¡Constructoras de Patria! Mujeres en Caracas dan ejemplo edificando sus viviendas

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El edificio está ubicado en El Algodonal. 80% de quienes participan en su levantamiento son féminas. Foto Cortesía Félix Gerardi.

VEA / Yonaski Moreno

En la avenida principal de El Algodonal, parroquia Antímano de Caracas, los vecinos son testigos de un hecho histórico. El poder popular organizado ha logrado levantar un sólido edificio de cinco (5) pisos más planta baja, en el que vivirán dignamente.

La edificación, bautizada Asamblea de Viviendo Venezolanos (AVV) Jorge Rodríguez Padre, cuenta con 48 apartamentos y representa la primera parte del proyecto. Otra igual será construida en este terreno. En total construirán 96 hogares.

El hecho por sí solo es digno de admiración, pero queda mucho más por contar: 80 % de las personas que participan en la construcción de este complejo son mujeres; el otro 20 % son hombres, todos y todas sin experiencia previa en construcción. Sin embargo, el deseo de garantizar un hogar a sus familias los llevó a organizarse y a ejecutar la titánica labor.

La travesía se inició en el año 2010, con la participación de mil 600 familias de la parroquia y sectores aledaños, unidas por una necesidad en común: Un hogar propio. En 2011 el entonces Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, lanza la Misión Vivienda Venezuela, dándole prioridad a miles de familias venezolanas cuyos hogares fueron afectados gravemente por las torrenciales lluvias que sacudieron al país. Entendiendo el contexto que atravesaba el país, el grupo de familias organizadas comenzó a buscar otras alternativas.

Se atrevieron y se presentaron ante las diferentes instituciones del Estado en búsqueda de apoyo y soluciones. Fueron escuchados por la Alcaldía de Caracas y el Gobierno del Distrito Capital (GDC), tras lo que iniciaron con lo que denominan Inteligencia Social.

“En los primeros cinco (5) años nosotros utilizamos la Inteligencia Social. Nos íbamos a diferentes espacios captando terrenos para determinar cuál era el más viable. Captamos siete (7) que estaban subutilizados y en condiciones de abandono”, explicó a Diario VEA Ayary Rojas, vocera principal de la AVV Jorge Rodríguez Padre.

Los terrenos fueron presentados a la Alcaldía de Caracas, por lo que comienzan a hacer el seguimiento catastral de cada uno, “para determinar cuál era privado, cuál era del Estado, en qué momento se perdió la cadena titulativa, entre otros. La primera que complementamos fue esta. Cuando ya está completa el Estado comienza a evaluar. Nos dan la ocupación temporal jurídicamente sustentada”.

En 2015 ingresan al terreno iniciando los trabajos de limpieza. La construcción arranca en 2017 y prevén culminar la primera etapa el segundo trimestre de este 2023.

Los integrantes de la AVV Jorge Rodríguez Padre, ofrecieron un recorrido por las instalaciones a Diario VEA. Foto YM.

Mujeres a la obra                  

Autoformación, constancia y trabajo duro han dado resultados.

“A veces como que no se acepta que muchas mujeres estemos al frente de una construcción de esta magnitud. Fue romper paradigmas y esquemas a lo interno, pero también a lo externo, porque algunos personajes dentro de los entes ejecutores, sentían cierta resistencia a que con una amplia mayoría de mujeres pudiéramos lograrlo”, destacó Ayary Rojas.

El maestro de obra nunca había trabajado con mujeres, relató Ysedia Boada. Recordó que al inicio este solicitaba que le mandaran hombres para hacer el trabajo. Ellas respondían seguras: “¿De dónde vamos a sacar más hombres?, somos mujeres y nosotras haremos el trabajo”. Con el tiempo lograron acoplarse y aprendieron a convivir. Años de trabajo más tarde, el maestro de obra ha expresado que estas mujeres le han dado una gran lección.

“Me enseñaron a que trabajar con mujeres tiene grandes beneficios, son más organizadas, mantienen una higiene, una limpieza que no se logra en ninguna otra obra y tienen facilidad para aprender”, fueron sus palabras hacia ellas, recuerda Ysedia.

Aprender haciendo

La mayoría de las mujeres son amas de casa, otras con experiencias laborales muy alejadas de la construcción; sin embargo, se comprometieron a formarse para poder ver edificado el sueño de un hogar propio y digno para sus familias.

“Una compañera decía: ‘Mi esposo trabaja en construcción y yo veía la tenaza ahí y no sabía qué aparato era ese’…” –relató la vocera. “Inició el proceso formativo luego de que su esposo falleciera; ahí entendió en qué trabajaba su esposo y para qué empleaba la tenaza. Se interesó en el área de cabillas y es ella quien llevó el despiece de todo el acero utilizado en la obra”, agregó.

Recordó que otra de sus compañeras probó en varias áreas. “En principio le gustaba electricidad, hasta que descubrió que tenía que meter cables con corriente y dijo: ‘¡No, hasta ahí no llego!’. Le gustó más la plomería”, contó entre risas.

Esta experiencia las ha llevado a leer con facilidad los planos del edificio, tarea que el primer día se les hizo ininteligible.

Guarimbas y bloqueo, un balde de agua fría

La construcción se inició en 2017. Aunque la meta se les hacía más cercana, siguieron encontrando obstáculos en su camino. Recuerdan con claridad los dos (2) más impactantes: Las guarimbas y el bloqueo económico.

Las guarimbas, protagonizadas por grupos radicales de derecha ese año, les impidieron trasladar materiales hasta el terreno, retrasando la construcción. También les dificultó movilizarse para cumplir con diversas gestiones de carácter administrativo y técnico.

También fueron duramente golpeados por el bloqueo económico que obstruyó el traslado de materiales y herramientas desde países aliados hacia Venezuela. Ante esa situación prevaleció el ingenio, con la meta firme de no dejar de trabajar ni un solo día.

“Nosotros, desde lo empírico y artesanal, hemos diseñado herramientas que nos han servido para sacar adelante la construcción, una de ellas, una soldadora”, aseguró Ysedia. Con una sonrisa y una mirada llena de orgullo, relató la gran preocupación que les generó el no tener disponible una soldadora ni recursos para adquirirla. Un señor les dio la solución. “Nos dijo: ‘En un tobo echan sal y agua. Mientras más sal le pongas, te da mayor amperaje’. Comenzamos a probar y funcionó”. De esta manera lograron soldar toda la estructura para las columnas.

También tuvieron problemas para adquirir la madera necesaria para revestir estas estructuras y vaciar las columnas. Consiguieron unas formaletas para fabricar aceras y brocales, y las acoplaron a sus necesidades. “Nos funcionó y empezamos a hacer nuestros juegos de formaletas para columnas y eso nos sirvió para vaciar todas las columnas de esa edificación”, relató la vocera con satisfacción.

Con el mismo ingenio y las mismas ganas de avanzar en el proyecto, vaciaron el concreto en las columnas “con tobos, porque la máquina se había dañado y debido al bloqueo no se podían conseguir los repuestos”. También crearon una sierra de mesa.

Alentadas por Fruto Vivas

Recuerdan con emoción la visita del maestro. Foto Cortesía.

El 21 de octubre de 2019 llegó al terreno –de sorpresa- el arquitecto Fruto Vivas, quien contribuyó a la Gran Misión Vivienda Venezuela diseñando un conjunto de apartamentos. “Me siento maravillado, más si son mujeres las que lo están construyendo”, fueron las palabras dedicadas por el Maestro al grupo de féminas que lo recibió y que se les quedaron grabadas para siempre en su memoria.

“Para nosotros fue un gran impacto que lo dijera Fruto Vivas, porque él era muy rígido en su concepción de la estructura; todas eran livianas. De hecho, los urbanismos de Santa Rosa y Antímano son muy livianos, porque son estructuras metálicas”.

La visita del arquitecto venezolano coincidió con la presencia de delegaciones extranjeras que se acercaron a conocer la experiencia. “Ante ellos admitió que le costaba reconocer esta realidad por el tipo de edificio que era, pero que tenía que aceptarlo porque como poder popular, nosotros, estábamos construyendo algo impresionante”.

Orgullosos del trabajo

Luego de un recorrido por la construcción, Diario VEA tuvo la oportunidad de compartir con quienes día a día trabajan arduamente por su hogar. Están divididos en cinco (5) grupos de 20 a 25 personas, cada uno trabaja un día diferente de la semana. Los sábados y domingos lo hacen por guardias con la finalidad de que cada grupo pueda descansar y la labor en el terreno no se paralice.

Están orgullosos de formar parte de lo que describen como una gran familia. Al hablar sobre el proyecto, la emoción les inunda los ojos y les arranca hermosas sonrisas.

“Yo no sabía ni agarrar un clavo, mucho menos un martillo, y aquí aprendimos a manejar las herramientas, me siento muy orgullosa de pertenecer a Jorge Rodríguez Padre”, dijo una de las constructoras.

Andreína San Martín afirmó que gracias a sus compañeros ha aprendido muchas cosas; “yo puedo decir que tengo la experiencia en la construcción porque he aprendido de la mejor manera, construyendo la vivienda de mis hijos para darles calidad de vida”.

Karen Villarroel expresa que anteriormente veía la construcción como un trabajo para hombres, pero la experiencia le ha servido para convencerse de que todos tenemos talentos insospechados.

Los caballeros también expresaron su satisfacción por participar en la obra, así como su gran admiración por las féminas. “Uno ve la obra y el orgullo que siente es grande. Yo le muestro a muchos compañeros que han venido y les digo: ‘Mira, ve, la mayoría que ha trabajado aquí, que ha levantado ese edificio, son mujeres’. Me dicen que es mentira, pero aquí hemos visto mujeres batiendo pega, echando alambre, poniendo clavos, cargando bloques; ser testigo de eso es para mí un orgullo, expresó Carlos Villarroel.

Un legado de Chávez

Al ser consultada si las enseñanzas de Chávez jugaron un papel clave en la determinación de las mujeres en construir este edificio, Ayary responde que sí, al tiempo que destaca que para ella y las mujeres luchadoras, el líder revolucionario significa “orientación constante, comunicación, reconocimiento, amor, integración, solidaridad y sobre todo reivindicación y dignificación de las familias con necesidad de viviendas”.

Agrega que Chávez “nos dio todas las herramientas para consolidar está realidad”.

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