VEA / Yuleidys Hernández Toledo

Una de las historia bíblicas que más se conoce es la de Lázaro, el hombre a quien Jesús, el hijo de Dios, resucitó. Este personaje de las Santas Escrituras fue a quien se refirió este viernes 27 de agosto, el jefe de Estado, Nicolás Maduro, al narrar la historia de un hombre que fue desenterrado, ¡vivo!, en un lugar donde el deslave ocurrido en el estado Mérida causó derrumbe de rocas.

“Fue desenterrado un hombre que creían estaba muerto. El muerto no estaba muerto. El muerto despertó como Lázaro, estaba vivo. Enterrado y estaba vivo”, manifestó durante una actividad presidencial para presentar el balance de las labores que ejecuta el Gobierno nacional en las entidades que resultaron afectadas por las lluvias.

Durante la actividad, Maduro expresó que la historia de salvación del mencionado caballero es un milagro, al tiempo que narró que luego de ser desenterrado el hombre fue llevado a un puesto médico.

Transmitió su deseo de conocer al hombre que vivió el milagro de la salvación y conocer su experiencia, por lo que encomendó esta tarea a Jorge Márquez, ministro del Poder Popular para el Despacho de la Presidencia.

Ver la gloria de Dios

En cuanto al personaje bíblico, vivía en Betania, cerca de Jerusalén, era hermano de Marta y María, la mujer que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies. Un día, Jesús estaba al otro lado del río Jordán, y dice a sus discípulos: “Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle”. Los apóstoles pensaron que Lázaro dormía, pero Jesús les dijo: “Lázaro ha muerto”, describe el evangelio de Juan.

Cuando Jesús llegó a Betania, Lázaro llevaba cuatro días en la tumba. Fue a este lugar, que era una cueva, y había una piedra tapando la entrada. Ordenó a Marta quitar la piedra y ella respondió: “Señor, hiede ya, porque es de cuatro días” . Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?, describe el evangelio de Juan. Puede ser leída en https://www.biblegateway.com/

Quitaron la piedra, y Jesús oró. Luego de ello, clamó a gran voz: !!Lázaro, ven fuera. Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir” .

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