Néstor Rivero Pérez
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El 5 de octubre de cada año, la Unesco celebra el Día Mundial del Docente, efeméride mediante la cual se aspira reivindicar “el papel fundamental que desempeñan los docentes en el logro de una educación inclusiva y de calidad para todos” [https://www.iesalc.unesco.org].

En el origen
Conscientes de la alta responsabilidad de este sector profesional cuya impronta en la sociedad y sus cambios se da de modo silente, así como acerca de las garantías que el Estado y la sociedad están llamados a tributar a tan abnegado sector profesional, se escogió esta fecha atendiendo al hecho de que en 1966, un día como hoy, 5 de octubre, se congregó en París (Francia) la “Conferencia Intergubernamental Especial sobre el estado de los docentes, para discutir los deberes, pero sobre todo los derechos del gremio docente a nivel mundial”. [https://www.diainternacionalde.com] .

Educación y socialización
En el aula y durante un lapso diario que oscila según los sistemas escolares entre cinco y ocho horas diarias, el niño, adolescente y joven, incorpora dentro de su personalidad el conjunto de percepciones, códigos de convivencia y desenvolvimiento, creencias, mitos y convicciones al que usualmente se caracteriza como “valores”. Ello de una parte, indistintamente del efecto o impacto que en la calle y hogar tengan los medios de comunicación, redes y grupo familiar, en la formación extracurricular del aprendiente. A este proceso que se tipifica como “socialización”, se suma el cultivo de destrezas y exploración de las tendencias prevocacionales e inclinaciones del estudiante hacia una u otra de las áreas de conocimiento y las artes y oficios.

Docente, la llave del cerrojo
Y en ambos procesos, el de formar valores morales y sociales en el cursante, así como promover el desarrollo de sus destrezas manuales e intelectuales, con miras a su perfilamiento como futuro ciudadano con aptitud para involucrarse en la dinámica productiva de su entorno, requieren de una mano guiadora, la del profesional de aula, a quien se le da el título de profesor, docente, facilitador, maestro, mediador o docente. Y de la calidad en la formación que este profesional logre transferir a sus pupilos, así como de los beneficios que reciba en el curso de su desempeño laboral y postlaboral, dependerá en mucho el resultado de su gestión formativa, respecto a los veinte, treinta o cuarenta estudiantes que a lo largo del año lectivo fueron colocados bajo su tutoría de aula.

Educación y pandemia
De otra parte, debe indicarse que la expansión desde finales de 2019 del Sars-COV2, a lo largo y ancho del planeta hasta hoy, trajo como consecuencia, de acuerdo a Unesco, que “casi 1.600 millones de alumnos, esto es, más del 90 % de la población escolar matriculada en el mundo, se ha visto afectada por el cierre de las escuelas.
La crisis del Covid-19 también ha afectado a más de 63 millones de docentes, ha puesto de manifiesto las persistentes deficiencias de muchos sistemas educativos y ha exacerbado las desigualdades, con consecuencias devastadoras para los más marginados” [Ibídem].
En este sentido Unesco invita a reconocer la función del docente, cuya capacidad de adaptación a contextos emergentes, como lo es el de la enseñanza a distancia y por vía digital, surge como opción que pareciera haber llegado “para quedarse”, “la función de los docentes que contribuyen a garantizar que una generación de alumnos pueda desarrollar todas sus capacidades, así como la importancia de la educación para la reactivación a corto plazo, el crecimiento económico y la cohesión social, durante la pandemia de Covid-19 y posteriormente. Ahora es el momento de reinventar la educación y concretar nuestra visión de un acceso igualitario a un aprendizaje de calidad para todos los niños y jóvenes” [Ibídem].

Este año 2022
Pare el actual año 2022, la Unesco reconoce la docencia como “una de las profesiones más valiosas dentro de cualquier sociedad: La enseñanza, los docentes. Esas personas que tienen el deber y la pasión de formar a las generaciones futuras y así garantizar el desarrollo de los países” [Ibídem].

Sinóptico
1935
Pío Tamayo
Este día murió en Barquisimeto Pío Tamayo, quien durante sus años de cautiverio en el Castillo Libertador, de Puerto Cabello (1928-1934), dio formación política a los primeros círculos marxistas del país.
Pío fue detenido a poco de la Semana del Estudiante de 1928, jornada que sorprendió al gobierno de J. V. Gómez y durante la cual leyó frente al Panteón Nacional, un extenso poema suyo titulado Homenaje y demanda del indio, directo reclamo a las condiciones del país donde aludía al pasado aborigen [“Sangre en sangres dispersa / almagre oscuro y fuerte estirpe Jirajara”] y denunció al “anacrónico cesarismo” de entonces. En marzo del mismo año 1928 le encarcelan, siendo liberado en diciembre de 1934, ya aquejado de tuberculosis, para agonizar en brazos de los suyos y morir un día como hoy.

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