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Néstor Rivero Pérez

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El autor es historiador, docente y abogado.

El 13 de agosto de 1521, hace 504 años, el español Hernán Cortés, contando con el apoyo de distintas tribus asentadas entre Veracruz y el centro de México, entró a sangre y fuego en la ciudad de Tenochtitlán, capital del imperio azteca y edificada en el lugar donde hoy se encuentra el centro histórico de Ciudad de México.

El águila y la serpiente

En el lago de Texcoco, según el mito azteca, los recién llegados observaban cómo sobre un nopal, el dios Huitzilopochtli con figura de águila “devoraba a una serpiente”. [https://mxcity.mx/2015/09]. Este tipo de tradiciones contribuyó a dotar a los mexicas de una fuerza de ánimo suficiente para empujarles a ejercer su poderío sobre las tribus vecinas en el campo tributario, militar y religioso, afirmando como centro a Tenochtitlán: he allí el origen del imperio azteca, que se mantuvo incólume hasta la llegada de los españoles en 1519.

Tunas – espada y pólvora

Lo que tuvo su inicio en este último año con las embajadas y emisarios que se intercambiaron Hernán Cortés y Moctezuma habría de tornarse entre 1520 y 1521 “en una serie de enfrentamientos entre el pueblo mexica y soldados españoles, los cuales culminaron con la caída del imperio azteca” [http://www.mexica.net].

Los aztecas, al igual que el resto de las tribus que ocupaban el territorio desde las costas de Veracruz hasta las mesetas centrales del actual México, recibieron a los primeros españoles…como seres enviados por los dioses. Al punto que el propio Tlatoani Moctezuma, viere en Cortés a Quetzalcóatl, dios que según vieja leyenda debía venir algún día por el oriente, ofreciéndole “las mejores atenciones, oro y tributos, a pesar de la desaprobación del pueblo mexica” [https://www.admagazine.com].

Con astucia y aprovechándose del desconocimiento aborigen sobre la civilización europea las imponencias de sus carabelas respecto a la canoa indígena, e igualmente el impacto del caballo, la espada y el cañón, Cortés y su pequeña tropa de 80 hombres, someterían a Tenochtitlán, siempre con el apoyo de varias decenas de miles de soldados indígenas, provistos por tribus vecinas opuestas a la dominación azteca.

Caída de la ciudad

Cortés -quien en 1519 se había declarado en desobediencia frente a su superior el gobernador de Cuba- comprendía que de regresar con las manos vacías se vería condenado a la horca por deponer a Pánfilo Narváez en el mando de los refuerzos enviados desde La Habana para conquistar México.

Así, acicateado por su codicia movió todas sus piezas, ahorcando a los díscolos que impugnaban su liderazgo en tierra azteca y deseaban tornar a Cuba, a la vez que estrechaba mediante ofertas de reconocerles como jefes, a los caciques tribales enemistados con Tenochtitlán.

De este modo preparó una ofensiva mediante la cual sus ochenta soldados iniciales, más el refuerzo que trajo Narváez de La Habana. También cuenta entre las causas de la caída de Tenochtitlán, la epidemia de viruela que asoló la ciudad, originada según algunas versiones, en el contagio provocado por un esclavo que vino con los españoles desde La Habana, así como la contaminación del acueducto construido por los aztecas y que proveía de agua a la ciudad, a lo cual se aunaba la superioridad técnica de los españoles en la fabricación de canoas y el poder que les daban sus arcabuces y cañones.

La violencia del cambio

“Cortés fue el gran articulador de una alianza que los indígenas en ese momento…entendieron de otra manera. Entonces desconocían -en- qué desembocaría en el poder hispano en América. «(…) los indígenas (…) No concibieron la magnitud del cambio que se avecinaba. No son del todo conscientes de las implicaciones de la presencia española»” https://www.bbc.com].

Sinóptico

1929

Pedro Elías Aristiguieta tomó Cumaná

Emparentado en sus ancestros con el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre, Pero Elías Artistiguieta mostró desde muy joven su vocación patriótica e inclinaciones literarias. “No sabía manejar un fusil” dice de él Emilio Arévalo Cedeño. Sin embargo, hombre de honor e imbuido de ideal democrático se comprometió en París con la audaz expedición del FALKE, para deponer por las armas al Benemérito Juan Vicente Gómez. Fallas en los cálculos -por desconocimiento de las rutas montañosas- para llegar a las 5:00 am del 11 de agosto a Cumaná, por el este y acometer ataque simultáneo, impidieron el éxito táctico de la operación. Y no obstante, el 13, con 200 hombres, Pedro Elías toma Cumaná; empero la falta de apoyo externo le obliga a retirarse hacia Santa Ana del Pilar, recibiendo impacto de bala.

Es atendido en Carúpano. Sin embargo, Pedro Elías Aristiguieta fallecerá el día 27 debido a la gravedad de su herida. A su sepelio acudió el grueso de la población de Carúpano, niños, mujeres, adultos y ancianos, exponiéndose a las represalias de las autoridades gomecistas contra las cuales había insurgido Pedro Elías.

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