaria para la molienda de caña de azúcar, que por primera vez en Venezuela era movida con la fuerza del vapor.

Sinópticos

Día del Servidor Público Venezolano

El funcionario público sirve a la patria, requerido de permanente asistencia ética, técnica y humana, en el marco de la Constitución.

1824
Apotegma de Bolívar

El Libertador escribe su apotegma La gloria está en ser grande y ser útil. A propósito de reparos que su excepcional lugarteniente, general Antonio José de Sucre, le formulase días antes respecto a que se le había enviado como jefe de retaguardia al tiempo en que deseaba estar en las primeras líneas cuando llegase el combate; el Padre de la Patria le contesta con dicho inmortal pensamiento. A finales del mes, Sucre quedará al frente del Ejército Unido para dar la Batalla de Ayacucho, en la sierra peruana, mientras Bolívar se va a la retaguardia, en la costa, para organizar el acopio de recursos y reforzar tropas.

2008
Reformado el COPP

Esta reforma del COPP reorganizó procedimientos y funciones del régimen penal venezolano.

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