Néstor Rivero Pérez

El 21 de mayo de 1955, víctima de un accidente automovilístico que sufrió el día anterior, murió en Ciudad de México el poeta Andrés Eloy Blanco, quien además se destacó como hombre público y padeció presidio durante el régimen de Juan Vicente Gómez.

Coplilla de verso libre

Miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de 1946-47, orador insigne, humorista, y autor de ensayos históricos, así como de obras de teatro, crónicas y numerosos artículos de opinión, y cuya producción en verso y prosa ha sido recogida en ediciones de hasta diez volúmenes, la obra de Andrés Eloy Blanco significa una “combinación feérica” que lo hacía pasar con donaire del octosílabo y la coplilla al verso libre o estrofa irregular, y que va, según recuerda Luis Beltrán Prieto Figueroa “del verso de dos sílabas hasta el alejandrino, pasando por los metros intermedios (…) no puede ubicarse -Andrés Eloy- en una escuela determinada (…). Con Víctor Hugo es romántico, con Rubén Darío…modernista; o es vanguardista…ultraísta, pero sin afiliarse a ninguna…aun cuando conserve siempre el ritmo interno”. Fernando Paz Castillo indica que el autor de Barco de piedra “toma de varias corrientes, sin apartarse jamás del fondo romántico que a fuerza de depuración se acerca ya, en Giraluna, a lo permanente clásico”.

Palabreo para un recluta

En prosa y verso de Andrés Eloy Blanco se yergue frente al despotismo que dominó la vida de la República desde 1830 y que, desde 1918, se sometió a las empresas foráneas del sector extractivista. El bardo denuncia en su canto la recluta forzada de tiempos de Juan Vicente Gómez y que toma al campesino para formar la tropa o llevarlo a labrar en sus haciendas. Así, deja escapar el poeta el quejido de la familia pobre “Se vino el reclutamiento, / se fue Juan y quedó Juana; / si queda llanto y sabana… / ¿quién le va a secar el llanto?”.

 

Redondillas

El gracejo de Andrés Eloy trastornaba cualquier encono entre contrincantes políticos cuya virulencia amenazaba traspasar el lindero de lo verbal. El cronista José Rivas Rivas recuerda una intensa sesión de la Asamblea Constituyente de 1946 en la cual el partido socialcristiano contaba con un fervoroso miembro de tez teñida, lo cual extrañó al poeta, quien hizo circular una redondilla “Cosas que no son ley / siempre resultan un fiasco: / mujer orinando en frasco / y negro inscrito en Copei” (Ingenio y Gracia, Tomo 1).

Juan Bimba

Así como Rómulo Gallegos descubrió con Reinaldo Solar, Ño Pernalete y Lorenzo Barquero arquetipos en la Venezuela rural de las primeras décadas del siglo XX, Andrés Eloy inventó un símil del peón analfabeta, el abúlico habitante de barrio quien carente de conciencia social se conforma con “un bollo’e pan” y las láminas de zinc que le obsequiaren las élites en cada campaña electoral. Dice el poeta “Su malicia no es mala / nace del mal que le han hecho / y por eso Juan Bimba lo dice todo a medias… / se masca su tabaco y su verdad y traga”. Por sí, Juan Bimba será incapaz de idear cambios profundos. Imperialismo y Mr Danger, nada significan en la mitología de quien no se sobrepone a la socialdemocracia tradicional y del por cierto, será expresión directa durante el régimen puntofijista el partido AD, al cual por cierto, contribuyó a fundar el poeta.

Poeta de la integración”

“Pedro Beroes ha señalado con respecto a Andrés Eloy Blanco que es un poeta de transición. Paz-Castillo lo calificó de clásico; (…). A esos títulos quiero agregar el de Poeta de la Integración venezolana (…) Andrés Eloy (…) supo…que Venezuela… tuvo muchas dificultades para formarse (…) pero la verdadera integración, la espiritual, la intelectual, la que unió…todos los pueblos de Venezuela, es obra de Bolívar y Sucre, sí, pero obra que quedó en suspenso hasta que…se unieron las voces de los intelectuales, y una…es la de Andrés Eloy Blanco” (www.eduardocasanova.com).

 

Sinópico

1895

Lázaro Cárdenas

Este día nació en la región de Michoacán, México, el general Lázaro Cárdenas, quien presidió la nación azteca entre 1934 y 1940, adelantando una política de nacionalización sobre empresas fundamentales y reformas laborales, que hicieron de su gestión la de mayor profundización dentro del ciclo derivado de Revolución Mexicana. Cárdenas comenzó su gobierno repeliendo la tutela de su exmentor Plutarco Elías Calles, quien pretendía imponerse como ductor del nuevo mandatario, y gobierna con sectores sindicales, del campesinado, sectores populares y estamento militar, alejándose de la alianza de caudillos regionales que apuntalaba Calles. Así, con respaldo obrero, del campesinado, maestros, empleados y grupos de empresarios; hasta “el Partido Comunista Mexicano que en un principio le había negado su apoyo adhirió medidas nacionalistas como la expropiación petrolera de 1938”. Y ello dio viabilidad al proyecto cardenista de “un modelo capitalista con base en un crecimiento industrial moderno que respetara la propiedad privada…pero que ofreciera mejores condiciones de vida al trabajador”.

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