Néstor Rivero Pérez

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El 4 de diciembre de 1815 Pablo Morillo, general en jefe del Ejército Expedicionario enviado por Fernando VII contra los patriotas de Tierra Firme, dictó su intimación de rendición incondicional contra los patriotas atrincherados en el puerto neogranadino de Cartagena de Indias. El cerco marítimo y terrestre de la ciudad comenzó el 16 de agosto de aquel año, y la resistencia patriota cesaría el 6 de diciembre, cuando Morillo ha de tomarla a sangre y fuego, ordenando de inmediato fusilamientos sumarios contra prisioneros. En todo caso, la independencia definitiva de Cartagena, se confirmará dos años después de la Batalla de Boyacá, cuando el 10 de octubre de 1821 el venezolano Mariano Montilla derrota al último gobernador peninsular de la urbe amurallada, tomando la plaza.

 

Cañones contra cañones

A diferencia de Gran Bretaña, que sustentó por siglos la defensa de sus posesiones y su expansión en sus impresionantes flotas y control de islas y estrechos, España lo hizo levantando fortificaciones en enclaves estratégicos de su extenso territorio colonial. Así, desde Veracruz hasta Montevideo y Buenos Aires, pasando por La Guaira, Puerto Cabello y Cartagena de Indias, los cañones que por siglos respondieron a los navíos atacantes, lo hacían desde las posiciones inamovibles del fortín. De este modo se detuvo bombardeos como el de La Guaira en 1776 y la tentativa de sometimiento de Buenos Aires en 1806, ambas desde embarcaciones británicas. Entretanto, Cartagena de Indias, con el Castillo de San Felipe y los once kilómetros de murallas para proteger a la ciudad ordenados por Felipe II, así como otros fortines apertrechados, hicieron de esta capital un escollo insalvable en las distintas ocasiones en que fue atacada por piratas o armadas extranjeras, durante la Colonia.

 

Intimación de Morillo

El término proviene del latín ‘intimatio’, que significa “exigir o requerir de otro el cumplimiento de algo, esgrimiendo autoridad o fuerza para obligar a hacerlo”. El documento del 4 de diciembre de 1815, rescatado para la historia en la Colección de José Félix Blanco y Ramón Azpurúa, expone la requisición de voluntad a los patriotas para rendirse, sin condiciones, debiendo sus autoridades “entregar la plaza”, en el término de tres días. Dice allí el jefe expedicionario, desde su cuartel general “…el término infalible de esta contienda sería la rendición infalible (…) El rigor de la ley de la guerra me autoriza para ser inflexible…mas he prestado oído a los clamores de la humanidad, y he resuelto a dar este paso en obsequio de esa población (Cartagena)…para ver si se pone término a los males que la afligen (…). Las defensas de las plazas tienen su término (…) Es pues el gobierno de Cartagena en quien estriba ahora el resolverse… a entregar la plaza dentro de tres días, confiados en la clemencia del Monarca (Fernando VII)”.

 

Táctica del hambre”

Tres circunstancias contribuyeron a la tragedia de Cartagena: Una, la disensión entre los republicanos, que comenzó cuando el Libertador Simón Bolívar a fines de 1814 fue designado jefe del ejército neogranadino. Celos y rivalidad del prócer cartagenero Manuel del Castillo obligaron a Bolívar a renunciar en mayo para trasladarse a Jamaica y así evitar “la guerra doméstica”. Castillo sería depuesto en octubre. En su lugar es nombrado el también venezolano José Francisco Bermúdez. La segunda circunstancia la constituyó la disparidad de fuerzas en combate: Para diciembre de 1815 resistían dentro de la ciudad varios centenares de hombres a punto de inanición, mientras que lado afuera de las murallas estaban varios miles de realistas, entre españoles, y tropas venezolanas que combatieron a las órdenes de José Tomás Boves y Francisco Tomás Morales. La tercera, la táctica del hambre, que consiste en “aislar al máximo al enemigo de fuentes de comida” (http://www.monografias.com). Además de Bermúdez, en la defensa de Cartagena de India se destacaron los venezolanos Antonio José de Sucre, Bartolomé Salom y Pedro Briceño Méndez, entre otros.

  

Sinóptico

1842

Gregorio McGregor y la República de las Floridas

Este día falleció en Caracas Gregorio Mc Gregor, prócer de la Gran Colombia. En 1811 Mc Gregor Caracas actuó al servicio de Francisco de Miranda. En 1815 se encuentra en Haití con Simón Bolívar, integrándose a la Expedición Libertadora de Los Cayos, para arribar en 1816 a Margarita.

De allí acometerá el mismo año, con el Libertador, sobre Ocumare de la Costa. Luego del desastre de Ocumare, McGregor asumirá el mando de los 600 soldados patriotas salvos, enfilando todos por tierra hacia Guárico con destino al oriente, culminando con éxito dicha retirada.

Habiendo viajado a Norteamérica en 1817, emprenderá sobre posesiones insulares españolas creando, junto a Lino de Clemente, Juan Germán Roscio, Pedro Gual y Luis Aury, la República de las Floridas, desistiendo a los meses de la aventura, por la hostilidad y amenazas del gobierno estadounidense de James Monroe.

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