Néstor Rivero Pérez

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El 8 de diciembre de 1887 nació en Guatire (Miranda) Vicente Emilio Sojo, impulsor del primer gran semillero de las artes auditivas del país, con su continuidad y proyección hasta el presente, y que a través de sus discípulos y continuadores, ha colocado el nombre de Venezuela como potencia universal de la música.

Nietos musicales

Así, mucho debe la actividad musical de la Venezuela de hoy, al rigor y sabio estímulo aplicado por el maestro Sojo, respecto al talento de sus estudiantes, así como a su estrategia de enseñanza individualizada. Gracias a su excepcional capacidad docente y organizadora -expresada en la revitalización del primer gran centro de enseñanza musical de la Venezuela del siglo XX, la escuela José Ángel Lamas, de Santa Capilla, Caracas- y, aunado ello al hecho de que en las aulas que regentó durante décadas, pasaron estudiantes de primera línea, como José Antonio Abreu, artífice del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles, y Antonio Estévez, fundador del Orfeón Universitario de la UCV, e igualmente muchos de quienes dieron lustre al gentilicio venezolano, que se constituyeron cohortes de egresados que descollaron en composición, ejecución, dirección de orquestas, o como intérpretes, tanto en la denominada música clásica como la popular, asigna a Vicente Emilio Sojo un status cimero en el desarrollo musical del país.

 

Simón Díaz

En distintas ocasiones el autor de Caballo Viejo y Sabana, dejó constancia de que sus estudios formales en el área de la música los inició en Caracas de la mano de Sojo, quien acostumbraba a dedicar extensos lapsos de su gestión al frente del plantel, en la conducción personalizada del aprendizaje de aquellos que mostraban especiales dotes para la composición o en el manejo de un instrumento o la vocalización.

Un coloso

De entre los centenares de imberbes y jóvenes que en el curso de más de cuatro décadas asitieron a las cátedras de Vicente Emilio Sojo, quizás el de mayor proyección internacional ha sido José Antonio Abreu, creador del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles. Dígase, en todo caso, que el listado de quienes se formaron en la institución que durante décadas dirigió  Vicente Emilio Sojo, y a quienes directamente Sojo impartió sus clases sorprende, más que por la extensión de la fila alfabética, por el brillo que dicha nómima de futuros creadores habría de alcanzar por el mérito propio desplegado tras culminar sus años de escolaridad musical entre los egresados de la institución y cátedras regentadas por el maestro Sojo, destacan Inocente Carreño, Antonio Estévez, Pedro Antonio Ríos Reyna, Antonio Lauro, Evencio Castellanos, Angel Sauce, Antonio José Ramos, Gonzalo Castellanos, Carlos Figueredo, Blanca Estrella de Méscoli, José Clemente Laya, Manuel Ramos, Andrés Sandoval, José Luis Muñoz, Leopoldo Billings, Modesta Bor, Raymundo Pereira, Rogelio Pereira y Víctor Guillermo Ramos [https://haimaneltroudi.com].

Corales y aguinaldos

En 1929 se representó en el Teatro Municipal de Caracas, una parodia del Coro de Cosacos del Don, agrupación de nacionalidad rusa que había estado en el país el año anterior. Y entre quienes intervinieron en la obra se encontraba Vicente Emilio Sojo, además de “Juan Bautista Plaza, Eduardo Calcaño, José Antonio Calcaño y William Werner, vestidos como ucranianos, usando máscaras y barbas postizas, interpretando canciones compuestas por ellos, marcó el inicio de lo que sería la primera agrupación de canto polifónico del país, el Orfeón Lamas” [Ibídem]. He allí el origen del movimiento coral venezolano, también de la mano de Sojo, de quien podrá decirse que uno solo de sus méritos, la investigación y rescate del aguinaldo típico venezolano, ha asegurado su perpetuación y disfrute para las nuevas generaciones, concediéndole un pedestal en la memoria nacional. Aguinaldos como Niño Lindo, Cantemos o Adorar al Niño, recuerdan cada año la labor invaluable de Vicente Emilio Sojo.

 

Sinóptico

1780

Jean Baptiste Bideau

Este día nació en la isla caribeña de Santa Lucía, Jean Baptiste Bideau, marino y prócer notable de la Guerra, hasta que muere en 1817, en la defensa de la Casa Fuerte de Barcelona.

Su acto más recordado lo constituye su rescate en bote del Libertador el 16 de julio de 1816, cuando este fue abandonado en Ocumare de la Costa por los suyos y estuvo a punto de caer en manos realistas.

El propio Libertador, recordando en 1828 el desastroso desembarco de Ocumare, dirá de Bideau: “Iba a darme un pistoletazo cuando… Mr Bideau volvió del mar en un bote y me tomó para salvarme”.

Hecho significativo para la historia social suramericana, fue el decreto de Bideau del 16 de febrero de 1815, de “liberación de los esclavos, exhortándoles a retirarse a las montañas para resistir”, según registra Paul Verna).

Bideau ofrendó su vida el 17 de abril de 1817, defendiendo la Casa Fuerte de Barcelona.

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