Néstor Rivero Pérez

[email protected]

El 11 de abril de 479 aC, durante el mandato de Jiang Duque Ai, falleció en Lu, su provincia natal, el moralista y reformador chino K’ung Chung-ni, a quien la posteridad ha conocido  bajo el nombre de  Confucio (el Maestro) y cuyas ideas, si bien durante su vida tuvieron escaso impacto entre quienes habitaban el Imperio del Medio, fueron penetrando hasta imponerse como la principal corriente doctrinaria de la nación cuyo territorio es el más densamente poblado del mundo y hoy día, con el nombre de República Popular China y bajo el liderazgo del Partido Comunista, en disputa con EEUU, del rol de primera superpotencia tecnológica, económica e industrial.

Algo de historia

La existencia de este notable guía espiritual y cívico del Extremo Oriente, transcurrió dentro de un extenso capítulo del pasado de China, en el cual dicha nación padeció la extrema fragmentación conocida como período de los Reinos Combatientes (770-476 aC), durante el cual predominaron los mandarines de la dinastía Zhou.

Sería Mateo Ricci, sj -quien vivió como misionero jesuita en China entre 1583 y 1610- el primer europeo en dar a conocer a Occidente, y mediante la traducción del chino al latín, la obra de Confucio. El propio nombre “Confucio” es llevado por primera vez al latín -de donde pasaría a los otros idiomas occidentales- en los vertidos de Ricci. De acuerdo al investigador Leandro Siqueiros San Román, el padre Ricci, persona sumamente ilustrada y quien vivió en China durante 28 años hasta su muerte en Beijing, introdujo en dicha nación la astronomía, el calendario, las matemáticas y el mapamundi, habiendo “traducido al chino la obra Elementos de Euclides, recibiendo por ello el beneplácito del emperador Zhu Yijung. En tiempos en que Europa era escenario de la batalla teológica entre protestantes y católicos, Ricci fue tachado en este último continente por supuestamente haber sido en “exceso de condescendencia con el confucianismo”.

Qué enseñaba Confucio

Desde joven K’ung Chung-ni impartió clases a los hijos de familias nobles, y como era lo usual en la antigüedad, enseñaba a escribir y calcular, incorporando a poco -y aquí radica una de sus grandes aportaciones a la cultura de Asia- el cuido personal y la preservación de “los valores familiares, pues consideraba que la vía para crear una sociedad estable y alegre era mantener sólidos lazos entre los miembros del núcleo” (https://www.latercera.com). Ideas suyas han sido tomadas y parafraseadas en distintas épocas por poetas y gobernantes de China. Su expresión “El hombre que mueve montañas empieza apartando piedrecitas”, recuerda el inspirador texto de Mao Zedong, El viejo tonto que removió las montañas”.

Discípulos

Piedad y armonía familiar y social son pilares que los discípulos han reconocido en la obra de Confucio y a lo que se caracteriza como “Confucianismo”, legado que fue reivindicado por los mandarines de dinastías gobernantes a partir de siglo III dC, como la Han, Tang y Ming, con intervalos entre unas y otras. Entre sus seguidores destacan, en dos épocas diferentes de la historia de China, Mencio y Xin Shi. El primero, en clara secuencia con el maestro postula la búsqueda del buen camino, mediante el cultivo de sentimientos de “compasión, vergüenza, respeto y modestia y la distinción entre bien y mal” (Wikipedia).

Para Confucio el orden, que en ningún caso debe imponerse por la fuerza, es elemento cardinal de la vida en sociedad. Y, en el marco de una estructura patriarcal y de relaciones de servidumbre, típica de sociedades antiguas, el orden atiende a una visión jerárquica. Así, propugnaba una noción de obediencia en la cual “Los sujetos debían obedecer a sus gobernantes, los niños a sus padres y las esposas a sus esposos (…) Pensaba que la sociedad debía ser armoniosa y se debía alentar a las personas en su «autodesarrollo» para que pudieran aprovechar al máximo su posición” (Fuente: https://www.bbc.com).

 

Sinóptico

 2002

Golpe de Estado “brevísimo”

Este día eclosionó por 48 horas en toda su virulencia el bloque tradicional con poder económico y político del país, al crear circunstancias coyunturales que permitieron deponer al Presidente Constitucional Hugo Chávez Frías, quien asumió la primera magistratura con un proyecto de Estado democrático, social, de derecho y de justicia, tal como lo consagra  la vigente Constitución aprobada en 1999.

Sin embargo, la política de rescate soberanista de  las riquezas  nacionales del mandatario bolivariano, colidiría con los intereses de las grandes corporaciones de la energía, intereses geopolíticos del Departamento de Estado de EEUU y el pitiyanquismo local, que agrupaba a importadores tradicionales, banqueros, y dueños de medios de comunicación. Y ello explica que el 11 de abril de 2002 una nave militar de bandera de la potencia del Norte, haya sido vista en aguas territoriales de Venezuela.

No obstante al arrojarse a la calle a partir del día siguiente, el pueblo caraqueño haría revertir el golpe de Estado, hasta lograrse la reposición del Presidente Chávez la madrugada del 14 de abril.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido !!