Antonio José de Sucre y la defensa de la Gran Colombia
Néstor Rivero Pérez. [email protected]. El autor es historiador, docente y abogado.
Néstor Rivero Pérez
El 15 de marzo de 1829 el Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, informó al Libertador Simón Bolívar sobre la victoria que las fuerzas grancolombianas a su mando obtuvieron sobre el ejército peruano, que obedeciendo órdenes de los generales José de La Mar y Agustín Gamarra, invadieran meses antes a Ecuador, con el designio de apropiarse de Guayaquil.
Antecedentes
Por disposición del Libertador Simón Bolívar en 1822 y en el marco de la Guerra de Independencia, Guayaquil fue integrada a la Gran Colombia, bajo el principio del Uti Possidetis Iuris. La plena emancipación de este país se obtendría ese mismo año con la Batalla de Pichincha, ganada por el general Sucre.
Fuerzas profundas
Sin embargo, para 1829 afloraba en Perú una fuerte corriente antibolivariana y hostil a los proyectos integracionistas, corriente que reclamaba el control del estratégico puerto de Guayaquil, patrocinada por las oligarquías territoriales del antiguo virreinato y generales a quienes el mismo Simón Bolívar, al momento de regresarse a la Gran Colombia en 1826, había dejado al frente de la administración del Estado.
Labor subterránea
A ello se conectaba la labor subterránea y de desestabilización que ya en días de Bolívar cumplían los funcionarios diplomáticos de Estados Unidos asignados a los consulados suramericanos. El gobierno estadounidense, especialmente desde la presidencia de James Monroe y John Quincy Adams -entre 1817 y 1829-, con el auxilio de Henry Clay, quien ejerció como Secretario de Estado del segundo, había trazado un plan de largo aliento, para frustrar iniciativas como el Congreso Anfictiónico de Panamá, así como todo proyecto que, igual a la Gran Colombia, posibilitase el surgimiento de alguna eventual potencia al sur del continente. Vale la pena ilustrar la confianza del Libertador en su lugarteniente por excelencia, Antonio José de Sucre, recordando una pregunta que formula Alfonso Rumazo González: “Los generales La Mar, Gamarra y tantos jefes, ¿qué significaban militarmente delante de Bolívar, de Sucre?” Al respecto conviene recordar una expresión del mismo Sucre, quien bien conocía las debilidades de los oficiales peruanos a quienes dirigió en Ayacucho: “Derrotar a esos peruanos, no es cosa que vale la pena” (Carta al Libertador, 15-3-1829).
Hostilidades
Ya en los días de la entrevista de Guayaquil entre Bolívar y José de San Martín, el general La Mar, oriundo de Guayaquil, había expresado su deseo de que esta región ecuatoriana formase parte de la nación inca, con la cual tenía nexos políticos sólidos y con cuyas élites se identificaba en alto grado. Un punto que marcó el distanciamiento entre la Gran Colombia y Perú fue la invasión a Bolivia, en 1828, por tropas peruanas jefaturadas por Agustín Gamarra. Al enterarse de dicha invasión, el Libertador en Bogotá -y temiendo por el nuevo Estado que gobernaba el Gran Mariscal Sucre-, emitió el 3 de julio de ese año una proclama declarando el estado de guerra contra Perú: “¡Armaos, grancolombianos del Sur; volad a las fronteras del Perú y esperad ahí la hora de la vindicta. Mi presencia entre vosotros será la señal de combate!”. La guerra comienza el 23 de noviembre de 1828, y concluirá el 27 de febrero de 1829 con la victoria grancolombiana del Portete de Tarqui, bajo la conducción de Sucre.
“Gracias por sus gracias”
Así el 15 de marzo tras culminar sus operaciones, conceder una capitulación a los derrotados y tomar previsiones administrativas, el héroe cumanés comunica al Libertador: “Anoche escribí a Ud remitiéndole originales los últimos partes (…) Yo calculé sobre esa dispersión de los peruanos y tuve presente que aquí iba a verificarse aquella regla que ‘a enemigo que huye, puente de plata’. Celebro que Ud haya encontrado bien nuestros trabajos con la última campaña (…) Muchas gracias por las gracias de Ud a mis servicios en esta ocasión. Cualesquiera que ellos sean, no he hecho más que llenar mis deberes hacia la Patria”.
Sinópticos
44 aC
Muere Julio César
El primer emperador de Roma cae víctima del cuchillo de sus enemigos políticos justamente el día de los Idus de Marzo, que se denominaba en la antigua Roma el día 15 de dicho mes. Su mandato se caracterizó por la ampliación de las conquistas imperiales. Aunque no practicó la crueldad como política contra los adversarios, su personalismo concitó enemigos en la casta nobiliaria, temerosa de perder privilegios. Así, al asistir aquel día al Senado, se concretó el complot que venía preparándose con anterioridad. Al enterarse de su muerte, y del reparto que hizo de bienes por testamento, la plebe romana se levantó, iniciándose una guerra civil.
1775
Nació Juan Bautista Arismendi
Arismendi vino al mundo en La Asunción (Nueva Esparta). Es figura central en la definitiva liberación de Margarita en 1815, posibilitando a Bolívar recalar en la Villa del Norte con su Expedición de Los Cayos. Tras reencontrase con doña Luisa Cáceres de Arismendi en 1818, vivirá en Caracas hasta su muerte en 1841.