«Yo planeé cómo llegar a esos jóvenes inocentes para asesinarlos», confesó militar implicado en falsos positivos ordenados por Uribe

La confesión la hizo el sargento segundo (r) Sandro Pérez, uno de los oficiales colombianos implicado en los falsos positivos ocurridos en Colombia durante el segundo mandato del expresidente. Foto Internet

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

“Planeé cómo se debían entregar (las víctimas) a los militares que iban a accionar sus armas. Planeé cómo se debían comprar los pasajes. Planeé y entregué armas (…), eran jóvenes inocentes con sueños, que eran amados y fueran asesinados, reportados muertos en combate”. La confesión la hizo el sargento segundo (r) Sandro Pérez, uno de los oficiales colombianos implicados en los falsos positivos ocurridos en Colombia durante el segundo mandato del expresidente Álvaro Uribe Vélez (2006-2010).

El miércoles 27 de abril, el sargento retirado Pérez Contreras, narró en el segundo día de la inédita audiencia de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), celebrada en Ocaña, departamento de Norte de Santander, cómo planeó el reclutamiento de jóvenes en Soacha (Cundinamarca) para llevarlos al Catatumbo y asesinarlos, para luego hacerlos pasar como bajas en combate entre el Ejército y las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

“En los programas radiales sentía cómo la presión venía de un comandante de División. Siempre se reflejaba en la búsqueda de resultados operacionales: Muertos en combate (…) Por la presión que existía, yo hago una oferta criminal y tomo contactos con personas que vivían en Bogotá. En ese momento no sabía que existía Soacha. Con estos civiles (…) logramos que este patrón criminal planeara cómo llegarían estos jóvenes a Ocaña”, describió, cita la JEP en su cuenta Twitter.

El suboficial (r) de inteligencia señaló que “fueron combates ilegítimos. Asesinatos a sangre fría. En ese planeamiento que hice y soy responsable, realicé documentación falsa para darle credibilidad a este hecho. Les robé la identidad a sus seres queridos”.

El martes 26 de abril comenzó la audiencia a 11 militares retirados en Colombia, quienes reconocieron que protagonizaron falsos positivos; es decir, asesinaron a civiles colombianos y los hicieron pasar por guerrilleros.

«Generales pedían muertes en combate»

«Los generales Saavedra, Cortés y Montoya, exigían y pedían muertes en combate. Presiones que me llevaron a mí y a los coroneles (r) Herrera y Castro a desarrollar (acciones) para que oficiales y suboficiales cometieran estos asesinatos”, relató el coronel (r) Rincón Amado, al admitir su culpabilidad en el asesinato de personas inocentes para hacerlos pasar como falsos positivos.

El coronel (r) hizo una lista de quienes participaron: “El mayor Rodríguez Mora Carlos, el mayor Baquero Ramos José Simón, el mayor Hernán Villalva José Reinel, quienes tenían a su cargo oficiales y suboficiales que desarrollaron los asesinatos”, cita la JEP en su cuenta Twitter.

“Mi rol, lo que tenía que cumplir como oficial de operaciones, era plasmar los documentos que sirvieran de legalidad y dieran visos de legalidad a esas falsas operaciones. Que se mostraran ante los entes de control de que era una operación real. Lo cual nunca fue así (…) Por decisión mía propiamente elaboré documentos que daban legalidad, como informes de situación de tropas, la misión táctica y el radiograma operacional donde se reportaban los eventos maquiavélicos que creamos”, narró.

“El asesinato de Diego Tamayo, Víctor Gómez y Jader Palacios, que fueron asesinados el 25 de agosto de 2008, (estuvo) al mando del comandante, el sargento Duque Janederiel con el Pelotón Espada. Todo esto con la finalidad de pasarlos como bajas en combate, sin que así lo fuera”, admitió.

También confesó que “Con estas falsas operaciones se daba una sensación de seguridad en el Catatumbo. ¡Mentiras! Porque la problemática seguía con su plan criminal (…), el Ejército lo único que hizo fue asesinar personas inocentes”.

Asesinaron personas indefensas

El teniente coronel (r) Álvaro Diego Tamayo Hoyos, admitió que asesinaban personas indefensas.

Fueron asesinadas “personas en estado de indefensión que nada tenían qué ver con el conflicto. Quiero manifestarles que lamento profundamente lo sucedido con sus seres queridos, son hechos infortunados y repudiables”, manifestó, cita la JEP en su cuenta Twitter.

Agregó: “Debo reconocer que estas personas asesinadas eran ciudadanos, campesinos, trabajadores, padres, hermanos, hijos, esposos y que sus conductas eran intachables”.

“Mi participación fue determinante porque yo era el comandante del batallón. Por consiguiente soy responsable, a título de coautor, de crímenes de guerra y de lesa humanidad”, reconoció.

Los señalaba y los entregaba

En la audiencia, de manera virtual, intervino Rafael Urbano Muñoz, quien narró su responsabilidad en los asesinatos de los señores Adinael Arias Cárdenas, Ariel Jaime Arias, Luis Sánchez Guerrero y Luis Carlos Angarita.

Dijo que su participación fue únicamente la de señalarlos y entregarlos para que se cometieran sus asesinatos y hacerlos pasar como bajas en combate y agregó que la información dada era falsa, pues eran campesinos y el señor Sánchez era mototaxista, refirió la JEP en su cuenta Twitter.

Civil incolucrado en el patrón criminal

Alexander Carretero Díaz, un civil que participó en los falsos positivos, narró cómo ayudó a los militares colombianos a trasladar a los jóvenes que serían asesinados.

“Fui el culpable. Me declaro responsable de haber traído personas desde Soacha, Gamarra, Aguachica y Bucaramanga, y entregárselas al Ejército para que las asesinaran”, señaló Carretero, cita la JEP en su cuenta en la red social Twitter.

“A principio de 2008 me hace la propuesta”, refiriéndose a Pedro Gámez. “Que si puedo ir a Ocaña a llevarle muchachos a (el soldado) Dairo Palomino. Yo le dije que sí. En la tarde me llevo al muchacho al terminal de Bogotá (…) “Un muchacho inocente. Lo montamos al bus que iba vacío. No hablamos en el camino nada”, dijo Alexander Carretero. Agregó: «Allí estaba Dairo Palomino esperando en una moto blanca. Nos bajamos y él se fue con Fair Leonardo en la moto”.

Dirigiéndose a una de las víctimas dijo: «Usted, señora Sandra (…), ayer me preguntó si tenía dinero; ese dinero es el peor dinero de mi vida, maldito. Me destrozó a mi familia, me destrozó a mí. Hoy en día no soy nada, hoy en día me muero de la vergüenza de haberle causado tanto daño».

Esta audiencia de reconocimiento es presidida por el magistrado Alejandro Ramelli, la magistrada Catalina Díaz y los magistrados Óscar Parra, Alejandro Ramelli y Roberto Vidal.

¿Quién dio la orden?

Carmenza Gómez, madre de dos de los jóvenes asesinados por los militares colombianos, fue la primera de las víctimas en intervenir. En su discurso pidió saber quién dio la orden de asesinar a personas inocentes.

“Les digo que, por favor, ellos tienen hijos e hijas. Que se pongan la mano en el corazón y nos digan sinceramente la verdad y no se echen al agua solos. ¿Quién dio la orden, así haya sido el que haya sido? No solamente ustedes”, expresó, cita la JEP en su cuenta Twitter.

“Sabemos que detrás de ustedes hay personas grandes. Nosotros queremos nombres. Todos lo que estamos necesitando son nombres de esas personas”, manifestó Gómez después de relatar que cinco meses después de la muerte de Víctor Fernando, fue asesinado su segundo hijo.

Idalí Garcerá, quien manifestó que lleva 14 años luchando por la verdad, para saber sobre la desaparición de su hijo Diego Alberto Tamayo y de otros jóvenes, también pidió saber quién dio la orden de desaparecerlos, de asesinarlos.

«Es muy importante para nosotras saber esta verdad (…). Ayer les oí decir que eran presionados por un gobierno para dar resultados; entonces yo necesito saber quiénes pedían esos resultados», remarcó la mujer cuyo hijo desapareció en Soacha el 23 de agosto de 2008.

Flor Hernández, madre de Elkin Gustavo Verano Hernández, asesinado en 2008, dijo a los militares: «Con respeto les digo que entreguen las cabezas principales”. Insistió: “Así como fueron capaces y se vistieron de valor para llevarse a mi hijo (…), tengan la misma capacidad de enfrentar la realidad. Ustedes mancillaron a todo el país”.

El Ejército lleva una cruz maldita

Zoraida Muñoz, madre de Yonny Soto Muñoz, joven asesinado hace 14 años, dijo a los miembros del Ejército: “Antes de que me sucediera esto, yo no tenía enemigos. El enemigo mío (hoy) es el Ejército nacional (…). Para mí, ustedes son un mal elemento para el país, ustedes no deben hacer nada con niños ni con jóvenes, porque ya llevan una cruz maldita”, citó la JEP en su cuenta Twitter.

Vivo con dolor

Blanca Monroy fue la siguiente madre en tomar la palabra. La mujer que se dedica a la costura y al cuidado de sus hijos y nietos, lleva 14 años sufriendo y buscando justicia por el asesinato de su hijo Julián Oviedo Monroy.

“Durante 14 años el dolor me ha ayudado a ser fuerte y valiente. No sé si lo he heredado de mi madre. A ella, la guerrilla y los paramilitares le mataron dos hijos (…), vivo con el dolor. Aprendí a vivir con el dolor”, manifestó, cita la JEP en su cuenta Twitter.

“Yo soñaba que los militares que asesinaron a mi hijo dijeran qué había pasado con nuestros hijos. Hoy los tengo acá. Es un alivio para mí como madre saber de esta ventanita que la JEP empezó a abrir (…) “Yo estaba llena de odio. Yo decía: Yo no perdono a Uribe. Yo no perdono a Tamayo. Yo no perdono a Santos (…). Y hoy en día ya miré al señor Tamayo frente a frente (…) “Cada corazón siente lo suyo, de pensar lo que piensa. Mi corazón es distinto. Me siento contenta de ver que yo siempre soñé que esto iba a pasar. Qué bueno que algún día las personas que mataron a nuestros hijos se paren en público y pidan perdón”, manifestó, cita la JEP en tres mensajes twitter.

Tras nombrar a cada uno de los comparecientes, Blanca les preguntó: “¿A ustedes quién les dio la orden (…)? ¿Quién los acosaba para que dieran resultados? ¿Por qué si tuvieron pantalones para pararse frente a nosotras, por qué no los tienen para decir que Montoya daba la orden?”, agregó.

Los militares que han comparecido son el general (r) Paulino Coronado, el coronel (r) Santiago Herrera, el coronel (r) Rubén Darío Castro, el teniente coronel (r) Álvaro Diego Tamayo, el teniente coronel (r) Gabriel de Jesús Rincón Amado, y el mayor (r) Juan Carlos Chaparro Chaparro. Además estuvieron presentes el capitán (r) Daladier Rivera Jácome, el sargento segundo (r) Rafael Antonio Urbano, el sargento segundo (r) Mauricio Pérez Contreras, el cabo primero (r) Néstor Guillermo Gutiérrez, y Alexander Carretero (tercero civil).

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