Néstor Rivero Pérez

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El 3 de enero de 1958 el general Marcos Pérez Jiménez desde el Palacio de Miraflores anunció al país el sofocamiento de la acción militar iniciada el 1ro de enero y cuyo finiquito se dio el día 2. Sin embargo, la derrota de unidades motoblindadas insurrectas de la Guarnición de Caracas al mando del Cnel Hugo Trejo, y aeronaves de las Fuerza Aérea que se elevaron desde la base de Boca de Río (Aragua) se constituyó en detonante de un intenso ciclo de movilizaciones y pronunciamientos que derivó en el derrocamiento definitivo de Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958.

Preparativos

En su libro La revolución no ha terminado, publicado años después de los sucesos de 1958, el coronel Hugo Trejo confiesa que al regresar de España en 1956, adonde le había enviado por el Ministerio de la Defensa para cursar sus estudios de Estado Mayor comenzó a inquietarse, al escuchar al general Marcos Pérez Jiménez en actos castrenses dirigirse a la oficialidad en términos de una supremacía inaceptable, al ofrecerse como “el único” con capacidad para gobernar el país y colocando en minusvalía intelectual al resto de los militares, e igualmente las arbitrariedades que observaba, le movieron a emprender la conspiración. De este modo Trejo comienza un lento trabajo de captación y enrolamiento de oficiales con el designio de provocar un levantamiento que estableciese un orden democrático en el país.

Enlace con otras armas

Y consciente de que su persona concitaba liderazgo entre sus compañeros, por haber egresado como primero en la promoción de 1943, formada por 23 nuevos oficiales, Trejo conversaba con otros hombres de uniforme sobre el cuadro nacional, constatando inconformidad en muchos de ellos. Y en un ambiente de sospechas y vigilancia cualquier motivo como la celebración de un cumpleaños, o invitaciones a jugar “una partida de dominó”, eran oportunidad para el tejido conspirativo.

Así, a mediados de 1957 hace contacto con el Mayor Martín Parada, recientemente designado comandante del arma aérea y piloto de “La Vaca Sagrada”, el avión presidencial y quien por su parte también complotaba contra Pérez Jiménez.

El levantamiento

La insurgencia contra el régimen dictatorial de Marcos Pérez Jiménez estaba prevista para el Día de Reyes de aquel año, empero la detención de varios oficiales y el inicio de persecuciones contra otros, movió a los complotados a adelantar las acciones para el 1ro. De acuerdo a las conversaciones entre los complotados de Caracas liderados por Hugo Trejo, y los aviadores jefaturados por Martín Parada, el motoblindados debía tomar el Palacio de Miraflores y el Palacio Blanco instalaciones decisivas de la capital, mientras la aviación habría de apoyar con bombardeo aéreo. Respecto al solitario inicio de sus operaciones en el Cuartel Urdaneta de Caracas, el propio Trejo dice «…estudié una y otra vez el plan a seguir; el problema era serio, solo un Cuartel contra el resto de las Unidades de las Guarniciones de Caracas y el litoral» [https://www.aporrea.org].

Fracaso táctico

Sin embargo, la habilidad de Pérez Jiménez respecto a disminuir los riesgos de acciones insurgentes le indujeron de tiempo atrás a colocar las municiones de las respectivas armas en depósitos y cuarteles separados. Así, los tanques que salieron del Cuartel Urdaneta esa madrugada del 1ro de enero carecían de municiones, y solo servirían para acciones de ametrallamiento sobre el Palacio. No obstante, el dictador y sus allegados temieron la llegada de los tanques al desconocer su verdadero poder de fuego.

Triunfo estratégico

Hugo Trejo se repliega vía Los Teques y enrumba hacia Maracay donde le capturan. Ante el fracaso, el grupo aéreo con Martín Parada al frente viaja a Colombia donde recibirán asilo político. Sin embargo, el levantamiento del Motoblindado y los aviones jefaturados desde Maracay por Martín Parada mostraron las hondas divergencias dentro de la oficialidad venezolana que se hizo victoria con el derrocamiento de la dictadura el 23 de enero de 1958.

Sinóptico

2020

Qasem Soleimani, artífice de la lucha antiterrorista en Medio Oriente

Este día fue asesinado en el aeropuerto de Bagdad (Iraq), adonde acababa de llegar, el general iraní Qasem Soleimani, quien ejercía el mando supremo de la Fuerza Quds -cuerpo élite de las Fuerzas Armadas de la nación farsi- y artífice en el enfrentamiento a grupos terroristas y fundamentalistas como Daesh (Estado Islámico) y Al Qaida. Soleinami perdió la vida durante un bombardeo con drones organizado por agencias de Inteligencia al aeropuerto de Bagdad, autorizado, según propia confesión, por el entonces presidente de EEUU, Donald Trump. Soleimani se destacó por sus dotes de estratega“(…) obtuvo notoriedad en la lucha contra el tráfico de drogas de la vecina Afganistán” (Wikipedia).

Desempeñó notorio rol en el apoyo que Irán brindaría al gobierno constitucional de Bashar Al Asad en Siria.

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