VEA/ Yonaski Moreno

Impedimentos a la importación de alimentos ocasionados por las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por Estados Unidos contra Venezuela han provocado un crecimiento en la malnutrición del pueblo venezolano durante los últimos seis años.

Así lo destacó la Relatora Especial de la ONU, Alena Douhan tras su visita a Venezuela, culminada el pasado 12 de febrero. De acuerdo a su informe, más de 2,5 millones de venezolanos se encuentran en situación de inseguridad alimentaria grave.

Precisa que  “los mecanismos para hacer frente a esta situación incluyen la disminución del número de comidas al día (1 o 2 en lugar de 3); la reducción de la cantidad y la calidad de los alimentos; la descapitalización/venta de los bienes del hogar para comer; y la reducción de los gastos en salud, ropa y educación; con un aumento correlativo de las crisis familiares, las tensiones, la violencia y las separaciones; el trabajo infantil; la participación en la economía sumergida; la actividad delictiva, incluido el tráfico de drogas y de personas; el trabajo forzoso; y la migración”.

Además, señala que el programa de cajas de alimentos CLAP, iniciado como iniciativa gubernamental en 2017 y que abarca 6 millones de hogares en todo el país, se ha visto obligado a disminuir la diversidad de artículos.

En tal sentido, la relatora instó a los Gobiernos del Reino Unido, Portugal y los Estados Unidos y a los bancos correspondientes a que descongelen los activos del Banco Central de Venezuela para adquirir medicamentos, vacunas, alimentos, equipos médicos y de otro tipo, repuestos y otros bienes esenciales para garantizar las necesidades humanitarias del pueblo de Venezuela.

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