(Y II) Usan fotos de fallecidos: Influencers son denunciados por familiares adoloridos
La imagen del joven Jesús Rafael Mundaraín Rojas (21), también fue violentada por carroñeros digitales que lo vincularon al supuesto ataque de EEUU a un bote peñero en el Mar Caribe, no obstante haber fallecido 4 días antes. Fotos cortesía Marina Mundaraín e Internet.

VEA / Ildegar Gil
Nuestra entrega anterior reflejó el agobiante híbrido emocional que afecta a la familia de Félix José Marcano Álvarez, hombre de 35 años, ahogado el 20 de agosto tras la sorpresiva inundación que ese día copó el interior de la mina El Amparo, ubicada en El Manteco, municipio Piar, estado Bolívar.
Profunda ira, decepción y tristeza se multiplican diariamente en su esposa, Jirka García, y demás familiares, quienes no solo deben soportar la ausencia de “mi negro” (así lo llamaba su consorte), sino también el irresponsable abuso de insensibles manejadores de redes digitales que manipulan una fotografía de quien fue batero (lavador de tierra en busca de oro), aseverando que formaba parte de los supuestos 11 asesinados por soldados de Estados Unidos en el mar Caribe el 2 de septiembre, en un capítulo en el que el gobierno nacional manifestó desde el primer momento que el “ataque” al bote peñero fue obra del manejo de Inteligencia Artificial. ¡Ah, sí!: El 2 de septiembre, es decir, 13 días después del evento que acabó con la vida de «Cheo» Marcano.
“No les importa el dolor ajeno. Dios tiene que hacer justicia. Son unos embusteros… mentirosos (…) para ganar fama en las redes”, declaró para Diario VEA, la atribulada mujer.
El bandolerismo de los llamados influencers, no concluyó allí. Prosiguió saciando su aventurismo irracional. Como sucedió con Marcano Álvarez, también hundieron su podredumbre mental en el corazón de otra familia venezolana: Mundaraín, residente de la localidad Los Arroyos, municipio Benítez, estado Sucre.

El esquema fue aplicado con el mismo libreto de sadismo y cínica impunidad, que no resiste el más mínimo chequeo básico, pues, Jesús Rafael Mundaraín Rojas, de tan solo 21 años de edad, mayor de tres (3) hermanos, abandonó el terreno de los mortales el viernes 29 de agosto. Cinco (5) días antes, cuando el reloj promediaba las 4:00 de la tarde, a bordo de una motocicleta, “…tuvo un accidente de tránsito bajando a La Guaira. Lo llevaron al Seguro Social de La Guaria y en la madrugada fue trasladado al Hospital Militar, de Caracas. Tuvo fractura de cráneo y un hueso le perforó la membrana cerebral. Estuvo varios días en terapia intensiva y falleció el 29 de agosto”, relató Marina Mundaraín, tía paterna de este joven, quien cursaba tercer semestre de Ingeniería Mecánica en la Universidad Central de Venezuela, a la par de emplearse como vendedor de videos en una tienda ubicada en Sabana Grande.
Indolentes y dañinos
Como es lógico, Marina Mundaraín no termina de entender la razón por la que la peligrosa banda digital, se empeña en reiterar que el hijo de José Jesús Mundarain Tovar y de Raquel Ysabel Rojas Lista, estaba a bordo de la supuesta embarcación cuyo punto de zarpe habría sido la población de Unare, municipio Arismendi, Sucre. “Son indolentes. No entiendo porqué hacen eso. Porqué tomaron la foto de mi sobrino. Incluso en algunas notas solo aparece la imagen de él. Son personas dañinas”, expresa a este medio, usando para ello su canal en la plataforma guasap.

-¿Habían pasado por una situación así? -indagamos.
-No, primera vez.
Como aconteció con el caso reflejado este martes 9 de septiembre, al grupo Mundaraín tampoco llegó -en su momento-, el episodio del supuesto misil contra la pequeña nave.
-Del incidente nos enteramos cuando vimos el video de mi sobrino por las redes (…) Cuando vimos ese video y los comentarios, nos sentimos indignados. No solo nosotros como familia: El pueblo entero furioso, porque saben quién era mi sobrino -puntualiza.
-O sea, que del incidente con la lancha no supieron antes...
-No. Ya le dije que nos enteramos de la lancha cuando comenzaron a difundir esa información -responde, para seguidamente exigir la obligación de “…corroborar bien su información antes de publicarla. No es justo que desprestigien la memoria de una persona”.
-¿Han ido a Unare?
-No hemos ido a Unare.
En aras de reforzar su planteamiento y refutar las especulaciones en torno a su sobrino, facilitó a este portal tres (3) videos vinculados con el sepelio del joven. Uno de ellos, puede visualizarse a continuación.