Néstor Rivero Pérez

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El 21 de agosto de 1861 nació en Verona (Italia) Emilio Salgari, cuyos libros y personajes de aventura han recreado y echado a volar la imaginación infantil y juvenil, generación tras generación, a la vez que recogían la lucha de pueblos que como los malayos, enfrentaron con las armas la expoliación de compañías inglesas, en el tiempo de la expansión imperial británica a lo largo del continente asiático.


Mapas y espadachines

Salgari se inició publicando semanalmente en la prensa textos de aventura. La primera serie se hizo muy popular, Los tigres de Mompracen. A diferencia de Julio Verne, quien cultiva la imaginación, empero en un horizonte direccionado a lo científico y geográfico -como se observa con Miguel Strogoff, o en Veinte mil leguas de viaje submarino-, la literatura de Salgari, apuntalada en los mapas y
conversaciones con viajeros de distintas rutas del mundo, penetra por su sencillez y la intensidad de las escenas de combate, en el corazón de los lectores. El grueso de su público, aprende a leer emocionalmente en árabe con La hija de El León de Damasco, o se traslada a la playa del guayuco donde La Reina de los Caribes trama justo desquite.

 

Piratas caballerescos

Los héroes Salgari carecen del dramatismo oscuro con que Alejandro Dumas tiñe las páginas del Conde de Montecristo -en las cuales Edmond Dantés, prisionero, se traza el cobro del terrible agravio-, o los párrafos de La reina Margarita, en que Mole expira con trágico silencio, para ocultar su nocturno romance. El dramatismo que Salgari pone en los ojos de sus héroes, sin perder tonos oscuros se
confronta con el silbido de un cañón, o el cruce de sables y alfanjes, en medio del mar o la selva virgen. Los bandidos de Salgari son piratas caballerescos, que liquidan al enemigo con elegancia justiciera; sus libros prosiguen editándose especialmente para lectores juveniles.

Sandokan
El cine y la televisión han llevado a sus pantallas diversos personajes de Salgari. Quizá el más conocido sea Sandokan, “Príncipe de la Malasia”, y quien representa al jefe aborigen en rebelión contra los intereses de la compañía de las Indias orientales que somete a su patria, cayendo mortalmente herido en un combate, y quien en el curso de su recuperación conoce a Mariana, hija de un alto funcionario de la metrópoli imperial. Otro carismático personaje del clásico de acción
es el lusitano “Yánes”, quien juega sus días al azar de la ironía, quien sabe proteger al héroe, con sutileza y apariencia displicente.

El Corsario Negro

El Corsario Negro, que en realidad es Emilio de Rocabruna, señor de Valpenta y Ventimiglia, no es un simple bucanero. Viste de seda negra, con desusada elegancia; sus armas y la pluma que orla su sombrero son también del color de la noche (…) Posee en Italia tierras y castillos, por eso nada toma de los botines que se obtienen después de los saqueos. Vino… en busca del duque Van Guld, asesino de sus hermanos (los Corsarios Rojo y Verde), quien llegaría a ser gobernador de Maracaibo, Venezuela” [http://revistacritica.com].

Obra
El escritor veronés publicó 84 novelas, más un número aún no cuantificado de relatos cortos. Entre los libros que de tiempo en tiempo se reeditan con mayor éxito del narrador de Verona, destacan, además de los anteriormente nombrados, La hija del Madhi, La capitana del Yucatán, La hija del corsario negro y Un drama en el Pacífico. Aquejado por deudas y la demencia de su esposa Ida, a quien adoraba, el escritor se suicidó en 1911.

Sinóptico

1919
Salom Mesa

Este día nació en Guarebe (Estado Miranda) Salom Mesa Espinoza, dirigente político de la Venezuela del siglo XX, quien tras una evolución de la socialdemocracia tradicionalista a posturas de izquierda, asumió en su madurez las tesis del socialismo libertario; ello, en las tribunas de la controversia criolla, constituía una irreverente novedad.

Salom tuvo destacada participación en capítulos significativos de la Venezuela del siglo XX. En 1952 Salom lideró el rescate en el Puesto de Salas, del dirigente Alberto Carnevalli. Capturado por la Seguridad Nacional, Salom sería víctima de un trato extremadamente cruel, siendo considerado por sus contemporáneos como el detenido que sobrevivió a las más atroces torturas aplicadas por dicho cuerpo. Según lo recuerda en Por un caballo y una mujer, fue llamado a la oficina de Pedro Estrada, jefe de la SN, quien le expresó admiración por su entereza. Siendo diputado en 1965, Mesa recibe informaciones confidenciales sobre una dependencia clandestina de la extinta Digepol, descubriendo que un grupo jefaturado de forma irregular por un comisario del cuerpo, torturó a Lovera hasta la muerte, para hacerle confesar dónde tenía el dinero que supuestamente administraba como “tesorero de las FALN”. Aldemaro Barrios, activista de DD. HH., expresa que “Salom era partidario de las ideas nacionalistas y patriotas, de la lucha por la soberanía nacional”.

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