Néstor Rivero Pérez

El 2 de junio de 1740 nació en Charenton (Francia) Donatien Alphonse François de Sade, quien inmortalizó su nombre como el Marqués de Sade, como autor de libros cuya temática y crudas consideraciones sobre las relaciones sexuales lo ha mantenido, durante los últimos dos siglos, como escritor proscrito de toda academia de las buenas costumbres.

Justine

Escritos como Justine o los infortunios de la virtud, Juliette o las prosperidades del vicio y Los crímenes del amor, continúan atrayendo no por la racionalidad de sus planteamientos, sino precisamente por lo escabroso e irracional de las escenas expuestas, y cuyo trasfondo es una denuncia profunda a las relaciones de poder en sociedades donde unos pocos poseen dinero y conexiones para comprarlo casi todo, y otros deben mendigar el mendrugo o vender su cuerpo para adquirirlo. Así, en Justine, personaje de quizá su libro más comentado, ofrece cuadros explícitos de las largas jornadas que esta huérfana sostiene con individuos que retribuyen su placer de forma pecuniaria. Justine lleva al lector de la mano hacia sótanos intolerables de la civilización moderna, cuyos titulares se sienten con la ominopencia de agredir y humillar en distintas formas a quien actúa como su esclava íntima por una o varias horas. Echada del convento donde estudiaba por monjas que no perdonaron con su orfandad, la imposibilidad de seguir pagando su internado, no le quedó a Justine, jovencita con “gran sentido de la virtud, que tratará de mantenerse pura hasta el momento de ver a Dios, pero en su camino hay muchas dificultades en forma de humillaciones y penurias de personas que abusarán impunemente de ella” (http://entremontonesdelibros.blogspot.com). He aquí un drama recurrente, y que autores como Víctor Hugo retoman y adaptan en la historia de Fantine para su libro Los miserables.

Juliette

En Italia, Juliette conoce a Minsky, cuya personalidad posee rasgos canibalescos y aristocráticos singulares dado su condición de acaudalado y con designios de criminal de la lujuria. Así Minsky se oculta en una fortaleza dentro de la cual junto a dos harenes con doscientas jovencitas de entre veinte y treinta años, congrega a otros doscientos pequeños de entre cinco y dieciséis años, y quienes se encuentran, según designio del propio magnate “destinados a fornicarme”. Así, en Juliette o las prosperidades del vicio, Sade enhebra escenas y circunstancias en las cuales un individuo sentimentalmente malformado tiene a su completa disposición cerca del millar de personas, si se incluye la servidumbre, emisarios y enlaces que en distintos puntos de la geografía proveen la residencia de Minsky con los requerimientos que este dicta. El libro en torno a Juliette atrajo en tal grado la atención de lectores, y detractores, como ninguno antes lo había logrado hasta 1797, cuando Sade lo hizo publicar en Holanda con sus cerca de cuatro mil páginas, y cuyo impacto fue tal que según recuerda Maurice Blanchot “en ninguna literatura de ninguna época ha habido una obra tan escandalosa, que como ninguna otra haya herido más profundamente los sentimientos y los pensamientos de los hombres”. (https://www.topia.com)

Sadismo

Al igual que Maquiavelo, Casanova o Baudelaire, quienes incursionan con desenfado, uno en el examen del poder político, otro en la memoria de sus roces amorosos y el último en una creación literaria que a ratos se topa con la alucinogenia, y todos sobrepasando el formalismo y la ritualidad, así, Sade se adentra en cuadros de un realidad impublicable para quienes ejercen como censores de la apariencia. Y los arquetipos de este autor italiano sirvieron a Sigmund Freeuid para postular a fines del siglo XIX elementos sustantivos de su doctrina sobre el psicoanálisis, recuérdese el término “sadismo”.

Sinóptico

Bolívar y la abolición

El 2 de junio de 1816, el Libertador Simón Bolívar, en ejercicio de la autoridad que concentraba en lo ejecutivo, legislativo y judicial, y que emanaba de su nombramiento como Jefe Supremo de la República, dictó en Carúpano el decreto de “libertad absoluta de los esclavos”, con el propósito de hacer justicia a la masa de hombres y mujeres sojuzgados como propiedad de otro, y con el claro objetivo político de sumarlos a la causa independizadora frente a España. La visión de Simón Bolívar sobre la esclavitud sintió el impacto de las distintas etapas de su vida pública. De adolescente y joven mantuano, y en los primeros años de su accionar guerrero, su especial sensibilidad acaso llegaría a disponer el otorgamiento de boletas de manumisión a sus propios esclavos de San Mateo en 1813 y luego del triunfo de Carabobo en 1821, como lo recoge Vicente Lecuna. Las ideas sociales de Bolívar se radicalizaron en la medida en que expandía continentalmente su gesta anticolonial e iba sintiendo mayor apoyo político para medidas que, como la abolición, vulneraba el orden de acumulación de riqueza de las clases poseyentes. En Bolivia aplicará en 1826 el mandato tajante de la eliminación de la esclavitud sin condiciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!