Néstor Rivero Pérez

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El 29 de julio de 1818, el Libertador Simón Bolívar contestó la primera reclamación formulada contra Venezuela por Jean Baptiste Irvine, enviado diplomático del gobierno de EEUU ante la República de Venezuela, reinstalada en Angostura (hoy Ciudad Bolívar).

Mr. Irvine

Habiéndose desempeñado como periodista y editor en su país, Mr. Irvine había hecho publicar en 1816 la primera biografía en inglés sobre Simón Bolívar, escrita por John Robertson. Y quizás su inicial respaldo a la causa suramericana medió en el ánimo del presidente James Monroe y su secretario de Estado John Q. Adams, para designarlo en 1818 representante de EEUU ante Angostura.

A qué vino

Sin embargo, Mr. Irvine no venía a dar en nombre de la emergente potencia del norte, respaldo político a los patriotas de Venezuela en su guerra contra España, sino a reclamar dos cosas: Una, la eventual injerencia del naciente Estado a orillas del Orinoco a la República de las Floridas, iniciativa liderada en 1817 por Gregorio MacGregor contra posesiones insulares de España frente a la península de la Florida y que Monroe reprobó. Y dos, la devolución de las goletas Tigre y Libertad, que intentando contrabandear armas a favor de los españoles en el Orinoco, fueron confiscadas por los patriotas.

Diez contestaciones

El 29 de julio de hace hoy doscientos años, Bolívar respondió a nota del 25 del mismo mes, suscrita por el diplomático estadounidense. La segunda carta, del 6 de agosto, es más extensa en alegatos y principios del derecho, para sustentar la toma de las dos embarcaciones. En total hubo diez misivas del Libertador a Mr. Irvine. La última carta está fechada el 12 de octubre de 1818.

Enfoque doctrinario

En su carta del 29, Bolívar aduce ante su interlocutor, la improcedencia del status de “neutralidad”, que Mr. Irvine reclama para sus representados, los armadores de las goletas confiscada por los republicanos. Dice el Libertador: “En cuanto al ‘daño de los neutrales’ (…) No son neutrales los que prestan armas de boca y guerra a plazas sitiadas y legalmente bloqueadas”. Bolívar remarca: “El sitio a una plaza es algo más estrecho que un bloqueo marítimo”.

Diplomacia mercantil

Las primeras relaciones entabladas por el gobierno estadounidense con la República de Venezuela en 1818 y el envío de un cónsul a Angostura por el gobierno de Monroe atendían al empeño de rescatar, o cobrar indemnización por las dos goletas decomisadas, sin que en nada mortificase la justeza de la causa patriótica suramericana. Y ello se ajustaba al cuadro de negociaciones que Mr. Monroe procuraba con España para la adquisición de Florida y franjas del noroeste de Norteamérica hasta Oregon, negociaciones que culminaron en el Tratado Adams-Onís, discutido entre 1819 y 1821.

Resultas de la querella

En el tiempo que el Libertador permaneció en Angostura, sostuvo su criterio de que la confiscación de la Tigre y la Libertad, y el material bélico que trasladaban a cuarteles realistas de Guayana, se ajustaba al derecho internacional, y por ende no procedía la indemnización. Sería tras la marcha de Bolívar a las Campañas del Apure y Nueva Granada de 1819, cuando el vicepresidente F. A. Zea, acuerde la devolución de los navíos.

Discurso de Angostura

En todo caso, no obstante la intensa querella epistolar, el Libertador, en su breve retorno a Angostura de principios de febrero de 1819, invitó a Mr. Irvine a la instalación del Congreso Constituyente, prevista para el día 15 de dicho mes. El informe de Mr. Irvine al Secretario de Estado de su país al respecto, fue encomiable para el Libertador. Años después Irvine escribiría un trabajo con abundantes notas sobre la región de Guayana, el funcionamiento de las nuevas instituciones en Angostura y con buenos términos hacia Bolívar.

Sinóptico

1967
Terremoto de Caracas de 1967 dejó 80 mil personas sin vivienda

Este día en horas de la noche, se produjo un intenso movimiento sísmico que estremeció a la ciudad de Caracas, con su epicentro en el Litoral Central, alcanzando 6.7 grados en la escala Ritcher, y que dejó como sus principales efectos destructores la cantidad de más de 200 fallecidos, seis edificios desplomados, cerca de dos mil heridos y unas ochenta mil personas sin hogar.

Otra consecuencia adversa del fenómeno telúrico fue la declaratoria de cerca de cuarenta edificios como “inhabitables”. Con una duración entre 35 y 55 segundos, que provocó el desplome de varios edificios, con saldo de 236 fallecidos y dos mil heridos.

A raíz del trágico hecho, los organismos competentes comenzaron a delinear normativas antisísmicas más rigurosas para validar la construcción de edificios. El sacudimiento se sintió con fuerza en el litoral guairense, Los Teques, Maracay y Valencia. Dentro de la capital, Caracas, su mayor efecto trágico ocurrió en Altamira y Los Palos Grandes. Durante días centenares de residentes durmieron en la calle.

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