El diputado a la Asamblea Nacional (AN), Carlos Escarrá, enfatizó este sábado que el pasado año 2007 fue de arduo trabajo para el parlamento que concluyó con un balance positivo.

Néstor Rivero Pérez

[email protected]

El 25 de enero de 2012, hace diez años, falleció en Caracas, víctima de dolencia cardíaca, a sus 57 años, el jurista Carlos Escarrá Malavé, quien como catedrático de Derecho Constitucional y Contencioso-Administrativo, tuvo a su cargo la formación de varias generaciones de abogados venezolanos. Al momento de su muerte Escarrá se desempeñaba como Procurador General de Nación.

 

Catedrático exigente

Del mismo modo que en su vida privada, la ética, que fue su distintivo familiar, lo fue también en el ejercicio profesional como asesor de instituciones, litigante en la tribuna parlamentaria, docente de Derecho en varias universidades, o estando al frente de responsabilidades públicas, como su último cargo de Procurador General. Su hábito de exigencia tanto consigo mismo en cada disertación, como respecto al marcador de las respuestas en sus discípulos o interlocutores, constituía una clase complementaria. Numerosos egresados de las facultades de ciencias jurídicas que pasaron por sus aulas recuerdan que en sus exámenes finales de tipo oral, cuando la contestación resultaba deficiente, Escarrá iniciaba un diálogo reflexivo en torno al tema, que si bien extendía el horario de la jornada, constituía auténtica doctrina y hacía de la prueba una grata oportunidad de aprendizaje.

 

Pensamiento político

Desde muy joven Carlos Escarrá definió su perfil de vida dentro de una militancia de doble significado, por una parte se trataba de un venezolano con ideas socialistas y profunda vocación de democracia; y por la otra alguien que adscribe conscientemente su presencia en la sociedad para impulsar cambios hacia un modelo de sociedad justa, desde el campo del Derecho, y quien siempre se propone elevar cualquier contrariedad al debate de las ideas. Así la construcción de los principios del Estado Social de Derecho y de Justicia que se proclama en los artículos 2 y 3 de la Constitución de 1999, encontraron en Escarrá una vocería indisputable. He allí su verdadera pasión.

 

General “Prestigio”

Antes de cumplir sus veinte años Escarrá egresó como abogado de la muy exigente Universidad Católica Andrés Bello, con promedios “Magna Cum Laude”. Ello por cierto, aunado a su talento expositivo le valió ser reconocido en distintas universidades para el desempeño de cátedras, impartir conferencias o como miembro de jurados. Sin embargo, con más de veinte años como docente de la UCAB, y en la circunstancia de que algunas de sus más altas autoridades tomaron desde los inicios de la Revolución Bolivariana, postura activa en la acera contraria, a Escarrá le tocó sentir la segregación institucional, no obstante su irreprochable responsabilidad como docente.

 

Derecho Social

Imbuido de una elevada sensibilidad frente al drama histórico de la exclusión en la sociedad venezolana y con conciencia respecto a las causas de la desigualdad en la relación capital-trabajo, no resultaba descabellado que, en los años noventa del siglo XX, al comenzar a organizarse políticamente las corrientes bolivarianas que tenían en el Comandante Hugo Chávez su figura estelar, Carlos Escarrá se motivase con dicho proyecto. Sus aportes resultaron cruciales en temas jurídicos. De modo que su participación fue significativa en distintos capítulos de la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y en un grupo de leyes de profundo contenido social, como las Leyes del Poder Popular, entre las que destacan la Ley Orgánica de las Comunas, la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal y Ley Orgánica de Contraloría Social, por citar varias.

 

Hugo Chávez y Carlos Escarrá

Aquel 25 de enero, al enterarse del triste desenlace físico de uno de los juristas que mayores aportes hizo para el diseño del proyecto de Constitución de 1999, el entonces Presidente de la República definió a Escarrá como un “soldado de la ley, soldado constituyente, soldado de la patria nueva”, retratando así a un hombre noble, sencillo y amante de su patria.

Sinóptico

 1925

Juan Vucetic y la dactiloscopia

Este día falleció en Dolores (Argentina), el antropólogo croata-argentino Juan Vucetich, “Padre de la dactiloscopia”. En 1880 el médico Henry Faulds, tras tomar muestras de huellas de humanos y monos en Japón, envía una carta a Charles Darwin, en la que “sugiere que las huellas digitales eran únicas, clasificables y permanentes” (https://www.bbvaopenmind.com). Más adelante Francis Galton ideó “un método para clasificar las huellas dactilares que resultó útil en la ciencia forense” (Wikipedia). De su parte Vucetich, tardó 5 años en desarrollar un sistema de clasificación de cuatro tipos de diseño de la huella digital con los diez dígitos. El primer caso en que se usó el Sistema Vucetich fue el Francisca Rojas, a quien se identificó como filicida de sus dos hijos en 1892, cuando se pesquisó una huella con restos de sangre grabada en la puerta de la casa donde ocurrió el doble crimen. A partir de entonces el Sistema Vucetich fue acogido para la identificación de personas en todo el mundo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!